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2009/09/28

La web de récords que casi eclipsa al Libro Guinness

Fuente: Publico.

Ser el más rápido comiendo sandía, bailar el hula hoop con un gato en brazos o decir el mayor número de veces "Obama" en 15 segundos. Todo vale con tal de convertirse en plusmarquista mundial. Gracias a la página web The Universal Record Database, no hace falta ser un atleta de élite, basta con tener ingenio, sentido del humor y una conexión a Internet.

"Nuestra filosofía parte de que cualquiera puede ser el mejor del planeta en algo. Todo el mundo debe tener la libertad de establecer su propio récord sin esperar a que un grupo de jueces decida si es válido o no", explicó a Público Dan Rollman, fundador de esta suerte de Libro Guinness de los Records versión 2.0 junto a su gran amigo Corey Henderson. Ambos reconocen que les habría encantado entrar en la legendaria publicación, "pero no tenemos talento suficiente, así que decidimos crear The Universal Record Database".

Lo que nació como una simple broma durante un festival de música en el desierto de Las Vegas (EEUU) se ha convertido en un fenómeno en la Red, que amenaza con hacerle sombra al Guinness. Su secreto: la simplicidad. Sólo hay dos condiciones: el récord ha de ser cuantificable y batible. "Sólo hace falta grabarlo en vídeo o sacar fotos y subirlo a nuestra web", afirma Rollman, quien ostenta con orgullo su propio hito: el de susurrar la canción Cumpleaños feliz el mayor número de veces en un minuto. "Espero que nunca me lo quiten", bromea. O quizá no.

Desde su lanzamiento en noviembre de 2008, The Universal Record Database ha recibido millones de visitas y los usuarios han registrado más de 1.000 plusmarcas distintas, un tercio de las cuales ya han sido superadas por otros competidores. El boom ha traspasado las fronteras estadounidenses y hay récords de una veintena de países tan distantes como Reino Unido, Portugal, Israel, India, Honduras o Australia. Sin embargo, Rollman tiene una espinita clavada: "Todavía no tenemos ninguno de España, aunque nos encantaría", se lamenta.

Pese a que hasta la fecha la mayoría de los récords parten del sentido del humor, Rollman no descarta que en un futuro próximo la web pueda acoger marcas más serias que puedan llegar a competir con las que recoge el Guinness. De hecho, urdb.org parece empeñada en hacer con El Libro de los Récords lo mismo que Wikipedia consiguió con los tradicionales editores de enciclopedias: dejarlos obsoletos a través de la democratización de su uso.

Y los paralelismos entre ambas no acaban ahí. En ambos casos se trata de una iniciativa nacida sin ánimo de lucro, donde son los usuarios quienes toman el control del proceso. Sin embargo, como sucedió en el caso de la enciclopedia on-line creada por Jimmy Wales, tanto Rollman como Henderson no descartan que su creación se convierta en un rentable negocio. "No es nuestra idea. Creamos la web únicamente para divertirnos. Es algo que nos apasiona y ha sido increíblemente emocionante verlo crecer. Sin embargo, desde que el inesperado éxito de la página nos ha obligado a emplear a tiempo completo a cuatro personas, estamos estudiando la manera de hacerla rentable, aunque siempre teniendo en cuenta que nuestra principal preocupación son los usuarios".

Ni siquiera los famosos han podido resistirse a la tentación de tener sus propios récords. La actriz Cameron Díaz, el presentador televisivo Jimmy Fallon o el grupo musical The Roots son algunas de las caras conocidas que presumen de plusmarcas. Díaz se rodeó de 48 conejitos en una hamaca y Fallon esculpió sobre su cabeza la peluca de espuma de afeitar más grande nunca vista, mientras que el batería de The Roots, Ahmir Thompson, consiguió hacerle sitio a 101 peines en su melena afro.

Sólo la marca de Thompson se mantiene imbatida, ya que superar los récords de las celebridades se ha convertido en la práctica preferida de los usuarios.

2009/03/13

La cerveza Guinness cumple 2.5 siglos

Fuente: El Universal.

