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2012/01/20

El ciberacoso ya es un problema global en las escuelas

Algunos recordarán uno de los videos más visitados de la historia de internet. Más de 900 millones de personas vieron al adolescente que blandía un palo de golf como si fuera un jedi de la Guerra de las Galaxias.
Lo que pocos sabían (incluida la BBC que entonces lo reportó como un fenómeno viral) es que se trata también de uno de los casos de ciberacoso escolar más notorios del mundo.

El protagonista del video, Ghyslain Raza, abandonó poco después el colegio y tuvo que someterse a tratamiento psiquiátrico.
Pero se han dado casos muchísimo más graves.

Suicidio

A principios de este año, la prensa estadounidense dio a conocer la muerte de Amanda Cummings, una adolescente de 15 años de Nueva York, a quien testigos vieron saltar frente a un autobús.
Según su familia, Amanda llevaba años sufriendo acoso escolar, incluyendo mensajes ofensivos en su perfil de Facebook, que continuaron apareciendo incluso cuando luchaba por su vida en el hospital.
Y quienes creen que América Latina se libra de este fenómeno se equivocan.
En 2010 a una niña argentina de 10 años se le ocurrió abrir un grupo de Facebook llamado "3 razones para odiar a Romina Perrone".
La página, que llegó a tener 5.000 seguidores, estaba colmada de insultos y fotografías de Romina, su compañera de estudios en un colegio de Buenos Aires.

Un problema global

Recientemente, la firma de sondeos Ipsos dio a conocer el que afirma es el primer reporte global sobre ciberacoso escolar.
Los datos revelaron que el 12% de los padres confirmaron que sus hijos fueron víctimas de este tipo de maltrato y el 24% aseguraban conocer a un niño sufriendo dicho problema.
El 60% de los padres afectados dijeron que sus hijos sufrieron ciberacoso a través de redes sociales como Facebook.
Por países, se constató que los países con mayor índice de padres admitiendo que sus hijos fueron víctimas de este fenómeno fueron en primer lugar India (32%), seguida de Brasil (19%), Arabia Saudita (19%), Canadá (18%) y Estados Unidos (15%).
De hecho, se cree que la incidencia es mucho mayor debido a que usualmente los niños sufren el maltrato en silencio, principalmente entre niños mayores de 10 años, edad en la que generalmente empiezan a tener acceso a la tecnología.

El peleón interactivo

A diferencia de aquellos tiempos en que el peleón de la escuela se limitaba a someter a sus víctimas en el recinto escolar, el ciberacoso implica que los niños son agredidos en su casa, en casa de sus abuelos o en cualquier lugar donde haya conexión a internet.
Y un problema mayor es la repercusión de la violencia ejercida a través de las redes sociales.
"La repercusión de un insulto es mayor, puede llegar a un mayor número de gente", explicó a BBC Mundo Alicia García, psicóloga de la ONG Protégeles, organización española que tiene como fin asesorar a familias sufriendo situaciones de acoso escolar.
García destacó que este tipo de maltratos suele generar en el niño problemas de autoestima, depresión, ansiedad y bajo rendimiento en sus estudios.

El perfil falso

Una de las prácticas más comunes en el ciberacoso es la creación de perfiles falsos de la víctima para humillarla públicamente, ya sea con insultos, fotografías trucadas o videos.
En estas páginas, "la víctima supuestamente confiesa asuntos íntimos, declarándose homosexual o prostituta".
Así es como lo detallaba en 2010 un informe bajo el título "Intimidación en colegios estatales de secundaria el Perú" publicado en noviembre de 2010, en el que se reveló que el 18% de la violencia escolar en ese país se comete a través de internet.
Y uno de los factores que incita a los agresores a llevar a cabo este tipo de acoso, señalaba el estudio, es el anonimato que les proporciona la red.

¿Cómo detectarlo?

