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2011/02/18

Guía para para un flirteo 2.0 seguro

Los adolescentes ya no coquetean en el instituto o en los bares, lo hacen a través del móvil o Internet. La nueva moda es el 'sexting', el envío de fotos o grabaciones eróticas vía e-mail o sms entre los miembros de una pareja. Pero el juego tiene muchos riesgos. El principal: se exponen a que el contenido sexual acabe en manos de desconocidos.
Se rompe así su privacidad y se elevan las posibilidades de sufrir ciberacoso, grooming (acoso por parte de adultos) o sextorsión (cuando existe chantaje). Es el caso de Jesse Logan, una joven de 18 años de Ohio (EEUU) que se suicidó en julio de 2008 después de que fotografías eróticas suyas fuesen expuestas en su instituto. Logan práctico sexting con su novio, pero cuando la relación terminó, éste difundió sus imágenes.
Ahora y para protegerles, el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco) y 'PantallasAmigas' acaba de sacar a la luz un nuevo manual: 'Guía sobre adolescentes y 'sexting': qué es y cómo prevenirlo'. En ella, adultos y menores pueden encontrar consejos y recomendaciones para minimizar los efectos negativos del sexting, así como una serie de pautas de actuación en caso de se produzca alguna incidencia.

Aprender los riesgos

Tal y como reconoce a ELMUNDO.es Jorge Flores, director y fundador de PantallasAmigas y coautor de la guía, "se trata de que los jóvenes sepan que una imagen íntima que envían al que hoy es su novio, mañana puede no serlo y éste puede romper la confianza. O enviarla a un amigo, que éste a su vez la pase a un tercero, por un error o por voluntad, y finalmente acabe en manos de muchos".
Según un estudio de Inteco del pasado año, el 8% de menores españoles recibe fotos o vídeos de chicos o chicas de su entorno con posturas provocativas y un 4% reconoce haberse hecho a sí mismo este tipo de imágenes. El porcentaje entre los adolescentes de 15 y 16 años es algo mayor: un 6%.
Entre los factores que se esconden detrás de este fenómeno, Flores destaca: "Los adolescentes tienen un concepto de intimidad distinto al de los adultos y, además, hoy en día están habituados a encontrarse imágenes de parejas en Internet. La inmediatez de las nuevas tecnologías facilita que envíen contenidos sin tener tiempo para la reflexión". Pero, sobre todo y lo más importante, es que "no tiene percepción de riesgo. A este hecho se añade que a esas edades, además de las cuestiones hormonales, necesitan sentirse aceptados por el grupo, por lo que suelen ser más transgresores".
El problema es que buena parte de ellos desconoce las implicaciones legales ligadas a la difusión de imágenes eróticas, una situación que se complica si el protagonista es un menor de edad. De hecho, las leyes de pornografía infantil para adultos son aplicables los adolescentes de entre 12 y 18 años, aunque las sanciones que se imponen son diferentes y se gradúan dependiendo de la gravedad del caso.

Proteger los teléfonos

Por este motivo, el director de PantallasAmigas defiende que "es fundamental explicar a los menores que tener imágenes comprometidas en el móvil es un riego, así como enviarlas. Porque el teléfono se puede perder o porque alguien puede acceder a él sin que nosotros lo sepamos. Un ejemplo real es el caso de un chico que tenía imágenes suyas guardadas en su terminal y una persona accedió a ellas por Bluetooth, y pidió al menor 600 euros por no difundirlas".
Necesario por tanto es "proteger adecuadamente los terminales. Y en el caso de que finalmente la imagen íntima se haga pública, deben perder el miedo a comunicárselo a los padres. Y, sobre todo, que no cedan al chantaje".

El Mundo

2010/02/22

Los riesgos del flirteo 2.0

Fuente: El Pais.

El hombre detenido hace una semana en Cádiz por violar a una menor contactó con ella a través de la red social de Internet Tuenti y luego la amenazó con enseñar las imágenes comprometidas que ella le había enviado para conseguir la cita en la que presuntamente cometió el abuso. Los adolescentes utilizan de forma creciente imágenes en las que aparecen medio desnudos o en actitudes sensuales para ligar a través de las nuevas tecnologías. Y muchas veces esas imágenes salen del contexto en que se hicieron o enviaron y se vuelven en su contra con consecuencias perjudiciales o incluso trágicas.

