Las personas que trabajan como jueces en concursos de
talento que se emiten en televisión son famosos en sus respectivos
países e incluso a nivel internacionales.
Miles de personas los ven cada semana en shows
como el Factor X, The Voice o American Idol. Pero también pueden ser
temperamentales y costosos. ¿Qué pasaría si se reemplazan con un
computador, que es barato, consecuente y de bajo mantenimiento?
Esta es, en esencia, la meta de Nick Collins, de la universidad de Sussex, en Reino Unido.
Él realiza una investigación sobre máquinas que
escuchan y aprenden, y ya programó tres jueces por computador, equipados
con conocimiento musical general y hasta con rasgos individuales.
Los jueces tecnológicos serán utilizados en un
concurso en Londres y, para lograr su cometido, Collins utilizó un
lenguaje de programación altamente versátil, que se escribió
especialmente para la música. Se llama
SuperCollider.
Sus adeptos -desde músicos innovadores hasta
científicos y artistas de sonido- viajaron de todas partes del mundo a
Londres esta semana para una conferencia que presenta esta herramienta
poderosa, que los programadores pueden utilizar para explorar la
inteligencia artificial musical.
¿Pero puede un computador tener realmente gusto
musical? Y, en caso de que sí, ¿tienen los días contados las
celebridades que fungen de jueces?
Aprendiendo las reglas
Una simple línea de código -
{SinOsc.ar}.play- le permitirá tener un ruido continuo y desesperante.
Añada, entonces, varios miles de líneas de código y podría tener una sinfonía de sonidos electrónicos.
O, mejor aún, como
SuperCollider es un
lenguaje de programación interactivo y dinámico, podría enseñarle al
software a inventar su propio álbum de obras maestras en cualquier
género, desde flautas andinas hasta el acid jazz. Todo mientras usted
observa y descansa.
Como lenguaje, es capaz de crear inteligencia
artificial. Para crear su propia música, puede ser programado para que
siga una serie de reglas que se conocen como una composición
algorítmica.
O se puede alimentar con una dieta de música,
por ejemplo sólo reggae, para que él "aprenda" las reglas de ese género y
pueda, como respuesta, crear sus propias canciones.
"Mundo de sonidos"
Con base en este tipo de dieta, Collins creó a sus jueces para una competencia de dubstep, un género musical electrónico.
"El juez es un sistema mecánico de escucha", dice Collins.
Para entrenarlos como jueces de dubstep, deben ser primero expuestos al género.
Los jueces "escuchan" varias horas de los
primeros tipos de dubstep, dubstep comercial reciente y música dance
electrónica en general.
Eso les permite tener un conocimiento básico en esos géneros.
Los computadores analizan información compleja
dentro de cada pieza musical, como el tono, la "textura" de la música,
el ritmo, la forma como cambian las canciones con el tiempo. Generan una
idea de lo que Collins llama su "mundo de sonidos característico".
"Mis jueces también tienen odios y placeres inconfesables", dice Collins.
Esto se logra al permitirle a cada juez que
analice ejemplos adicionales de dubstep, que le ayudarán a formar sus
preferencias individuales.
Para entrenar a los jueces se necesitan ocho horas. "No puedo adelantar cómo resultarán", dice Collins.
"Definitivamente son entidades independientes ahora, y tienen sus propios sesgos", añade.
"La capacidad de escucha de los jueces no está
todavía a la par del oído humano, pero esto es un intento por considerar
algunas de las formas en las que funciona la escucha humana", expresa.
"Nunca serán tan molestos como Simon Cowell", dice, en referencia al conocido juez inglés.
También carecen de forma física, pero Collins
anticipa que podría convertir sus creaciones en robots, para que puedan
ser vistos mientras discuten sus decisiones.
Efectos de voz
Hay muchas ventajas cuando se genera música con un computador, a diferencia de como lo hace un instrumento tradicional.
Un instrumento depende de aportes constantes, como tocar una cuerda o soplar a través de una boquilla.
SuperCollider puede recibir cualquier
tipo de información variable y convertirla en una composición. También
puede aprender a tocar en vivo con un músico.
Así como Keith Richards puede saber cómo tocar cierto tipo de
riff cuando ve que Mick Jagger hace un efecto de voz,
SuperCollider también puede aprender a responderle a un artista en particular.
Puede generar un efecto como una distorsión o el
sonido de un tambor cuando escucha un sonido específico, así que puede
participar en un evento en vivo.
Esta habilidad se pondrá a prueba en otro evento
SuperCollider durante la conferencia de este año.
Inspiración al programar
Se han asignado grupos de programadores para
colaborar con tres grupos de músicos: un excampeón mundial de beatbox,
una técnica con la que se hacen sonidos de percusión con la boca; un
guitarrista de metal progresivo y un flautista.
Los equipos tienen dos días para ensayar juntos antes de presentarse en un show en vivo.
La
beatboxer Bellatrix trabajará con los aficionados de
SuperCollider Chris Kiefer (de Reino Unido); Yorgos Diapoulis (de Grecia) y Tim Walters, un ingeniero de Apple que viajó de Estados Unidos.
Durante el ensayo en Londres, los programadores se sientan con sus
computadores portátiles, observando ondas que describen el tipo de ruido
que está haciendo la
beatboxer.
Se envían mensajes con líneas de código a medida
que les llega la inspiración. Cada línea o algoritmo le dará una nueva
dirección a su sonido típico.
"Los algoritmos escuchan lo que ella está
haciendo con su voz y crean una respuesta para generar un sistema con el
que ella pueda improvisar", dice el programador Kiefer.
"Estamos probando muchos algoritmos para ver qué funciona con su voz".
Una vez acuerdan el "campo de sonidos", estarán listos para una presentación en vivo frente a una audiencia.
"Hay elementos que se pueden comparar verdaderamente con el trabajo que se hace con otros humanos", dice Bellatrix.
"Los computadores escuchan lo que uno dice y le
responden. Algunas veces se genera una sensación, algunas veces uno
dice, ¡esto es de locos! Me está dando un empujón como músico".
Sutilezas
Mientras artistas como Bellatrix pueden entusiasmarse con las oportunidades creativas que ofrecen softwares como
SuperCollider, otros tienen dudas sobre su habilidad para juzgar la música.
"Como un DJ, todavía siento que la decisión de la música que pongo o
no pongo está basada en sutilezas", dice Nemone, el DJ de BBC 6 Music.
"Un tema musical puede ser casi bueno, pero no
tanto, así que no lo pongo. De manera similar, si hay algo que amo, lo
pondré definitivamente".
"Diría que el sentimiento, esa decisión final emocional, no podrá ser digitalizada", asevera.
Agrega que los DJ también toman decisiones emocionales en eventos en vivo, cuando "leen" lo que pasa en la pista de baile.
"Las personas escuchan mi selección de canciones
y terminan confiando en que yo les pondré cierto tipo de temas. Creo
que se notaría sobremanera si un computador estuviera tomando esa
decisión".
Hasta que se resuelva el tema de la inteligencia
emocional de un software, tal vez los jueces de programas de concurso
podrán sentirse tranquilos en sus puestos.