Según la ONG Protégeles, la mayoría de los niños víctimas de acoso escolar sufren la situación en silencio hasta que ya no pueden más y se lo cuentan a los padres.
Pero una forma de detectarlo de forma temprana es observar un cambio de actitud del niño frente a la tecnología, en el caso de que éste siempre haya sido un entusiasta en el uso de Facebook o los juegos por internet.
Una vez detectado, se recomienda a los padres "tranquilizar a su hijo" explica García, haciendo entender al niño que "no es sólo responsabilidad de él, que la situación es injusta y que tiene que intervenir un adulto".
A continuación, dicen, hay que contactar al centro escolar.
Otro procedimiento habitual es proceder a la eliminación de los perfiles maliciosos, informando del incidente a los administradores de las redes sociales. Algunos, como la española Tuenti, incluso guardan los datos de la página en caso de que los padres quieran interponer una demanda.

Una atención distinta

Informes como el de Ipsos destacan que los padres (77%) son cada vez más conscientes de este fenómeno y reclaman una atención distinta al acoso escolar convencional.
Y es que las legislaciones tienden a emplear el mismo marco regulatorio para ambos casos.
En Estados Unidos, por ejemplo, unos 42 estados tienen alguna medida contra el acoso escolar, pero sólo 23 disponen de legislaciones específicas para el ciberacoso.
En 2011 Unicef publicó un informe sobre seguridad de los niños en internet destacando la importancia de tratar este tipo de agresiones, advirtiendo que a medida que se extienden la banda ancha y la telefonía móvil de última generación, el ciberacoso escolar se extenderá también en los países en desarrollo.
"A menos que se pongan en marchas medidas para la prevención".

