La industria del entretenimiento de China ha dado una
muestra inequívoca de sus ambiciones globales con el anuncio de la
adquisición de la cadena de cines estadounidense AMC por parte del
conglomerado Dalian Wanda Group, propiedad de uno de los hombres más
ricos de la nación asiática.
La operación de compra de la que es la segunda
mayor cadena de salas de exhibición de Estados Unidos -valorada en
US$2.600 millones- convertirá a Wanda en el mayor propietario de cines
por ingresos del planeta y dará acceso a la compañía china al principal
mercado cinematográfico del mundo.Según los analistas, este acuerdo pone en evidencia cómo en los últimos años las industrias cinematográficas de China y EE.UU. han apostado decididamente por estrechar sus lazos y aumentar las sinergias.
"Con esta adquisición se da un paso más en la integración del mercado cinematográfico chino y el estadounidense", le dijo a BBC Mundo Lucas Shaw, redactor de The Wrap, publicación con base en Los Ángeles (California) especializada en la industria del entretenimiento.
"Recientemente se ha incrementado mucho la cooperación entre los estudios de cine EE.UU. y las compañías chinas y, tras este acuerdo, es de esperar que esta vaya en aumento", señaló Shaw.
Según recuerda el redactor de The Wrap, en los últimos años "hemos visto como la globalización llegaba a muchos tipos de industrias" y, en su opinión, "la industria cinematográfica es una más".
El imperio de Wang Jianlin
Fundado por el millonario Wang Jianlin, Dalian Wanda Group tiene
negocios en el campo de la promoción inmobiliaria, los hoteles y los
centros comerciales, por nombrar unos cuantos.
Además, Wanda es propietario del tercer exhibidor cinematográfico de China, que cuenta con 86 cines y 730 pantallas.
Con la compra de AMC, Wanda se hace con el control de los 346 cines y más de 5.000 pantallas que la compañía tiene en EE.UU. y Canadá.
Según se dio a conocer este lunes al anunciarse el acuerdo, la compañía china planea invertir US$500 millones en AMC. Parte de ese capital irá destinado a saldar algunas de las deudas de la compañía, que en el último trimestre de 2011 registró unas pérdidas de US$73 millones.
"Esta adquisición da más poder a Wanda para negociar con los estudios de cine y los distribuidores estadounidenses, ya que ahora cuenta con el segundo exhibidor de EE.UU. y con uno de los mayores de China", señala Lucas Shaw.
Según el periodista de The Wrap, de concretarse esta operación -que aún debe recibir el visto bueno de los reguladores de ambos países- "Wanda podría querer exhibir más películas chinas en los cines de EE.UU., aunque al final acabarán mostrando las películas que les hagan vender más entradas, sean estas chinas, estadounidense o francesas".
Además, Wanda es propietario del tercer exhibidor cinematográfico de China, que cuenta con 86 cines y 730 pantallas.
Con la compra de AMC, Wanda se hace con el control de los 346 cines y más de 5.000 pantallas que la compañía tiene en EE.UU. y Canadá.
Según se dio a conocer este lunes al anunciarse el acuerdo, la compañía china planea invertir US$500 millones en AMC. Parte de ese capital irá destinado a saldar algunas de las deudas de la compañía, que en el último trimestre de 2011 registró unas pérdidas de US$73 millones.
"Esta adquisición da más poder a Wanda para negociar con los estudios de cine y los distribuidores estadounidenses, ya que ahora cuenta con el segundo exhibidor de EE.UU. y con uno de los mayores de China", señala Lucas Shaw.
Según el periodista de The Wrap, de concretarse esta operación -que aún debe recibir el visto bueno de los reguladores de ambos países- "Wanda podría querer exhibir más películas chinas en los cines de EE.UU., aunque al final acabarán mostrando las películas que les hagan vender más entradas, sean estas chinas, estadounidense o francesas".
Acceso al mercado chino
Shaw coincide con algunos analistas en que la industria de Hollywood
también se beneficiará del acuerdo "ya que este podría dar más acceso a
las producciones de EE.UU. al mercado chino".
Además, asegura que la compañía china podrá aprovecharse de los conocimientos y la tecnología de AMC, "lo que le servirá para expandirse dentro del propio territorio chino" en formatos como el 3D o el Imax.
Según señala el diario Los Angeles Times, el pasado año China registró un aumento del 30% en la venta de entradas de cine hasta alcanzar los US$2.100 millones, superando así a Japón como el mayor mercado exterior para las películas de Hollywood.
