Agrega que "el desarrollo de suficientes plantas adultas para la determinación de esta característica representa una inversión costosa".
El equipo encabezado por Nathinee Ruta, en Zurich, en cambio, comparó la relación de brotes a raíz en variedades de semillas germinadas con poca agua.
Los científicos observaron si esa relación podía proporcionar la información genética básica acerca del patrón general de la arquitectura del sistema de raíces que lleva a la resistencia a las sequías.
El CIMMYT había desarrollado esas variedades de maíz para incrementar el rendimiento de los cultivos en los ambientes propensos a las sequías en los países de África subsahariana.
Por ello, explicó el artículo, "los datos sobre la raíces de los brotes podían compararse con las pruebas de rendimiento en ambientes de sequías que se habían generado a lo largo de varios años".
Las raíces de esos brotes crecieron en papel filtro dentro de vasijas de cultivo, y se midieron sin ser dañadas con un análisis de imágenes digitales. Los investigadores mantuvieron experimentos simples lo cual permitió el manejo de unas 200 plantas por día.
De esta manera obtuvieron un volumen suficiente de datos como para localizar las posiciones de los genes que controlan el crecimiento de las raíces y para vincularlos con otros en el mapa genético del maíz.
La mayoría de los estudios del maíz sometido a la escasez de agua tiende a centrarse en la porción de la planta que crece sobre el suelo, ya que las raíces no son de acceso fácil y menos aún en condiciones de sequía.
Por ello es poco lo que se sabe de la relación entre la estructura de las raíces y la tolerancia a la sequía, y esta investigación proporciona un método novedoso para usar las características radicales en la previsión de rendimiento del maíz durante las sequías.