2010/10/25

El ciberacoso se ceba con el adolescente

El Pais

El acoso al adolescente más débil ha ocurrido en las aulas desde siempre. La violencia psicológica y los insultos contra los homosexuales, las mujeres, los discapacitados o, simplemente, contra aquellos a los que se percibe como raros, no son novedad en los centros educativos. Lo que sí que es nuevo es Internet y su reciente omnipresencia. En una década, el acoso se ha convertido en ciberacoso. Y ahora persigue al adolescente atormentado a todos los lados, permitiendo que el acosador se refugie, si así lo desea, en un cómodo y pérfido anonimato que, en muchas instancias, puede llegar a ser mortal.
Mortal ha sido, de hecho, para Tyler Clementi, de 18 años, sometido a la hiriente persecución de su compañero de habitación en la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey (EE UU). El supuesto acosador, Dharun Ravi, dijo en la red de Twitter, el pasado 19 de septiembre: "Mi compañero me ha pedido el cuarto hasta medianoche. Entré en la habitación de Molly y encendí la cámara. Le vi enrollarse con un tío". Ravi dejó su ordenador encendido en la habitación, con la cámara enfocando a la cama de Clementi, y emitió el encuentro sexual de su compañero en un videochat, desde la habitación de su amiga Molly Wei.
Ravi trató de emitir los encuentros privados e íntimos de Clementi en una segunda ocasión, 72 horas después. En Twitter, anunció: "Todos los que tengáis iChat, contactadme entre las 9.30 y las 12.00 ¡Si, ocurrirá de nuevo!". Clementi se enteró de la burla y, harto del acoso, al día siguiente, colgó un mensaje de desesperación en la red social Facebook: "Salto del puente de George Washington. Lo siento". Su cuerpo no apareció hasta cinco días después, barrido por el río Hudson.
La policía del Condado de Middlesex, en Nueva Jersey, arrestó a Ravi y a Wei y ha presentado cargos contra ellos por violación de la intimidad a través de la emisión de imágenes de vídeo. Ambos se pueden enfrentar a una pena máxima de cinco años de cárcel, si la demanda prospera. Los fiscales están estudiando si añadir un cargo a Ravi por cometer un crimen motivado por el odio y la discriminación. De momento, en EE UU no existe una ley federal que pene el ciberacoso como tal.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió al caso Clementi en un mitin televisado a través de MTV, el pasado jueves: "Parte del poder de Internet es que la información fluye y nadie la censura y no la controla ninguna autoridad". Añadió que son las autoridades escolares, junto con las familias, las que deberían ejercer un control mayor sobre las redes sociales. "En los colegios, por ejemplo, deberían instaurarse políticas que aseguren que el acoso, sea a través de Internet o en persona, es inaceptable."
Nacido hace una década, parasitando el reciente auge de Internet como medio de comunicación, el ciberacoso es ya un fenómeno internacional. El semanario The New Yorker le dedicó un breve artículo en junio de 2001, diciendo que las incipientes redes sociales eran la "nueva pared del retrete", donde los adolescentes escribían sus insultos y escribían nombres y números de teléfono para fastidiar a amigos y enemigos.
Contaba The New Yorker que las alumnas del exclusivo colegio de mujeres Marymount, en el Upper East Side de Manhattan, habían creado una página web, dentro del dominio gratuito Freevote.com, para que los centros privados de secundaria eligieran a la estudiante más promiscua. Decían los creadores de aquel foro: "Solo escribe el nombre de la persona del sistema escolar que creas que es la mayor zorra".
Hubo 150 nombres en competición, ordenados de mayor a menor puntuación en promiscuidad. La madre de una de las acosadas decía, sin revelar su nombre, en el semanario: "Ese sitio web es horrible. Con Internet, se ha perdido el civismo. Con este factor del anonimato, se pueden decir y escribir las cosas más horribles. Da miedo".
Aquella madre, que poco sabía de lo que había de llegar, ya veía el potencial de la Red: convertir el acoso escolar en ciberacoso. ¿Son la misma cosa, solo que filtrada a través de un proveedor de Internet? No, dicen muchos expertos. "El ciberacoso es más persistente", opina Justin Patchin, profesor de derecho criminal de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire y co-director del Centro para la Investigación del Ciberacoso. "Uno podía escapar del acoso tradicional. Eso ya no sucede".
"El acoso tradicional ocurría en la escuela, y el adolescente podía encontrar cierto refugio en su hogar o en otro entorno. Sin embargo, ahora la persecución puede continuar en casa o donde sea, a través del ordenador. Hay otra gran diferencia: el anonimato que a veces facilita la Red. Uno puede crear correos electrónicos o perfiles web falsos y acosar desde ellos a alguien, sin que la víctima de esos ataques sepa de dónde provienen en realidad, desorientándola".
Desorientada estaba Megan Maier antes de suicidarse, en octubre de 2006, a sus 13 años. Esta adolescente de Misuri recibió un día un mensaje a través de la red MySpace: Josh Evans la había añadido. Decía haberse mudado recientemente a la localidad donde vivía Megan y, de momento, no acudía al instituto ni tenia teléfono móvil. Construyeron una amistad virtual. Posteriormente, Josh comenzó a mostrar una cara poco amable. En una ocasión, le dijo: "Todo el mundo sabe quién eres. Eres una mala persona y todo el mundo te odia. Púdrete el resto de tu vida. El mundo sería mejor sin ti". Hablaron unos días más, por chat. Megan se suicidó días después.
Los padres de Megan descubrieron los agresivos mensajes de Josh en su ordenador. Una investigación policial les llevó, seis meses después, a la puerta de la vecina. Allí vivía una compañera de instituto y ex amiga de Maier. Pero no había sido esa adolescente quien había escrito aquellos mensajes. Según la investigación policial, había sido su madre, Lori Drew, de 47 años. Había creado a Josh como una estrategia para ver si Megan insultaba a su hija.
En Misuri, como en el ámbito federal, no había entonces ninguna ley para penar el ciberacoso. Drew fue juzgada por fraude online en 2008. Quedó absuelta e impune. Desde entonces, Misuri ha aprobado una ley contra el ciberacoso, junto con una decena más de Estados. En el plano federal, la representante por California Linda Sánchez ha presentado un proyecto en el Congreso, bajo el nombre Ley Megan Maier, que penaría los casos de acoso por Internet con hasta dos años de cárcel.
"Sé, después de haberme reunido con niños, padres, profesores y agentes policiales, que hay cada vez más gente joven que sufre el ciberacoso. Ese ciberacoso no es una broma inocua ni es válido como ritual de iniciación. Es peligroso, tanto a nivel físico como mental", dijo Sánchez cuando presentó la ley.
La burla y la atracción sexual son semillas germinales de Facebook, la red que conecta ya a más de 500 millones de usuarios. Su fundador, Mark Zuckerberg, creó en 2003, cuando era estudiante en la Universidad de Harvard, una página web titulada Facemash, para comparar a personas del mismo sexo en virtud de su atractivo. Así, se iría creando una competición en la que quedarían, finalmente, solo los más guapos.
Según dice el escritor David Kirkpatrick en la cronología autorizada El efecto Facebook: "Las fotos para Facemash procedían de los facebooks (orlas en formato libro) que mantenía cada fraternidad de Harvard donde vivían los universitarios. Se trataba de las fotos que se tomaba a los alumnos el mismo día que llegaban para la orientación académica, un tipo de instantáneas con poses patosas y embarazosas que a nadie le gustaría ver circulando".
Zuckerberg recibió quejas de las agrupaciones Fuerza Latina y la Asociación de Mujeres Negras de Harvard. Se le llamó sexista y racista. La junta directiva le convocó a una audiencia y le acusó de violar la seguridad de la red universitaria, de infringir derechos de autor con el uso de las fotos y de vulnerar el derecho a la intimidad de los demás alumnos. Se añadió un aviso a su expediente. Zuckerberg descubrió, con este experimento, el gran poder de las redes sociales. En enero, en una conferencia tecnológica organizada por TechCrunch, dijo: "Hoy en día los usuarios se sienten más cómodos compartiendo más información, de forma más abierta. Las normas sociales han evolucionado".
Esa es la filosofía de quien rige la mayor red social del mundo, un sitio web que ha apuntalado revoluciones políticas y que ha unido a ciudadanos en causas nobles como la oposición al terrorismo, pero que a la vez puede ser usado para actos tan punzantes como crear una página en que se insulte a un compañero de clase. Es cierto, lo dañino es el comportamiento. Pero todavía queda la duda de si el medio intensifica esas heridas o no.