Aunque eso es sólo una fracción de los US$10.200 millones obtenidos en la taquilla de EE.UU., hay que tener en cuenta que la venta de entradas en este último país está disminuyendo.
Es por eso que las compañías estadounidenses se apresuran a tomar posiciones en el mercado chino, que se espera siga creciendo rápidamente en los próximos años.
En febrero pasado, el estudio Dreamworks anunció que se unía con China Media Capital para formar Dreamworks Oriental, que tendrá su sede en Shanghái y producirá películas de animación y acción para un público familiar, tanto dentro como fuera de China.
Mientras, en abril Disney hizo públicos diversos acuerdos para aportar su experiencia a productores chinos en campos como el del desarrollo de guiones y el de recursos humanos para captar talento local.
Otro de los modelos explotados recientemente por compañías estadounidenses ha sido el de crear joint-ventures con productores chinos para producir películas en inglés y venderlas en todo el mundo.
A eso hay que añadir la tendencia a que las producciones estadounidenses adapten cada vez más sus contenidos a la audiencia de la nación asiática, incorporando temáticas, escenarios o actores que les resulten más familiares.
Pero pese al constante aumento de la colaboración entre las industrias cinematográficas de ambos países, los estudios de Hollywood todavía enfrentan dos grandes retos en el mercado chino: la piratería y el sistema de cuotas impuesto por el gobierno de Pekín a las películas extranjeras.
A ese sistema de cuotas -que en la actualidad permite tan sólo la exhibición de 34 filmes foráneos al año (algunos de los cuales deben ser en 3D o para teatros Imax)- hay que añadir el esquema de reparto de ganancias que da a los estudios un porcentaje de la recaudación de boletería mucho menor que el que consiguen en EE.UU.
Los analistas creen que el acuerdo alcanzado entre Wanda y AMC podría contribuir a que se relajen algunas de esas restricciones.
Además, asegura que la compañía china podrá aprovecharse de los conocimientos y la tecnología de AMC, "lo que le servirá para expandirse dentro del propio territorio chino" en formatos como el 3D o el Imax.
Según señala el diario Los Angeles Times, el pasado año China registró un aumento del 30% en la venta de entradas de cine hasta alcanzar los US$2.100 millones, superando así a Japón como el mayor mercado exterior para las películas de Hollywood.
Aunque eso es sólo una fracción de los US$10.200 millones obtenidos en la taquilla de EE.UU., hay que tener en cuenta que la venta de entradas en este último país está disminuyendo.
Es por eso que las compañías estadounidenses se apresuran a tomar posiciones en el mercado chino, que se espera siga creciendo rápidamente en los próximos años.
Los acuerdos se multiplican
La compra de AMC por parte de Wanda es solo el último de una serie de acuerdos firmados entre compañías estadounidenses y chinas en el campo del entretenimiento.En febrero pasado, el estudio Dreamworks anunció que se unía con China Media Capital para formar Dreamworks Oriental, que tendrá su sede en Shanghái y producirá películas de animación y acción para un público familiar, tanto dentro como fuera de China.
Mientras, en abril Disney hizo públicos diversos acuerdos para aportar su experiencia a productores chinos en campos como el del desarrollo de guiones y el de recursos humanos para captar talento local.
Otro de los modelos explotados recientemente por compañías estadounidenses ha sido el de crear joint-ventures con productores chinos para producir películas en inglés y venderlas en todo el mundo.
A eso hay que añadir la tendencia a que las producciones estadounidenses adapten cada vez más sus contenidos a la audiencia de la nación asiática, incorporando temáticas, escenarios o actores que les resulten más familiares.
Pero pese al constante aumento de la colaboración entre las industrias cinematográficas de ambos países, los estudios de Hollywood todavía enfrentan dos grandes retos en el mercado chino: la piratería y el sistema de cuotas impuesto por el gobierno de Pekín a las películas extranjeras.
A ese sistema de cuotas -que en la actualidad permite tan sólo la exhibición de 34 filmes foráneos al año (algunos de los cuales deben ser en 3D o para teatros Imax)- hay que añadir el esquema de reparto de ganancias que da a los estudios un porcentaje de la recaudación de boletería mucho menor que el que consiguen en EE.UU.
Los analistas creen que el acuerdo alcanzado entre Wanda y AMC podría contribuir a que se relajen algunas de esas restricciones.