Fuente:
BBC Mundo.
Los fabricantes de automóviles franceses Peugeot y Citroën llamaron a revisión 97.000 unidades -que incluyen sus modelos Peugeot 107 y Citroën C1- en toda Europa.
El conglomerado PSA, dueño de las dos marcas, describió la revisión como una "medida de precaución" para corregir un defecto con el pedal del acelerador.
La falla parece ser la misma que afecta a ocho modelos de la automotriz japonesa Toyota, que la pasada semana anunció la retirada de millones de vehículos en Estados Unidos, Europa y China debido a a un problema con el pedal del acelerador que se atora con el tapete del piso.
Los autos Peugeot y Citroën incluidos en el llamado a revisión fueron ensamblados en la República Checa, en una fábrica conjuntamente administrada con Toyota.
Allí se produce el modelo Aygo -uno de los implicados en el retiro de Toyota- junto con los autos que reciben la marca Peugeot y Citroën.
Campaña en medios
Los consumidores están recibiendo correspondencia en la que se les solicita llevar su vehículo al concesionario más cercano para analizar qué arreglos requiere.
Todos los autos en cuestión comparten el mismo problema de diseño del pedal del acelerador.
El corresponsal de asuntos económicos para Europa de la BBC, Nigel Cassidy, dice que llamado afecta 10% de todos los Peugeot 107 y Citroën C1 que transitan en Europa. Más de 15.000 autos serán inspeccionados en Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia y España.
Entretanto, Toyota comunicó que un número desconocido de sus automóviles en Medio Oriente podrían estar equipados con un acelerador potencialmente defectuoso.
En EE.UU., Toyota inició una campaña en televisión y en otros medios para asegurar a su clientela que está haciendo todo lo posible por garantizar la seguridad de sus autos.
Cualquier situación que pueda comprometer el buen nombre de una marca es digna de atención y, ciertamente, un llamado a revisión es un evento significativo.
Aún cuando la automotriz cubra todos los gastos de la inspección y de repuestos de piezas defectuosas, la empresa sentirá el golpe.
Los analistas señalan que un llamado a revisión se hace en nombre de la protección de los conductores, pasajeros y el público en general pero, en realidad, se lleva a cabo para paliar el impacto negativo sobre el valor de la marca, que ha sido cuidadosamente cultivado a lo largo de los años.
Los llamados pueden darse tras un análisis de post producción realizado por el mismo fabricante o después de un reclamo hecho por una agencia de seguridad de transporte gubernamental o una organización defensora del consumidor.
En todos los casos, lo que la empresa automotriz intenta controlar es cómo se informa en los medios al respecto y adoptar las medidas necesarias.
En el caso de Toyota, explica nuestro corresponsal, los potenciales clientes ya empiezan a cuestionarse si la empresa pudo haber sacrificado su fama de producto de calidad en su afán por convertirse en la mayor automotriz del mundo.