Cuando el hijo es el atacante

¿Qué sucede cuando el propio hijo no es el acosado, sino el acosador, refugiado tras la pantalla de su ordenador? Según la reputada profesora Elizabeth Englander, directora del Centro para la Reducción de las Agresiones de Massachusetts, en el Bridgewater State College, para muchos padres es difícil asumir que su hijo puede ser el atacante. "Es normal que los padres tiendan a defender en seguida a su hijo", explica. "Es duro aceptar que un hijo está haciendo algo cruel, pero es un primer paso importantísimo que aportará muchos beneficios".
Englander admite que muchos niños hacen cosas online que jamás harían en la vida real. "Es el anonimato, la percepción errónea de que las cosas que se hacen en Internet no son tan dañinas como las que se hacen en el cara a cara. Al escribir algo en una red social, el adolescente no recibe una reacción física inmediata y puede mostrarse más desinhibido. Es importante que los padres le expliquen que sus acciones, sean en el medio que sean, pueden tener un efecto dañino".
Para ello, la experta recomienda que si se sorprende al propio hijo acosando a otro adolescente lo mejor es restringirle el acceso a las redes sociales durante una temporada. "Es importante que se le deje claro que lo irá recuperando según aprenda las normas adecuadas en la interacción online", explica Englander. "A partir de entonces, los padres pueden ir dándole pequeños espacios de tiempo cada día, para que aprenda a recuperar el privilegio de interactuar en sus perfiles".
En ello coinciden educadores, psicólogos y políticos: como sucedía en los casos de acoso infantil tradicional, los de toda la vida, las formas más efectivas de combatir el ciberacoso son la información y la educación. Es bueno que padres y tutores sepan qué perfiles abren los niños, qué redes sociales frecuentan, cuántas horas al día dedican a ello. Y es todavía mejor que les enseñen que en la vida virtual, los insultos duelen tanto como en la vida real.

