El mundo de los dispositivos móviles sufrió
movimientos tectónicos en los últimos años, con plataformas que se
hunden y sistemas operativos que emergen para dominar desde la altura.
El líder mundial hoy es Android (propulsado por Google) y compite
-excepto en la Argentina- con el iPhone; en nuestro país la puja está
con BlackBerry, mientras Windows Phone 7 (de Microsoft) prepara su
desembarco oficial en estas costas.
Pero a diferencia del iPhone y de los BlackBerry,
hablar de Android, y en menor medida de Windows Phone 7, es pensar en
varias marcas, modelos y versiones de sistemas operativos, lo que puede
resultar confuso.
No todo el mundo define la compra de un móvil por el
sistema operativo, claro; prefiere antender a su precio y sus
prestaciones. Pero aún en ese caso el sistema operativo define el
universo de aplicaciones disponibles. Hay más para Android o el iPhone
que para Symbian, BlackBerry y Windows Phone sumados, por ejemplo,
aunque en términos generales las herramientas básicas y los servicios
más populares son accesibles desde todas estas plataformas.
A diferencia de otras plataformas, la variedad de
marcas, formatos y características disponibles en Android es enorme.
Todos los BlackBerry ofrecen más o menos lo mismo, aunque hay un quiebre
palpable entre los que corren la versión 7 del sistema operativo (Bold
9900, Torch 9810 y 9860, Curve 9360), que tienen más RAM, procesadores
más veloces y más prestaciones que sus antecesores. A propósito: los que
tienen BlackBerry 6 no pueden actualizarse a la versión 7.
En Symbian^3 es similar: hay dos generaciones. La
primera, con el N8 a la cabeza; la segunda, con el recién llegado 500;
ambos usan la actualización Belle de este sistema operativo, pero el
segundo tiene mejor hardware.
Pero en Android hay equipos de 300 pesos (como el
Alcatel OT906) y de 3000 (como el Samsung Galaxy Note) y una larga y
compleja lista de equipos con y sin teclado, con pantallas de mayor o
menor tamaño, y con procesadores de distinto calibre.
Son tres los elementos básicos que alguien que evalúe
comprar un Android debería tener en cuenta: que corra Android 2.2 como
mínimo (idealmente 2.3; todavía no se venden equipos con Android 4 en el
país); que tenga un procesador a 1 GHz (no necesita ser de doble
núcleo) y, en lo posible, 1 GB de RAM, aunque hay equipos buenos con 512
MB.
Por supuesto, es mejor si el chip es de doble núcleo (o
de cuádruple núcleo, como los que se presentaron en febrero último),
pero esto los hace más caros, y a quienes no les interesen los
videojuegos o algunas otras aplica ciones multimedia no verán grandes
beneficios con el cambio.
Después será cuestión de elegir el tamaño de la
pantalla, la resolución de la cámara, si tiene teclado o no, la memoria
interna, etcétera, en función de nuestras necesidades y posibilidades
económicas.
Las actualizaciones
En Android, además, está el no menor tema de las
actualizaciones del sistema operativo. Todos los fabricantes actualizan
este componente básico, que transforma una pieza de plástico y metal en
un teléfono celular. Históricamente, esta renovación se usaba como una
herramienta para corregir errores, pero en los últimos años (sobre todo,
desde la llegada del iPhone) la actualización también suma aplicaciones
nuevas o mejora las existentes, optimizando componentes para tener un
mejor rendimiento (carga más veloz de programas, menor consumo de
batería) o puliendo los elementos presentes para facilitar su uso.
Siempre conviene actualizar.
En esto es como con las versiones de Windows en una PC,
con la salvedad de que no es posible adquirir una nueva versión en
forma independiente y actualizar el móvil. No oficialmente, al menos.
Así, actualizar Android depende de tres elementos.
Primero, que Google libere una nueva versión de Android (la 4.0.4 es la
más actual); luego, que el fabricante la tome y la adapte a los
teléfonos que considera que pueden usarla, al tiempo que ajusta los
agregados propios para hacerlos compatibles con esa nueva versión. En
una tercera etapa, la presenta a las operadoras, que analizarán si vale
la pena homologarla y ofrecerla a sus clientes. Esto mismo sucede con el
resto de los sistemas operativos, pero en Android es más complejo por
la diversidad de fabricantes y combinaciones de hardware.
La decisión de las compañías respecto de qué móvil será
actualizado tiene que ver con sus limitaciones de hardware, con el
éxito de un modelo en particular, y con el interés del fabricante y de
la operadora en invertir en él y extender su vida útil.
La mayoría de los equipos presentados hasta el año
pasado se vendía con Android 2.2 o 2.3 (o se actualizan a esta versión).
