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2011/01/14

Power Balance afronta una demanda millonaria en EEUU

Power Balance se enfrenta a una demanda en EEUU que puede poner en peligro tres años de éxitos de ventas de sus famosas pulseras milagro. Una firma de abogados ha presentado en California una acción judicial que reclama a la compañía al menos cinco millones de dólares (3,8 millones de euros) para compensar a sus clientes estafados.
La demanda, que se planteó la semana pasada, se fraguó después de que Power Balance reconociera públicamente que "no hay pruebas científicas verificables" de las propiedades beneficiosas de sus pulseras, tras ser obligada a rectificar por el Gobierno de Australia por publicidad engañosa. Los demandantes entienden que los compradores que picaron por culpa de los reclamos publicitarios que afirman que las pulseras mejoran el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad deben ser resarcidos, sobre todo tras reconocerlo la empresa.

Desmiente la rectificación

La demanda se selló el 4 de enero. Al día siguiente, el presidente de la empresa, Keith Kato, hizo una declaración para respaldar la validez de sus productos y negar la existencia de una rectificación en Australia. "Es sencillamente falso", defendió Kato, quien aseguró que tan sólo se cambió la publicidad para adaptarla a las exigencias de las autoridades australianas. Además, se mostró "sorprendido" por la demanda judicial en EEUU.
La cifra que reclaman los abogados en California es el mínimo que exige la legislación de EEUU para emprender una demanda de este tipo, aunque el juez puede imponer una multa mayor a la vista de los daños causados al colectivo demandante. Se trata del mismo procedimiento jurídico que le costó más de 200.000 millones de dólares a las tabacaleras y que hizo famosa a Erin Brockovich frente a una compañía energética por contaminar las aguas.
Power Balance obtuvo el año pasado unas ganancias de 35 millones de dólares, una holgada situación económica que de momento le permite sobreponerse a las crecientes críticas que reciben sus productos en todo el mundo.
Ayer mismo, la compañía firmó un acuerdo con un equipo de la NBA, Sacramento Kings, para que el estadio donde juegan sus estrellas de baloncesto se llame pabellón Power Balance. Según la prensa especializada, la empresa de las pulseras que usan muchos jugadores de la NBA pagará un millón de dólares por cada uno de los cinco años que dura el contrato de patrocinio.
La coincidencia de este acuerdo con la demanda judicial ha llevado a los medios de EEUU a recordar el caso de un equipo de béisbol, Houston Astros, que firmó en 2000 un acuerdo similar con la empresa Enron un año antes de quebrar envuelta en un fraude empresarial.

Publico

De garantía de equilibrio, fuerza y flexibilidad a fraude mundial

1. Origen de las pulseras
En 2007, Troy y Josh Rodarmel, dos hermanos del condado de Orange (California, EEUU), desarrollaron las pulseras Power Balance, unos brazaletes de silicona con un holograma de Mylar (el material de las tarjetas de crédito o de los CD) que, según sus palabras, equilibra el cuerpo frente a los ataques recibidos por las miles de frecuencias que rodean al ser humano, desde las de los móviles hasta las de las ondas de la radio. Su invento, publicitan, aporta a su usuario mayor equilibrio, fuerza y flexibilidad.
2. Éxito de marketing
Los hermanos Rodarmel sustituyeron los ensayos clínicos por anécdotas que divulgaron en medios locales. Ambos son surfistas y repartieron 50.000 pulseras a los asistentes a una feria deportiva. También entregaron su producto al jugador de fútbol americano Mark Sánchez, quien afirmó que el accesorio le ayudaba a concentrarse.
3. La pulsera llega a España
A principios de 2009, la compañía empezó a vender sus pulseras en España. El brazalete, que se vendía a unos nada desdeñables 35 euros, se puso de moda entre los famosos. Desde José María Aznar a la duquesa de Alba, no había ‘celebrity' que no llevara una Power Balance. Se calcula que, al menos, han vendido 300.000 unidades en España.
4. Primeras denuncias
En abril de 2010, la asociación de consumidores Facua denunció la publicidad de las pulseras Power Balance, empresa a la que acusaba de vulnerar el real decreto 1.907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos. Facua afirmaba que la sede española de la empresa, situada en Marbella, atribuía propiedades pseudomilagrosas a sus pulseras. Al mismo tiempo, el Instituto Nacional de Consumo (INC), dependiente del ministerio de Sanidad, advertía a las comunidades autónomas sobre el fraude de las Power Balance, que se publicitaban ensalzando propiedades terapéuticas, privilegio reservado en España solo a los productos sanitarios. Paradójicamente, la empresa amenazó con denunciar a Facua por no luchar contras las imitaciones y, con su denuncia, contribuir a la destrucción de puestos de trabajo.
5. Multa en Andalucía
En noviembre de 2010, cuando no sólo seguían vendiéndose las Power Balance sino que, además, habían proliferado las empresas que vendían productos similares (EFX, Equilibrium, Ion Balance...), la Junta de Andalucía multó por primera vez a la sede española de la empresa por "una falta grave de publicidad engañosa", según el expediente sancionador. La cuantía de la multa que, según la ley, podía haber alcanzado los 400.000 euros, fue sólo de 15.000, lo que motivó una queja de Facua, que amenazó con presentar un recurso a la Junta de Andalucía.
6. Italia sanciona de verdad
Poco más de un mes después de la decisión andaluza, la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCM) de Italia sancionó a Power Balance Italia con 300.000 euros, tras descartar cualquier evidencia científica de los efectos beneficiosos del producto.
7. Castigo en Australia
A finales de 2010, la empresa reconoció en Australia que sus pulseras no tenían las propiedades que les atribuía su publicidad. El Gobierno obligó a la empresa a difundir la noticia, que se publicó la semana pasada, en su web y en medios locales.
8. Demanda en EEUU
El pasado miércoles, una firma de abogados reclamó a la compañía en EEUU al menos cinco millones de dólares para compensar a los estafados. Fundamentan su demanda en el precedente australiano.