2010/05/19

Uno de cada diez menores de 18 años reconoce haber sido acosado o molestado en Internet, según estudio

Fuente: Yahoo!

Casi el 10 por ciento de los menores de 18 años reconoce haber sido acosado o molestado a través de Internet en alguna ocasión, siendo las chicas las que más frecuentemente sufren este tipo de 'ciberbullying', según el estudio 'Menores y redes ¿sociales?: de la amistad al cyberbullying', realizado por la Universidad de Navarra.
El trabajo, publicado en el último número de la 'Revista de Estudios de Juventud', que edita el Instituto de la Juventud (Injuve), destaca que el grupo que se considera más expuesto a este tipo de acoso son las chicos (17% afirma haber sufrido un caso) y las chicas (13%) de 16 años de edad.
Además, el estudio destaca que el 5 por ciento de los menores entre 10 y 18 años afirma haber utilizado en la Red en alguna ocasión "para perjudicar a alguien" con el envío de fotos, vídeos o comentarios, siendo más propensos a este tipo de comportamientos los chicos (7%) que las chicas (4%).
Al igual que ocurría con las víctimas, los 16 años parecen son una edad especialmente sensible a estas prácticas. En concreto, entre los chicos de 16 años, el 10 por ciento reconoce que se ha valido de Internet para perjudicar a otro. Mientras, la edad a la que las chicas más uso hace de la Red para estos fines es entre los 14 y 15 años.
"Si bien el porcentaje promedio de menores que son víctimas y agreden apenas supera el 10 por ciento, no se puede considerar que la cifra es pequeña cuando hablamos de menores que son agredidos y agredidas", ha señalado durante la presentación de la Revista de Estudios de Juventud el director general del Injuve, Gabriel Alconchel.
Por su parte, la coordinadora de este número de la revista, Ángeles Rubio, ha recordado que, de acuerdo a las conclusiones del estudio, "el 'ciberbullyng' no es tanto como se suele decir", pero ha destacado que no hay que perder de vista el hecho de que las chicas de 15 a 16 años son "más propensas" a ver perjudica su imagen o sus sentimientos a través de Internet.
EN LAS REDES SOCIALES MÁS ACOSO
Por otro lado, el estudio subraya que "entre los usuarios de redes sociales, agredir virtualmente a otros es más habitual en todas las edades", salvo a los 16 años. En este sentido, más del 7 por ciento de usuarios de redes sociales reconocen haber molestado a otros a través de Internet.
Por sexos, los chicos que tienen un perfil en alguna red social se muestran más activos que las chicas a la hora de acosar a terceros. Por su parte, las jóvenes utilizan menos Internet para molestar a sus compañeros, pero cuando lo hacen, preferiblemente tratan de perjudicar a un tercero a través de una red social.
"La edad, el sexo principalmente y el uso de las redes sociales en segundo término, son variables todas ellas vinculadas a una mayor propensión a ser víctima o verdugo en un escenario de 'ciberbullying'", señalan los autores del estudio. Por ello, Alconchel ha instado a educadores y padres a tratar de "minimizar" los riesgos de Internet para "aprovechar las oportunidades que ofrece".
Sobre estas oportunidades, otros estudios recogidos en la revista señalan que del 96 por ciento de la gente joven que usa Internet, el 81 por ciento lo hace para saber lo que ocurre, el 60 por ciento para hacer los deberes mejor y el 67 por ciento para hacer amistades.
En la revista han participado 20 doctores y doctoras que han abordado temas como la ciberradio; la televisión; móviles e internet; espacios de ocio, participación y aprendizaje; relaciones sociales; cyberbullying; adicciones y factores de riesgo; retos educativos; comercio; publicidad on line; patrones de consumo de Internet y cambio social.

2009/11/06

El ciberacoso es el mayor peligro de las redes sociales

Fuente: El Pais.

