Hace años visitar
Israel
era acercarse a un país peculiar y en el que en muchas cosas percibías
un grado de desarrollo diferente al de Europa. Hoy en día sigue siendo
un lugar más que peculiar –y ese es uno de sus encantos-, pero en no
pocas cosas la sensación es la contraria: la de encontrarse en
un país muy avanzado.
Si nos centramos en
Tel Aviv esa percepción todavía es más acusada, y sí se tiene la oportunidad de conocer lo que los propios interesados llaman
"el ecosistema de start-ups" una puede llegar a pensar, directamente, que se encuentra en el
futuro.
Futuristas, por ejemplo, son las instalaciones de
StoreDot en Herzliya, una ciudad justo al norte de Tel Aviv en la que se ha establecido esta start-up que ha sido capaz ya de
recabar 66 millones de dólares en sus rondas de financiación.
Nos recibe en su impoluta oficina
Doron Myersdorf,
uno de los máximos responsables de la firma, que nos explica el peculiar
carácter de una empresa en la que la mayoría de la plantilla son
investigadores de alto nivel -unos 40- de las más diferentes disciplinas
y que se dedican a desarrollar
nuevos compuestos a través de la manipulación molecular de elementos orgánicos.
¿Y qué hacen con ellos? Pues por ejemplo sistemas que permiten
cargar completamente la batería del móvil en dos minutos, sí, sólo en dos minutos. Vean en el vídeo que encabeza esta noticia la velocidad real de la carga.
Se trata de una tecnología que ya está en muy avanzada en sus pruebas y StoreDot está trabajando con
grandes empresas como Samsung para
implementarla –es necesario cambiar muchos de los elementos del móvil,
empezando por supuesto por la batería y el cargador-. Si todo transcurre
según está previsto
llegará al mercado en unos doce meses.
Después, aún sin fecha pero probablemente no mucho más tarde, se
lanzarán otros productos, algunos completamente diferentes como
pantallas orgánicas que ofrecen un rendimiento propio de las OLED pero
sin alguno de los componentes caros y poco ecológicos de éstas como el
cadmio; otros más parecidos pero a otro nivel:
baterías para coches eléctricos
que se cargarán en un tiempo similar al que utilizamos para repostar
gasolina; eso sí, para esto habrá que esperar al año 2020,
aproximadamente.
Del océano al grifo
Las ideas de los emprendedores israelíes tienen toda la amplitud
posible: de lo más global a lo más particular. En lo primero ha pensado,
por ejemplo,
Windward,
una empresa que ha logrado algo que, sorprendentemente, parecía
imposible no hace tanto: disponer –y poder manejar- de información en
tiempo real sobre
todos los barcos que surcan todos los mares del mundo.
Puede que ustedes se pregunten para qué sirven esos datos, pero lo
cierto es que con el 90% del comercio mundial viajando por el mar saber
cuándo pueden llegar qué bienes y a dónde
puede valer millones, especialmente en bienes como los hidrocarburos que cotizan en mercados de futuros.
La visión de
Konstantin Berezin, el CEO y cofundador de
Bwareit es más doméstica, por así decirlo, nos la explica durante el
Festival DLD de Tel Aviv con un acento ruso que no ha logrado perder en sus años en Israel. Su producto es el
SmartH2O,
un pequeño dispositivo que se adapta al grifo y nos da en todo momento
el agua que estamos gastando y la temperatura a la que sale, con un
código de colores para advertirnos si está caliente.
"No puedes ahorrar si no sabes lo que gastas", nos dice convencido
Konstantin, que asegura que sólo instalando este pequeño dispositivo
se reduce el consumo en un 20%.
Teniendo en cuenta que saldrá al mercado por un precio entre 29 y 39
dólares la compra se amortizaría en unos meses. En menos de medio año
espera tenerlo en el mercado.
De la tierra y del éter
También tecnología, aunque pueda no parecerlo, es lo que ha desarrollado
Steak TzarTzar, una empresa de la que
ya hemos hablado en Libertad Digital. Conocemos en la DLD a su ceo,
Dror Tamir,
que nos cuenta los últimos logros de su compañía: han reducido el
crecimiento del saltamontes de un plazo de un año a varias semanas
gracias a que han reducido el periodo que los huevos pasan bajo tierra
sin eclosionar "de ocho o nueve meses a diez días".
Con esto pueden lograr "diez cosechas al año" y, sobre todo,
conseguir el volumen de producción que necesitan para la
comercialización: "Ahora tenemos unos 12.000, serán 300.000 en noviembre
y tendremos
de cinco a diez millones de saltamontes en febrero".
Ya hay compañías de todo el mundo interesadas tanto en comprar los
propios insectos como el producto procesado: polvo de saltamontes para
compuestos energéticos que, por lo visto, son un éxito total entre
deportistas.
Mucho más etérea, por así decirlo, es la tecnología que ha desarrollado
Mixrave, una empresa que ha logrado
"extraer el ADN acústico de cada canción" –así lo explica su CEO,
Ohad Sheffer.
