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La Nacion.
El principal rival de Microsoft es un nombre muy conocido. Pero un fuerte candidato a ocupar el segundo lugar entre sus rivales es una compañía que apenas se conoce fuera de la industria de alta tecnología: VMware .
"VMware es decididamente una amenaza" dijo Gary Chen, analista de IDC, una firma de estudios de mercado. "Después de Google, es la compañía que Microsoft más teme".
Ambas compañías presentan un desafío similar en gran medida para Microsoft, al socavar su dominio en sus productos más lucrativos, software para escritorio y sistemas operativos. Mientras que Google representa el ataque desde arriba, VMware es el ataque desde el otro lado.
El gigante de los motores de búsqueda ofrece software gratuito con apoyo publicitario para correo electrónico, procesamiento de palabras, calendarios y planillas de cálculos online, como alternativas a los populares productos Office de Windows. Para ello, utiliza como base un navegador web, y no un sistema operativo como Windows, lo que resulta ser el sostén principal de una computadora.
Por su parte, VMware es el líder en lo que se conoce como el software de máquinas virtuales, que permiten a la computadora usar dos o más sistemas operativos al mismo tiempo. Su software se ubica por encima del hardware y por debajo del sistema operativo.
Pero al volverse más poderosa la tecnología de VMware y al agregar más funciones a sus productos, puede empezar a suplantar el sistema operativo desde abajo, del mismo modo que el browser puede hacerlo desde arriba.
El liderazgo de VMware agrega un factor desequilibrante a su desafio desde abajo a Microsoft. Hace un año, Paul Maritz , ex alto ejecutivo de Microsoft, se hizo cargo como CEO. A fines de la década de 1990 se lo consideraba el tercer ejecutivo de la compañía, la persona de mayor responsabilidad y autoridad después de Bill Gates y Steve Ballmer.
Maritz se fue de Microsoft en 2000 siendo ya rico y se centró principalmente en trabajos filantrópicos como proyectos de microfinanzas, de conservación del medio ambiente y de desarrollo rural, especialmente en África (nació y se crió en Zimbabwe). En 2003 fundó una pequeña compañía, pero sus intereses empresarios estaban muy lejos de los grandes combates corporativos.
Sin embargo, el atractivo de VMware, explicó Maritz, fue la oportunidad de conducir una compañía que encabezaba una ola de tecnologías que cambiaban el juego. "Es rara la oportunidad de ser parte de un cambio de paradigma", dijo. "Eso fue lo que me atrajo".
En enero a Maritz se le sumó Tod Nielsen, otro ex ejecutivo de Microsoft, que se convirtió en el principal responsable de operaciones de VMware.
Al reunirse 11.000 socios, desarrolladores y clientes en San Francisco para el comienzo de la conferencia VMworld de la compañía, la estrategia bajo Maritz se está definiendo claramente. En agosto la compañía anunció que pensaba pagar 420 millones de dólares por la compra de SpringSource, creador de herramientas de desarrollo de software de código abierto, algunas de las cuales analizan y modifican el desempeño de aplicaciones. Agregar tal funcionalidad permitiría a la tecnología de VMware dejar de lado un sistema operativo como Windows.
"Nos hace depender mucho menos del sistema operativo para manejar las aplicaciones", dijo Nielsen.
Hasta ahora la tecnología de virtualización se ha usado principalmente para reducir los costos de centros de datos, donde permite a las compañías manejar las tareas informáticas con menos máquinas, usando menos energía y espacio. Ahora hay compañías que comienzan a usarla para manejar software que aparece en las computadoras de sus empleados en toda la red corporativa.
De esta forma, VMware planea ingresar de forma decidida en el mercado de las computadoras y las notebook, presentando el año que viene tecnología que manejará mejor los gráficos de alto nivel y permitirá a los usuarios trabajar aunque no estén conectados a una red.
En los centros de datos, VMware quiere demostrar que más que el ahorro en hardware, la siguiente frontera es reducir los costos operativos que resultan de aumentar el número de servidores que se "virtualizan".
Desde la compañía dicen que hoy las empresas comúnmente tienen un administrador humano por cada 50 servidores, mientras que los centros de datos con más de la mitad de sus máquinas virtualizadas pueden incrementar la cifra de servidores manejadas por cada administrador humano a 200 o más.
"Tenemos que ir más allá de los costos de capital y hacer más por nuestros clientes usando la virtualización para reducir costos operativos y la complejidad operativa", dice Maritz. "Estamos entrando en un momento de cambio significativo en este mercado".
Y, observó, "tenemos a Microsoft avanzando detrás nuestro".
Efectivamente, Microsoft viene de atrás. Su plan es volver a utilizar la estrategia que usó en el mercado de los navegadores de la red: incluir software de máquinas virtuales en su sistema operativo. En julio de 2009, Microsoft introdujo su máquina virtual HyperV en Windows Server 2008. En octubre se incorporarán nuevas funciones que buscan alcanzar a su competidor.
"Nuestra estrategia es integrar la virtualización en nuestra línea de productos en Windows, con nuestro software de administración y las herramientas de desarrollo de Microsoft ya conocidas" dijo Mike Neil, gerente general de la división servidores de Windows.
La compañía de Redmond tiene mucho camino por delante. A fines del año pasado se utilizó VMware para más del 80% de las cargas de trabajo informáticas virtualizadas, según estimaciones de los analistas. El resto se repartió entre Microsoft, Xen de Citrix Systems, Virtual Iron y otros. Pero sólo 15 por ciento de los servidores han sido virtualizados y dado que es probable que ese porcentaje se eleve al doble en los próximos cinco años, aún hay muchas oportunidades en dicho mercado.
Hay considerable interés en la oferta de Microsoft, dicen los analistas. Un informe reciente de Gartner proyectó que la participación de Microsoft de software de máquinas virtuales pasaría a ser, del 8 por ciento a fines del año pasado, al 29 por ciento para fines de 2012.
"Microsoft va a ser formidable en este espacio" dijo Stephen Shuckenbrock, presidente de una gran división de Dell, socia tanto de VMware como de Microsoft. "Muchos clientes al menos tienen curiosidad por el software de virtualización gratuito que Microsoft incorporó a su sistema operativo".
VMware, con sede en Palo Alto, California, es una compañía sólidamente rentable, que tuvo 1900 millones de dólares en ingresos el año pasado. Su dueño mayoritario es EMC, pero da informes financieros por separado y sus acciones cotizan por separado en bolsa.
La compañía que Maritz heredó el año pasado cuando sus fundadores, Diane Greene, la CEO, y su marido, Mendel Rosenblum, un científico informático de Stanford, se fueron, tenía una "gran base con gente maravillosa y una tecnología estupenda", dijo Maritz.
Aún así, agregó el ejecutivo, VMware necesitaba escalar a otro nivel de tecnología y "dominar algunos trucos nuevos" para mantenerse por delante de Microsoft. Qué pueda o no hacerlo es la gran duda respecto de la compañía.
"Tiene tecnología fantástica, ¿pero será una empresa fantástica?" se preguntaba A.M. Sacconaghi, analista de Bernstein Research. "El navegador era una muy buena tecnología , pero no resultó ser buen negocio".
Martiz y Nielsen son veteranos de las guerras de los browser de la década de 1990, desde el bando de Microsoft. Son optimistas respecto de que VMware puede mantenerse en la delantera. "Sin duda va a ser una batalla", dijo Nielsen. "Pero seguiremos concentrados y seguiremos superándolos".