El 42% de los niños de seis años está en alguna red social, aunque éstas tienen prohibida la entrada a menores de 14 años, según los datos del eurobarómetro. Los riesgos que puede suponer para estos pequeños y la necesidad de vigilar su uso preocupan a los padres, especialmente a aquéllos que también usan Internet. "Son los que también navegan los que sienten ansiedad por lo que a su hijo le pueda ocurrir en la Red", ha dicho Miguel Ángel Casado, del grupo de investigación EU Kids Online, en la 31 Conferencia de autoridades de protección de datos y privacidad.
Lo que hacen los pequeños cuando se conectan a las redes sociales es básicamente socializar, estrechar lazos y hacer amigos. A ellas les gustan más las fotos y a ellos, los vídeos. Hasta aquí, la cara bonita de las redes sociales, pero los expertos se han encargado hoy de alertar de los importantes riesgos que se esconden tras estás populares webs cuyo uso ha crecido un 35% en Europa en el último año. "Hicimos un análisis y el mayor problema es el ciberacoso o acoso entre iguales, crean rumores sobre alguien, hay amenazas e insultos. Después, el acoso sexual por parte de adultos y por último la existencia de contenidos inapropiados de sexo o violencia", ha dicho Christine Kormann, directora del área de sociedad de la información de la Comisión Europea, quien además ha destacado que "los niños colocan información sensible, como fotos, su teléfono o información sobre la situación económica de sus familias sin darse cuenta".
El riesgo de los menores se basa, principalmente, en que son ingenuos. Patricia Luquero, responsable legal en España de la red social My Space, ha recordado que la edad de acceso a las redes sociales está bajando y ha dicho que estamos bajo "un efecto telaraña". Tuenti, la red social más popular en España entre los más pequeños, tomó este año una medida a raíz de la petición de la Agencia Española de Protección de Datos. Lo menores deben acreditar, mediante el envío del DNI en 92 horas, su edad. De otra manera, se les suprime la cuenta.
Otras redes sociales han implantado medidas para verificar la edad, aunque la de Tuenti es, hoy por hoy, de las más efectivas. My Space, ha indicado Luquero, ha creado una guía específica para el menor, pone todos esos perfiles en configuración privada por defecto y ha puesto en marcha una web dónde pueden acudir los padres si están preocupados. Estados Unidos tiene una ley específica de protección del menor en Internet que, por ejemplo, obliga a que los padres envíen una autorización firmada por correo o den los datos de su tarjeta de crédito para registrarse en las páginas y tienen derecho a solicitar información al operador. También prohíbe que a los menores se les solicite su teléfono o su dirección, ha indicado Johnathan D. Avila, director de privacidad de Walt Disney en EE UU.
Encontrar mecanismos para verificar la edad de los menores y protegerles de los riesgos que esconde la web aún es complicado. "Los niños mienten mucho y van esquivando las medidas", ha dicho el director del Foro para el futuro de la privacidad, Jules Polonetsky. La responsabilidad, han coincidido los expertos, está en manos de los padres, los colegios y la industria, aunque sobre todo de los primeros. El director de la Agencia Española de Privacidad de Datos, Artemi Rallo, ha intervenido para lanzar un golpe a la industria: La medida de Tuenti ha sido muy acertada, o actúan en la misma línea las demás, o las Agencias de privacidad "van a perder la paciencia".

2009/10/05

El ciberbullying, el acoso "más perverso y malintencionado entre los jóvenes"

Fuente: Libertad Digital.

El 'ciberbullying' es una de las formas de acoso "más perversas, malintencionadas y que más sufrimiento producen en sus víctimas", según alerta el experto en menores e internet, Leonardo Cervera, quien explica que las personas que lo sufren, generalmente adolescentes de entre 13 y 14 años, se convierten en seres "inseguros, depresivos, solitarios e infelices" cuyo rendimiento escolar se ve profundamente afectado.