Son dos siglos y medio de hacer una de las cervezas más reconocidas en el mundo, un cuarto de milenio de crear la cerveza estilo porter (de cebada tostada sin fermentar) más consumida a nivel mundial. Su espuma, provocada por una mezcla de nitrógeno en su envasado, es tan característica como su logotipo. No se trata de una bebida, sino de cómo un producto logró convertirse en el símbolo de una nación: Guinness es tan defendida por los irlandeses como el día de San Patricio.

En su página Web, Guinness se jacta de ser la consecuencia de la ingenuidad de un hombre que un día decidió elaborar una cerveza que llevara su nombre. Esta es la parte menos interesante de su historia: tras bambalinas es evidente que la mercadotecnia de los últimos 80 años de esta empresa es tan importante como el sabor de su malta negra. No en vano Guinness se convirtió años más tarde en el monstruo comercial que es actualmente Diageo.

SUERTE DE PRINCIPIANTES

Arthur Guinness comenzó a elaborar cervezas desde 1759, después de firmar un contrato en el que se comprometía a rentar por 9 mil años una cervecería abandonada en Leixlip, en el Condado de Kildare, en Irlanda. Ese no fue el único contrato exagerado que Arthur firmó: en 1795 ganó el derecho de utilizar el canal donde tomaba el agua, por 8 mil 975 años.

Sin embargo, el golpe con el que aseguró su éxito sucedió 20 años más tarde, cuando comenzó a utilizar ilustraciones en revistas para caballeros con el fin de promocionar su cerveza. Fue entonces que el imperio se consolidó.

EL MEDIO ES EL MENSAJE

Para 1833, Guinness ya se había importado a Sierra Leona, Trinidad y Barbados. Las ilustraciones que la anunciaban en revistas y periódicos aludían irreverentemente a Napoleón Bonaparte, entre otras personalidades de talla mundial.

La empresa consiguió su fama involucrándose con figuras de dominio público, algo que no era muy común en siglo XIX. Su logotipo, adquirido en 1862, es de por sí un acierto: el harpa de Brian Boru, un símbolo con el que los irlandeses se identifican desde el reinado de Enrique VIII, en el siglo XVI.

Guinness tiene una gran tradición con campañas publicitarias. Desde principios del siglo XX han ganado premios por sus afiches y comerciales en televisión.

Quizá la serie propagandística más famosa de la empresa sea la diseñada por John Gilroy (1898-1985), quien creó toda una iconografía del beneficio de tomar una Guinness. Fortaleza, nervios, digestión, descanso, lucidez y sus efectos tónicos se emparentaron a la cerveza de malta negra con ilustraciones que rayan en lo surreal, simbolizando las siete virtudes de la cerveza. Sin ningún empacho, Gilroy hizo que frases como "¡Es bueno tomar Guinness!" se escucharan tan saludables como la recomendación de comer frutas.

Durante la Segunda Guerra Mundial la mercadotecnia de la cervecería aludió al ejército. Cientos de soldados siguiendo a una Guinness en vez de a sus superiores, dibujados por HM Bateman (1887-1970) representaron el sentir de los ciudadanos del Reino Unido: la solución bélica era un camino difícil de seguir.

Los chistes visuales sobre la Guerra se hicieron más comunes en sus afiches a medida que se acercaba el final del Fürer, Guinness tomaba viejos adagios de campañas de años pasados reinterpretándolos en este contexto. Más que hacer mofa de la situación, se intentaba levantar la moral del pueblo.

Hoy en día, los canguros, leones, tucanes y demás parafernalia que dibujara Gilroy o Ronald Ferns (1925-1997) son tan simbólicos para la cerveza como para el arte moderno: los posters originales alcanzan precios notables.

En los años 90, el actor Joe McKinney cantaba "Guaglione" de Pérez Prado mientras una pinta se bamboleaba en su mano: la canción llegó a colocarse en el primer lugar de las listas de popularidad de Irlanda, y el segundo de Inglaterra.

En la primera década del 2000, la cervecería ha ganado más de una decena de premios por sus comerciales. En 2007 filmaron uno donde aparecen diversos objetos cayendo en un juego de dominó inverosímil, en él invirtieron 10 millones de libras, transformándolo en el comercial más caro de la historia.

A 250 años de su creación, creer que el éxito de la cerveza se debe a sólo a su sabor o calidad, demuestra la efectividad de su mercadotecnia.