Este año los nuevos modelos ya vendrán con Android 4.
Según le confirmó Hugo Barra, el director de Android
para Google, a La Nacion, los equipos que corren Android 2.x de fábrica
son capaces de usar Android 4 (la versión 3.x está reservada para
tablets). Los modelos con Android 1.5 o 1.6 no tienen memoria RAM y
procesador de capacidad suficiente para correr Android 4 en forma
adecuada.
Cada compañía elige qué actualizar. Así, HTC confirmó
que el equipo Sensation, que ya ofrece en el país, se actualizará este
año a Android 4; en LG los afortunados serán el Optimus 2X, el Optimus
3D y el Black, en algún momento del trimestre que comienza mañana;
Motorola confirmó que actualizará el Razr y el Atrix 2 (próximo a
presentarse en el país), mientras evalúa el destino del Atrix original y
el Milestone 3; Samsung ya comenzó a distribuir la versión 4 para su
Galaxy SII (aunque no está disponible todavía en la Argentina) y en
breve hará lo propio con el Galaxy Note, y Sony lo hará en los próximos
meses con el Xperia Play y el Xperia Mini Pro (y otros modelos que no se
venden aun en la Argentina).
Los tiempos varían también según el país; se le suele dar prioridad a los del hemisferio norte.
Los usuarios más aventurados que tengan un móvil que no
se vaya a actualizar pueden probar suerte con alguna de las versiones
de Android construidas por desarrolladores independientes, que ofrecen
un Android moderno para equipos más antiguos. La más popular es
CyanogenMod (
www.cyanogenmod.com ), que no tiene costo; en la página se listan los modelos compatibles con ese firmware.
En sí, el proceso de actualización oficial no es
demasiado complejo. En algunos casos se puede hacer desde el mismo
teléfono; en otros, será necesario conectarlo a una PC e instalar un
pequeño programa (provisto por el fabricante) que descargará el código y
realizará la actualización.
Los datos del usuario y las aplicaciones instaladas no
deberían verse afectadas, pero no está de más hacer primero una copia de
seguridad de los datos del celular antes de iniciar el proceso.
Ventanas de bolsillo
El caso de Windows Phone 7 (WP7) es más sencillo,
porque Microsoft tomó la decisión estratégica de cortar toda conexión
con las versiones anteriores y hacer una totalmente nueva, con una
interfaz gráfica que es la base de la que se incluye en Windows 8 para
PC, basada en un damero de cuadros activos que llevan a las aplicaciones
en sí. Más allá de su integración con la Xbox y otros productos, WP7 se
destaca por una interfaz gráfica muy sofisticada y herramientas
orientadas al uso con pantallas táctiles; no tiene nada que ver con el
Windows tradicional.
Con Windows Phone 7, Microsoft definió un hardware
básico para todos los equipos, y una segunda edición para los más
económicos. Y los fabricantes no pueden modificar el sistema operativo,
que tiene exactamente el mismo aspecto y funciones sin importar de qué
marca sea el móvil; como mucho, el fabricante puede sumar algunas
aplicaciones propias.
Es decir que la diferencia entre los modelos, en cuanto
a lo básico, es mínima; esto asegura que la experiencia de usuario, y
cómo se comportan las aplicaciones será similar entre, por ejemplo, el
LG Optimus 7 que salió a la venta en la Argentina en 2011 y el Nokia
Lumia 900 que estará disponible en nuestro país en la segunda mitad de
este año.
El segundo tiene un procesador más veloz (1,4 GHz
contra 1 GHz) y una pantalla más grande (4,3" contra 3,8"), pero la
resolución es la misma, lo mismo que la memoria RAM (512 MB) y la de
almacenamiento (16 GB). Ambos corren, además, la misma versión de
sistema operativo: Windows Phone 7 Mango, que está disponible para
absolutamente todos los modelos de todos los fabricantes lanzados al
mercado hasta ahora.
La excepción es el Nokia Lumia 610, con un procesador a
800 MHz y 256 MB de RAM, que corre una versión levemente modificada de
WP7 llamada Tango, optimizada para el hardware más modesto. Esta nueva
versión estará disponible para el resto de los teléfonos con Windows
Phone 7 a partir del mes próximo aunque, como en el caso de Android (y
BlackBerry OS, para el caso) la última palabra la tiene la operadora.
A fin de año debería estar disponible la versión Apollo
de este sistema operativo, que algunos llaman Windows Phone 8, y que
debería coincidir con la presentación de Windows 8 para PC y tablets. No
se conocen, sin embargo, más detalles sobre esta nueva versión.
En el caso de Windows Phone 7, para actualizar debe usar la aplicación oficial
Zune , que es la que gestiona la renovación del sistema operativo para sumarle la versión más moderna disponible.