En este sentido, el autor del libro 'Lo que hacen tus hijos en internet' apunta que el fenómeno conocido como 'ciberbullying' o 'ciberacoso' tiene lugar cuando una persona ejerce presión sobre otra "de forma repetida y maliciosa" a través del envío de correos electrónicos. "Se trata de un acoso mucho más sistemático que otros debido a la condición pseudoanónima del agresor", aclara.

No obstante, matiza que no se trata de un fenómeno nuevo, ya que "siempre ha habido niños víctimas de acoso en los colegios y gente que disfrutaba haciéndoles la vida imposible". "Lo novedoso y preocupante del ciberacoso es que las nuevas tecnologías ayudan a que estas agresiones sean más reiteradas y hay que tener en cuenta, además, que los adolescentes son fácilmente influenciables", asegura.

"La dinámica del conflicto y la violencia está por todas partes. En 'reality shows', como Operación Triunfo o Gran Hermano, los participantes se atacan y humillan, del mismo modo en que en los jurados de estos programas siempre hay un miembro que se dedica a descalificar a alguno de ellos para aumentar el morbo entre la audiencia", critica Cervera.

Respecto al perfil de las víctimas, el experto subraya que "cualquiera está expuesto a este fenómeno" aunque explica que los 'ciberacosadores' suelen centrarse en los "raros", aquellos niños "que son diferentes física o anímicamente". "El gordito, el empollón, el enfermizo o el que está siempre con chicas es objeto de mofa por otros compañeros de las redes sociales o recibe amenazas e insultos a través del teléfono móvil que le llevan a pensar de sí mismo que tienen una vida miserable", afirma.

Por su parte, el agresor suele ser un reflejo de su situación en casa o de los problemas que tiene para relacionarse con los demás. "En el caso de las acosadoras, este comportamiento suele ser síntoma de un bajo nivel de autoestima, al contrario de los acosadores, quienes habitualmente presentan un concepto de sí mismos demasiado alto", asegura.

"Hoy en día algunos niños aprenden a utilizar internet antes incluso que a leer o escribir", mantiene. Así, destaca que, por regla general, lo usan para jugar a partir de los ocho o nueve años y para ver vídeos y comunicarse con otros (messenger), a partir de los diez años. Sin embargo, a juicio de Cervera, la mayoría de los padres "no tienen ni idea de lo qué hacen sus hijos en la Red". "Muchos progenitores creen que lo saben porque ellos también navegan, pero la diferencia está en que los padres usamos Internet y los niños viven en él", apostilla.

Si rehúye conectarse, puede ser una víctima

Para averiguar si un adolescente es víctima de 'ciberbullying', el autor aconseja observarle de cerca y estudiar su comportamiento. "Si rehuye conectarse a internet o se olvida constantemente el teléfono móvil en casa, puede ser síntoma de que está siendo acosado", advierte. A partir de ese momento, Cervera recomienda "controlar discretamente lo qué hacen, pero nunca espiarles". "Suelen estar irritables y les da vergüenza hablar de ello, por lo que hay que actuar con sutileza", apunta.

No obstante, reconoce que desenmascarar a un agresor en la Red "es más fácil". "A pesar de que la Ley protege a las víctimas de la misma forma que en otras modalidades de acoso, es más sencillo probar la culpabilidad de un acosador en internet porque deja rastros, aunque piense que sus ataques son anónimos", recalca. Igualmente, apunta que los afectados disponen de líneas de ayuda a las que acudir (www.internetsinacoso.com y www.protegeles.com) y recomienda el blog loquehacentushijos.com.

2009/09/25

Un tercio de los adolescentes practica o padece 'ciberacoso'

Fuente: El Pais.