Publico

Las 'pulseras timo' tendrán que rectificar sus anuncios

El Gobierno quiere atajar el engaño de las pulseras timo. El Instituto Nacional de Consumo tiene preparado un requerimiento "inminente" que enviará a la compañía Power Balance para que retire la publicidad engañosa de sus productos y haga un reconocimiento explícito de que no mejora ni la flexibilidad, ni la resistencia, ni el equilibrio de quien las viste, como asegura en sus reclamos. La notificación oficial a la compañía norteamericana se realizará la semana que viene "a más tardar", según ha sabido Público.
El Ministerio de Sanidad quiere trasladar a España la rectificación que las autoridades de Australia obligaron a publicar a Power Balance, en la que reconocía públicamente que "no hay pruebas científicas verificables" de las propiedades beneficiosas de sus pulseras.
"Se trata de que la compañía reconozca en España lo que ya ha reconocido en otros sitios sobre el mismo producto", resume la directora General de Consumo, Etelvina Andreu. La compañía deberá corregir su publicidad, aclarar a los consumidores que no tiene propiedades de ningún tipo y, en todo caso, vender sus pulseras como simples accesorios decorativos.
"Una vez que la empresa lo ha reconocido explícitamente, nos está aportando la necesaria prueba del engaño para realizar este requerimiento de rectificación y retirada de los reclamos. La prueba nos la han dado ellos", aclara Andreu.
En cuanto Power Balance reciba la notificación, se abre un plazo para que la multinacional conteste o alegue, pero desde el instituto insisten en que la norma es que las empresas requeridas acepten una petición de este tipo realizada por el Estado.

Multas de las autonomías

Consumo emprendió acciones sancionadoras el pasado mayo, en cuanto tuvo conocimiento de que se podía estar engañando a los consumidores con estas pulseras holográficas. Tras estudiar el caso, se revisó la jurisprudencia para aclarar qué acciones se podrían tomar contra Power Balance en caso de confirmarse el fraude.
A partir de ahí, se remitió un informe a las comunidades autónomas, que son las que están legitimadas para abrir expedientes por publicidad engañosa, para que actuaran en consecuencia si en su territorio se había perpetrado tal fraude.
Hasta la fecha, únicamente la Junta de Andalucía ha sancionado a Power Balance por fraude, por un importe de 15.000 euros, una multa que las asociaciones de consumidores consideraron ridícula para una compañía que se jacta de haber ganado 35 millones de dólares en 2010.
No obstante, desde Consumo se recuerda que las demás autonomías todavía pueden actuar en la misma dirección que Andalucía y con multas de mayor cuantía. Mientras permanece abierto un procedimiento sancionador de este tipo, la autoridad no puede hacerlo público porque perjudicaría a priori a la empresa investigada y esta podría impugnar todo el proceso. El requerimiento a Power Balance es independiente de las posibles multas que puedan imponer las autonomías.

