Qimonda reduce su producción en su principal sede en Europa, Dresden. La compañía recortará alrededor de una cuarta parte de la capacidad productiva de esta fábrica con el fin de reducir sus gastos.
Aún así, la compañía sigue necesitando inyección monetaria y ha vuelto a anunciar su necesidad de encontrar inversores urgentemente antes de que culmine el próximo mes de marzo.
Después de la quiebra sufrida durante el primer mes de 2009 y los intentos fallidos de captar inversores, tanto por parte de su casa matriz, Infineon, como de las autoridades lusas, Qimonda todavía no ha salido de esta crisis y ha decidido aplicar esta medida con el fin de salvaguardar liquidez, según ha revelado el director general de la sede de Dresden de Qimonda, Frank Pein.
“Estamos convencidos de que en la situación actual, el aumento de productividad es la mejor manera de convencer a los inversores potenciales de que tienen un futuro en Qimonda” declara el jefe financiero ejecutivo de Qimonda, Thomas Seifert a la agencia de noticias Reuters. “Tan pronto como tengamos un inversor, Dresden volverá a funcionar de nuevo”.
Por otra parte, esta compañía todavía se siente optimista y su administrador de insolvencia, Michael Jaffe, ha declarado que se están manteniendo las primeras conversaciones con inversores potenciales en los últimos días. “Todavía es muy pronto para hacer ninguna afirmación”, afirma Jaffe.
Según se rumorea en el diario semanal alemán Wirtschaftwoche, puede que la firma fabricante de chips china CSMC estuviera interesada en la salvación de Qimonda.