Las nuevas tecnologías, pese a todas sus ventajas, también acarrean problemas. Uno de ellos, por ejemplo, es que permiten que el acoso escolar traspase las puertas de los institutos y se extienda al mundo virtual, una modalidad de maltrato conocida como cyberbullying o ciberacoso. Hasta un 26,6% de los adolescentes españoles practica o sufre cyberbullying, según un estudio publicado este jueves por el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve), perteneciente al ministerio de Igualdad. Esta nueva variedad, al igual que el acoso tradicional, puede provocar que los adolescentes vean desestabilizado su equilibrio mental.
La mensajería instantánea es el medio más popular para esta nueva forma de maltrato al que está sometido un elevado porcentaje de chavales en edad escolar. Según el informe, uno de cada diez adolescentes se implica, bien como víctima o perseguidor, a través de esta vía. Un 4,6% lo hace por el chat y otro 4,3% por mensajes de móvil. A menor medida, el cyberbullying también ocurre vía correo electrónico (2,8%) y por teléfono (2,7%).
El Injuve ha advertido este jueves durante la presentación del estudio La salud mental de las personas jóvenes en España que estas actividades son fuente de problemas de salud mental en los adolescentes que pueden replicarse durante su vida adulta. En este sentido, los especialistas denuncian que una de cada cuatro jóvenes se pone a dieta aunque no tenga sobrepeso y que cada vez se observan a "edades más tempranas los trastornos alimenticios en este grupo de edad".

2007/06/25

Un videojuego detecta el acoso escolar haciendo un test a los niños mientras juegan

Un videojuego de "apariencia normal", que invita a los niños de entre 7 y 9 años a participar en una historia mágica, es en realidad un test psicológico para detectar casos de acoso escolar en los colegios

"Cuando a un niño o mayor les presentas un test adoptan un rol defensivo, pero cuando el joven juega se desinhibe y va a contestar natural a lo que se le pregunte", explica a EFE el creador del videojuego, Francisco Blázquez, de Vector Animado.

A iniciativa de la asociación de defensa de la infancia Protégeles.com, el videojuego se está probando desde hace unas semanas, de forma experimental, para ver cómo funciona y, si les gusta a los escolares, está previsto empezar a aplicarlo a partir de septiembre en los colegios de las comunidades que den el visto bueno a esta iniciativa.

"No sólo sirve para detectar o prevenir casos de acoso escolar sino también porcentajes de niños que puedan estar desarrollando actitudes agresivas que llevan a cabo entre iguales", asegura a EFE Guillermo Cánovas, presidente de la asociación.

El juego comienza con la narración de que una noche un mago convierte a un personaje en un extraño ser llamado Piopá. El jugador tiene que ayudarle para que pueda salir de sus dominios y volver a su estado humano.

A lo largo del juego, "de manejo sencillo e intuitivo", el jugador va completando, sin saberlo, un pequeño test que puede alertar de situaciones de acoso escolar. Esta información queda almacenada en el PC, protegiendo la identidad del menor, para ser examinada por los psicólogos del centro.

El juego, que expone al niño unas pruebas que deben superar -aunque siempre saldrá ganador- evita escrupulosamente la orientación violenta, sexista o discriminatoria, que parece ser tendencia en algunos juegos, explica esta empresa.

El proyecto pretende abrir un camino a una nueva forma de detectar cualquier cuestión de índole psicológica en el colectivo escolar.

Según Cánovas, se está cotejando con otros test de acoso escolar y "parece que la edad más adecuada de implementación es entre los 7 y 9 años, momento en que se inician las manifestaciones de acoso, los primeros síntomas de agresión física o verbal más duras".

"No sucede de un día para otro, ha habido todo un proceso de presión o de acercamiento hacia el niño que puede convertirse en una buena víctima y también ven si pueden involucrar a otras personas", señala el presidente de Protégeles.com, ya que el acoso "se fragua años antes de que ya se de una situación consolidada y de que los padres lo detecten".

La iniciativa pretende aprovechar el hecho de que los niños identifican los videojuegos con el concepto de ocio y de esta forma "no se sienten examinados".

"El personaje es gracioso y los chicos se familiarizan con la historia", indica Cánovas, quien recuerda que hay pocas pruebas tipo test para detectar el acoso escolar en niños tan pequeños y "el videojuego es algo cercano que necesita poca explicación".

Fuente: La Flecha.