Situado a unos 30 kilómetros de la capital de Angola,
Luanda, Nueva Cidade de Kilamba es un nuevo desarrollo mixto
residencial de 750 edificios de apartamentos de ocho pisos, una docena
de escuelas y más de 100 locales comerciales. La mayoría del complejo
está vacío, sin residentes.
Los pueblos fantasmas de China, Irlanda y
España, llenos de grandes edificios de apartamentos vacíos, también
empiezan a verse en África.
Diseñado para albergar a medio millón de personas cuando se haya
completado, Kilamba ha sido construido por la empresa estatal China
International Trust y el Investment Corporation en menos de tres años a
un costo de US$3.500 millones.
La ciudadela, que abarca 5.000 hectáreas, es
considerada la urbe satélite más grande que las empresas chinas están
construyendo en Angola, y uno de los mayores proyectos de construcción
del continente.
Kilamba es vista como la joya de la corona después de la guerra que vivió el país.
En los videos promocionales del gobierno se
muestran a sonrientes familias que disfrutan de un nuevo estilo de vida
alejado del polvo y la confusión del centro Luanda, donde millones de
personas viven en barrios marginales.
Pero la gente de los anuncios son sólo actores.
Casi un año después de que el primer lote de 2.800 apartamentos salió a
la venta, sólo 220 han sido vendidos.
Tranquilidad que preocupa
Kilamba es un lugar tranquilo pero preocupante,
las voces rebotan en el hormigón fresco o se pierden en amplios caminos
asfaltados.
Apenas hay autos y escasas personas. Docenas de
filas de edificios de varios colores se repiten con sus postigos
cerrados y balcones vacíos.
Sólo un puñado de locales comerciales están ocupados, en su mayoría
por empresas de servicios públicos pero no hay tiendas. Con la excepción
de un supermercado no hay otro lugar para comprar comida.
Después de conducir durante casi 15 minutos sin
ver a nadie, aparte de los trabajadores chinos, muchos de los cuales
parecen vivir en los contenedores cercanos al lugar, encontré una
pequeña escuela. Los alumnos vienen de zonas periféricas.
Sebastiao Antonio, un estudiante de 17 años de edad, gasta tres horas al día para ir a la escuela.
"Realmente me gusta este lugar. Tiene
parqueaderos, zonas deportivas para jugar fútbol, baloncesto y
balonmano. Es muy tranquilo, mucho más que la otra ciudad, no hay
delincuencia", comentó.
Pero después de preguntarle si él y su familia se mudarían allí, Antonio simplemente sonrió.
"De ninguna manera, no nos podemos permitir esto. Es imposible. Y no hay trabajo para mis padres aquí", exclamó.
Algo similar piensa Jack Francisco, de 32 años, quien comenzó a trabajar en Kilamba como barrendero de la calle.
"Es un lugar agradable, seguro. Pero para vivir
aquí usted necesita una gran cantidad de dinero. La gente como nosotros
no tenemos dinero ¿cómo podemos plantearnos vivir aquí?".
No hay hipotecas
Los apartamentos de Kilamba cuestan entre
US$120.000 y US$200.000 fuera del alcance de los cerca de dos tercios de
angoleños que viven con menos de US$2 dólares al día.
Sin embargo, Paulo Cascão, gerente general de
Delta Imobiliaria, la agencia que lleva las ventas, le dijo a la BBC que
el problema no era el precio sino la dificultad para acceder al crédito
bancario.
"Los precios son los correctos para la calidad
de los apartamentos y de las condiciones que la ciudadela puede
ofrecer", comentó.
Un nuevo marco legal se introdujo recientemente para permitir que los
bancos locales concedan hipotecas, pero para la mayoría de los
angoleños (incluso los pocos que están bien pagados) encontrar dinero
suficiente para un depósito es una auténtica lucha.
"El gobierno tiene que empezar a dar prioridad a
la construcción de viviendas de bajo costo porque la gran mayoría de la
población vive en chozas sin agua, electricidad o saneamiento", señaló a
BBC Elias Isaac, director en Angola de la Iniciativa de Sociedad
Abierta del Sur de África ( OSISA).
"No hay clase media en Angola, sólo los muy
pobres y los muy ricos. Por lo que no hay nadie que puede comprar ese
tipo de casas”, agregó.
Según Cascão el gobierno anunció que una parte
de los apartamentos en Kilamba se designarán a vivienda social para que
personas de bajos ingresos los puedan alquilar pero aún se desconocen
los detalles de la medida y sus críticos piensan que es una promesa
política de cara a las próximas elecciones.
También está la cuestión de qué va a pasar con los apartamentos de costo completo si no se venden.
Kilamba fue financiado por una línea de crédito
de China que Angola está devolviendo con petróleo, lo que técnicamente
significa que la deuda ha sido pagada.
Pero si las casas no se venden el gobierno se quedará con las acciones en sus manos y con una potencial inversión desperdiciada.