La idea es que con ese ADN se puede ofrecer al usuario de servicios on
line de streaming canciones y artistas cuya música sí se parezca a
aquello que está escuchando.
Otras empresas se centran en trasladar un modelo de éxito a otro ámbito,
Yakir Daniel, responsable de
Spotinst nos habla de su empresa como "el
AirBnb del cloud service", el almacenamiento y los servicios en la nube.
Asegura que han desarrollado algoritmos que mejoran el funcionamiento de los data center y que son capaces de ofrecer
ahorros de hasta el 85%. Su tarifa es una muestra de confianza: cobran un 20% de lo que ahorran a sus clientes.
Shopnfly,
por su parte, se mueve en un terreno más cercano a muchas de nuestras
preocupaciones, por así decirlo: es una página que pretende facilitarnos
esas compras que hacemos cuando viajamos.
Eylon Steiner es
su cofundador y también quiere parecerse a alguien: aspira a
"convertinos en el booking.com de las compras en los viajes", nos dice,
recordando que las compras suponen
un 20% de los gastos cuando viajamos, "y hasta ahora nadie se dedicaba a ellas".
No tanto en vender como en potenciar las compras piensa
Cimagine,
una empresa que ha creado un impresionante aplicación de realidad
aumentada que permite ver en nuestra tableta o móvil cómo queda, por
ejemplo, un determinado mueble en ese rincón de casa con el que nunca
hemos sabido bien qué hacer. Pronto la cosa irá un paso más allá, nos
promete su CEO Yoni Nevo:
podremos probarnos ropa como si estuviésemos en la misma tienda.
Más allá de las compras
Mientras la mayoría piensa en compras
Avishay Pariz
pensó en lo que pasa después de las compras y en lo complicado que es
"rellenar todos esos folletos de garantía que luego no sabes dónde has
guardado", nos cuenta en las oficinas en Tel Aviv de
Warranteer, la empresa que ha fundado.
Así que con Warranteer se puede hacer eso: rellenar de forma
automática la garantía de eso que nos acabamos de comprar de forma que
todo quede almacenado en la nube. El servicio es
gratuito para el usuario final y ya ha seducido a grandes compañías como
LG o Philips,
a las que ayuda a reducir los costes de sus departamentos de atención
al cliente y, sobre todo, a mejorar la relación con los consumidores.
¿Y si en vez de gastar dinero lo que queremos es ganarlo? Para eso la solución puede ser
GetStocks, una página que trata de hacer de
la inversión en Bolsa algo más accesible, más divertido y… menos peligroso.
Se trata de una página web que permite invertir en las principales bolsas del mundo y, además, crea un entorno lectivo y con
características propias de una red social:
se pueden ver las inversiones de otros usuarios e incluso copiar su
cartera. Además, permite invertir desde una cantidad tan pequeña como
200 euros. "Lo que queremos, nos explica
Elliot Hool,
uno de los altos directivos de la firma- es solucionar la falta de
confianza en los mercados financieros de personas de clase media que
podrían invertir pero no se atreven a hacerlo".
El proyecto es ambicioso: han logrado unos
ocho millones de dólares de financiación
y justo el día a principios de septiembre en el que visitamos su
oficina de Tel Aviv acaban de lanzar su primera gran campaña
publicitaria en el Reino Unido.
Para las redes sociales
Otros tienen y desarrollan ideas destinadas a esa parte de nuestras vidas, cada vez más grande y más activa, que son las
redes sociales, es el caso de
KitCut,
una pequeña start up –pero que ya ha recaudado varios cientos de miles
de dólares- y que ha desarrollado una aplicación muy sencilla para
realizar pequeños montajes fotográficos y dibujos que compartir en las
redes sociales.
Es, para que ustedes me entiendan, idónea para triunfar en esos
memes que se generan después de cada acontecimiento público y con la que seguro que lograremos triunfar entre los amigos.
Precisamente para compartir vídeos entre amigos se ha creado
Rounds, una de esas ideas que logran trasladar algo divertido del mundo real a lo virtual: se trata de una aplicación que permite que
un grupo de amigos vea un vídeo simultáneamente, lo comente y se divierta con él.
Es como si estuviesen todos sentados en un sofá frente a la
televisión y, además, todos tuviesen el mando a distancia, ya que cuando
uno para la reproducción o la adelanta o la atrasa les ocurre lo mismo a
todos los demás, es decir, siempre están viendo el mismo momento del
vídeo. Los grupos de amigos pueden también jugar a algunos juegos e
incluso hacerse fotos juntos, aunque les separen miles de kilómetros.
Tal y como nos cuenta
Natasha Shine-Zirkel en una cena en Tel Aviv entre periodistas y emprendedores, la aplicación ya tiene
dos millones de usuarios en
todo el mundo y la empresa está a punto de abrir oficinas en Nueva York
para iniciar el asalto a EEUU. La gente de Rounds, como la mayoría de
los emprendedores israelíes, no piensa en pequeño.