Tan dramáticas como lo fueron para Tiri, el niño de 11 años que se suicidó en Puerto Real (Cádiz) después de que su acosador distribuyera entre todos sus amigos las fotografías en que aparecía semidesnudo. O el caso de Jesse Logan, la estadounidense de 18 años que se ahorcó en su habitación algunos meses después de haberle enviado una fotografía comprometida al que entonces era su novio. Cuando se acabó la relación, él pasó la imagen a sus compañeros del colegio.

El origen de todas estas situaciones es el envío de fotografías muy personales a gente que a veces ni conocen o que pueden estar simulando ser otra persona. Los más expuestos son los jóvenes entre 13 y 17 años, según Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, una web de promoción de la seguridad de los jóvenes en las nuevas tecnologías. "Lo hacen para ligar, coquetear, o simplemente relacionarse y divertirse. Otras veces lo hacen por la presión del grupo, el sentimiento de pertenencia o el deseo de transgredir. Pero, en general, no ven las consecuencias. No creen que las imágenes vayan a salir. Pero salen, algunas veces, incluso, como una broma", afirma Flores.

El psicólogo Javier Urra, primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, corrobora la motivación de los adolescentes. "Es una manera de sentirse aceptados en el mundo virtual, consideran que es su forma de hablar y que los adultos se asustan porque no las entienden. Es su espacio de autonomía, su mundo íntimo". El 85% de los menores entre 10 y 15 años conectados a Internet, según un reciente estudio del Observatorio de la Seguridad de la Información, responde que no sabría qué hacer ante un caso de acoso en la Red, indica Urra.

La última práctica de riesgo a la que se ha dado nombre es el sexting, o envío de este tipo de fotografías a través del teléfono móvil. Jorge Flores cree que, en este caso, "el problema es mayor porque hay menos percepción de riesgo y los adolescentes tienen muy poca cultura de la privacidad". El psicólogo cree que, para los nativos tecnológicos, manejar conceptos como la privacidad de lo personal es muy complicado: "Creo que habrá un efecto rebote y se estabilizará, pero se necesita tiempo".

La historia puede acabar mal pero, aun sin ser así, es necesario fomentar la prevención. El envío o tenencia de fotografías comprometidas de menores "constituyen un delito de pornografía infantil, aunque sea entre los propios menores", asegura el director de Pantallas Amigas, quien añade que se pueden generar importantes sanciones, que pueden ser económicas o incluso llevar al internamiento en un centro de menores.

2009/03/18

El móvil, arma de flirteo masiva

Fuente: Europa Press.

El móvil se ha destapado como un elemento indispensable para ligar hasta el punto de que el 15,3 por ciento por ciento de los usuarios de telefonía móvil españoles que disponen de más de una línea (El 26,7 por ciento), utiliza una de ellas sólo para este fin. El motivo no es otro que la privacidad.

Según revela el Séptimo Barómetro sobre hábitos y tendencias de consumo de móviles en España realizado por The Phone House, los jóvenes de 18 a 25 años son los que mejor aprovechan las posibilidades que ofrecen las tecnologías para flirtear, siendo los que más utilizan el terminal para esta función, con un 46 por ciento, además de que en este caso el 28,6 por ciento de ellos tienen dos líneas.

Los más jóvenes declaran encontrar en su móvil "la privacidad que no tienen a través del teléfono fijo", ya que éste suele ser familiar.

Con respecto a las personas que ya están emparejadas, los usuarios españoles de telefonía móvil se muestran algo indiscretos ya que el 16,4 por ciento asegura mirar los SMS del móvil de su pareja. Casi con el mismo porcentaje (16,8%), los usuarios declaran estar seguros de que su pareja mira los SMS de su terminal.

En este aspecto siguen siendo los jóvenes de 18 y 25 años los protagonistas, ya que no sólo demuestran ser los más "cotillas" con un 38,4 por ciento, sino que también son los más desconfiados (40,3%). El año pasado este puesto era ocupado por los encuestados de 26 a 40 años.

Además de para ligar, otra de las utilidades curiosas que se le da al teléfono móvil es para almacenar contenido comprometido. Uno de cada diez usuarios afirma tener este tipo de contenido en su terminal, y cuatro de cada diez de los mismos reconoce que alguien ha accedido a él descubriéndolo.