Megumi Arakida tiene una lavadora en su casa, pero no
la usa. Prefiere usar una tabla de madera que pertenecía a la abuela de
su esposo.
Arakida, de 35 años, también ha dejado de usar su
cepillo eléctrico, su aspiradora y -contra la voluntad de su esposo,
Makoto- el televisor de 24 pulgadas de la pareja, todo esto en un
esfuerzo extremo por ahorrar electricidad.
Los Arakida, que viven en una pequeña casa en esta zona
rural a 145 kilómetros al oeste de Tokio, están empleando casi la misma
cantidad de energía eléctrica que consumía un hogar japonés promedio en
1960. Sólo prender el horno microondas podría sobrecargar su pequeña
caja de fusibles.
"Cuando les conté a mis padres que nuestra cuenta de
electricidad era de menos de 1.000 yenes (US$13) al mes, me preguntaron:
'¿Qué tipo de vida están llevando?'", ríe Makoto Arakida, un ex
ingeniero mecánico de 46 años que ahora se gana la vida reparando
guitarras. "Están un poco preocupados".
El matrimonio es parte de un número creciente de
japoneses que busca prescindir de la red eléctrica, o al menos
reducirla, disminuyendo su capacidad de energía doméstica, una forma
extrema de conservación de energía que consiste en controlar la cantidad
de corriente eléctrica que la vivienda puede usar sin sobrecargar sus
fusibles.
El movimiento, cuyo nombre en japonés podría traducirse
a "Menos Amperios", comenzó en 2007, cuando un grupo llamado el Club de
los Perezosos propuso intercambiar tableros de circuitos de mayor
categoría por modelos de menor capacidad, como una forma de manifestarse
en contra del estilo de vida acelerado y de uso voraz de energía del
Japón moderno, y promover un estilo de menor intensidad.
La idea nació de Peter Howlett, un maestro canadiense de inglés y
activista de energía renovable que vive en la isla de Hokkaido. Howlett
buscaba formas de reducir la cantidad de energía que su familia de cinco
consumía. Si suficientes per-sonas se unen a la causa, concluyó, la
demanda máxima de energía de Japón descendería.
Cuando los Howlett redujeron el uso de la electricidad
de su hogar de 30 a 20 amperios, sus fusibles explotaban todos los días,
recuerda Howlett. Pero después de unos meses, redujeron sus apagones a
una vez al mes, mediante alertas entre ellos antes de utilizar los
electrodomésticos más potentes, como la aspiradora y el secador de pelo.
"Nos vuelve más conscientes de la energía que estamos
usando", dijo Howlett. "Siempre nos preocupamos de que los fusibles
vayan a reventar, especialmente cuando mi hijo está en la computadora".
El movimiento cobró fuerza el año pasado cuando el
terremoto y tsunami del 11 de marzo, así como la crisis nuclear en
Fukushima, dejaron a una gran parte de las plantas de energía del país
fuera de la red eléctrica. La escasez de energía y los apagones
continuos en muchas zonas de Japón transformaron la conservación de
energía en una preocupación central para las familias.
El año pasado, el número de consumidores que cambiaron
su tablero de circuitos, la mayoría por más pequeños, aumentó 50%
interanual, tanto así que Tokyo Electric Power Co., la mayor empresa de
electricidad en Japón, dice que en un momento se quedó corta de equipos.
Más de 40% de los hogares clientes de Tepco, como se le conoce a la
empresa, tiene modelos de 30 amperios.
Japón tiene una larga tradición de conservación de
energía, lo que le ha permitido mejorar su eficiencia en 37% en los
últimos 40 años. Pero los niveles a los que algunos hogares japoneses
están reduciendo su capacidad podrían poner a prueba a un tostador. Los
consejos para gastar menos abundan.
- Las aspiradoras, por ejemplo, consumen alrededor de 10 amperios, por tanto utilice una escoba en su lugar.
- Las unidades de aire acondicionado consumen alrededor de 10 amperios también, pero un ventilador eléctrico solo un amperio.
- El arroz sabe mejor cuando se cocina al vapor en
una olla de barro que en un horno eléctrico (13 amperios), aconsejan los
practicantes de Menos Amperios.
En el hogar de Michiko Hasegawa, en Tokio, que redujo
su amperaje de 40 a 20 unidades en noviembre, los fusibles de la familia
de seis se sobrecargaron cuando utilizaron al mismo tiempo el
microondas (seis amperios), la tostadora (10 amperios), el calefactor
eléctrico (seis amperios) y el calentador eléctrico de la tina, cuenta
Hasegawa.
A pesar de temperaturas que superan los 30 grados en el
verano, los Hasegawas rara vez prenden el aire acondicionado en su
hogar de tres pisos. Usan, en cambio, ventiladores.
Para mantenerse frescos, Hasegawa, su esposo y cuatro
hijos beben bastante té helado, se colocan trapos con bolsas de gel frío
en el cuello y duermen sobre delgados tapetes de paja que colocan
encima de sus futones.
Dada la demanda de electricidad de los
electrodomésticos modernos, "15 es más o menos el límite", señala
Hiroshi Kato, quien lidera un grupo de Menos Amperio en la prefectura de
Fukui, que ha recibido financiamiento del Ministerio de Medio Ambiente
de Japón. "Si volvemos al estilo de vida de hace más o menos 40 años,
podríamos lograrlo", dice Kato, quien intenta reducir su consumo de 40 a
30 amperios.