Pajín las luce y las denuncia

Curiosamente, la llegada de Leire Pajín al Ministerio de Sanidad del que depende Consumo estuvo envuelta en la controversia porque se había visto en varias ocasiones a la nueva ministra luciendo estos accesorios pseudocientíficos.
El precedente para el requerimiento español se sentó el año pasado, cuando el Gobierno de Australia exigió a la compañía que documentara científicamente las propiedades de sus productos o que rectificara. Como no existe ningún estudio que avale las supuestas mejoras físicas que produce el pequeño holograma decorativo de la pulsera, la Comisión Australiana para el Consumo y la Competencia condenó a Power Balance a eliminar la "publicidad engañosa" de su sitio web y del embalaje.
A finales de diciembre, la compañía tuvo que pedir disculpas a los consumidores y anunció que resarcirá económicamente a quien se haya sentido engañado.
España es el segundo país en que se aprovecha el caso australiano para actuar contra las pulseras, después de que en EEUU una firma de abogados presentara en California (donde la firma tiene su sede) una acción judicial que reclama a la compañía al menos cinco millones de dólares (3,8 millones de euros) para compensar a sus clientes estafados.
Al día siguiente, y para evitar una hemorragia de denuncias en todo el mundo, el presidente de Power Balance, Keith Kato, aseguró que era falso que la empresa hubiera rectificado su publicidad en Australia y respaldó la validez de sus reclamos en una declaración publicada en su web internacional. La rectificación sigue colgada en su web australiana.

Publico

2007/07/05

Cómo protegerte de los timos para móvil

Seguro que has recibido alguno, o quizás lo hayas visto en alguno de los millones de anuncios que salen en TV sobre politonos, fondos para tu móvil, juegos, etc. Te explicamos cuál es la trampa de la palabra ALTA y cómo salir del embrollo si ya estás dentro.

Lo peor que te puede pasar con los timos a través de Internet es que des tus datos bancarios o de tarjeta de crédito, así que con no darlos nunca, podemos decir que estamos más o menos a salvo del "phishing". Pero con los móviles es diferente, el "smishing" es una manera mucho más maquiavélica de timarnos a través de mensajes SMS. Si bien pueden pedirnos datos bancarios y que caigamos tal como lo podríamos hacer con un e-mail, los timos más peligrosos son los que tienen que ver con la palabra ALTA.

Puede que decir "timo" sea algo fuerte, dado que si lo fuera, cómo podrían poner tantos anuncios en televisión sobre este tipo de servicios, ¿no? Pero lo cierto es que la inmensa mayoría de las compañías que ofrecen servicios en los que te piden que envíes un SMS con la palabra ALTA a un número determinado, se basan en el engaño para sacarnos el dinero, poniendo trabas (ocultando información) para que nos resulte difícil darnos de baja y dejar de pagar.

Estos servicios se basan en que una vez que enviamos un mensaje con la palabra ALTA, quedamos suscritos a un servicio que nos envía mensajes queramos o no, con un coste "premium" por cada SMS recibido. Así, recibiremos varios fondos de pantalla, tonos, avisos, etc., al día, con costes que pueden llegar perfectamente a los 18 Euros mensuales, o incluso más.

El problema es que cuando lo detectamos, vemos impotentes como, en la mayoría de ocasiones, no se nos han facilitado instrucciones para darnos de baja, o estas son incorrectas. En muchos casos, nisiquiera sabemos qué empresa nos está ofreciendo este servicio.

La solución más fácil, como siempre, es la prevención. Darse de ALTA en un servicio es ligarse contractualmente (aunque sin contrato) con una compañía que no nos garantiza cuál va a ser el gasto mensual del servicio, y a menos que tengamos muy claras las condiciones del servicio, y cómo darse de baja, no es ni mucho menos recomendable. Existen decenas de compañías que nos permiten bajarnos una canción o juego enviando SMS pero sin tener que darnos de alta en ninguna parte.

Pero lo más común es encontrarse ya con el problema cuando llega la primera factura o la primera remesa de mensajes. En estos casos, no es necesario dar de baja la línea del móvil o dar orden de impago al banco. Lo primero es determinar qué empresa nos está enviando los SMS. Si no sale ya el anuncio por la televisión o ni sabemos dónde nos hemos dado de alta, podemos comprobar en la base de datos de la Asociación de Empresas de Servicios a Móviles si figura el número desde el que recibimos los mensajes.

Si no figura en su listado, el nombre de la empresa debería figurar en la factura del móvil, o también podemos exigir al servicio de información de nuestro operador de móvil que nos facilite el nombre de la empresa que nos ofrece el servicio no deseado.

Una vez localizada la empresa, una búsqueda por Google nos debería facilitar una dirección de contacto y un número de teléfono, al que podemos llamar para que nos den las instrucciones de baja del servicio. En caso de que no nos contesten o que no nos quieran facilitar esta información, recomendamos que expongais vuestro caso en el foro de móviles de Terra para que os podamos facilitar la información de baja del servicio en cuestión, y que os dirijais a la web de la Agencia de Protección de Datos y formuléis una denuncia contra esa compañía.

De igual manera, si la compañía no ha facilitado las instrucciones de baja correctas, os animamos a que la denuncieis a Autocontrol, el organismo regulador de la publicidad en España.

Fuente: Terra España.