No hace mucho que se debatía en España la precariedad de algunos trabajos en relación al sueldo que pagaban. No hace mucho que se hablaba en nuestro país de una generación sobradamente preparada, con formación que le rebosaba por las orejas, que se enfrentaba a un mercado laboral sin expectativas de triunfar. Pero la crisis todo lo trastoca y estas cuestiones no iban a quedar ni mucho menos inmunes. Esos debates parecen ya pasados de moda. Ahora de lo que se empieza a hablar es de bajar los sueldos para evitar despidos masivos y para que España consiga entrar en la carrera de la competitividad. ¿Será eso posible?
Paul Krugman, premio Nobel de Economía en 2008 y considerado gurú por haberse adelantado a esta recesión, abrió el otro día la Caja de Pandora. En su opinión la deflación (caída generalizada de los precios) se apoderará de la economía española en unos meses y, por consiguiente, caerán los salarios. Según el Nobel, durante unos años los españoles hemos disfrutado de sueldos que no están de acuerdo con la economía que tenemos. ¿Es eso verdad?
En opinión de algunos expertos consultados, la burbuja inmobiliaria —que, según cada vez más entendidos, hizo crecer nuestra riqueza de una forma ficticia— tiró también de unos salarios en ocasiones sobrevalorados. Para Luis Fabián Márquez, miembro de la patronal española y presidente de la Comisión de Trabajo de Relaciones Laborales del Centro Económico y Social, "no se puede estar reclamando aumentos salariales cuando nos dicen que va a haber deflación, porque así no conseguiremos ser competitivos". La falta de competitividad española frente a sus colegas europeos, algo que España lleva arrastrando desde hace décadas, es uno de los argumentos estrella de los empresarios para mantener los sueldos en 'stand by'. La semana pasada la CEOE zanjó el debate sobre la revisión salarial para los convenios de 2009 (que agrupa más o menos a un 70% de los trabajadores españoles) proponiendo un incremento máximo del 1% en los sueldos para 2009. Tradicionalmente la revisión salarial ha estado ligada a la subida de los precios a cierre de año. En 2008 la inflación cerró por debajo del 1%, y por ello la patronal considera que los salarios no deben exceder esa cifra.
En parte la inflación a cierre de 2007 es la culpable de que ahora muchos se lleven las manos a la cabeza. El pasado viernes salieron publicados en el Instituto Nacional de Estadística (INE) unos datos que revelan que los salarios han crecido a un ritmo en torno al 5% durante todo el año pasado hasta situarse en 1.897 euros. ¡En plena crisis! Sin embargo, tiene una explicación que tranquiliza a más de uno: los sueldos subieron por las cláusulas de revisión salarial que se activaron por el aumento de precios en 2007 (del 4,2%) y durante los primeros meses de la crisis se ha despedido a gente con empleo de peor calidad —sobre todo de la construcción— por lo que quedan los salarios y los incrementos más altos. Previsiblemente en 2009 se moderen sustancialmente estos aumentos.
La productividad como vara de medir
Pero volvamos a la idea de Krugman, a la bajada de sueldos. Este gurú económico no es el único que piensa así. Luis Fabián Márquez, que coordinó en Sevilla una mesa de expertos para tratar de encontrar soluciones para el mercado laboral, considera que los salarios en sectores como la construcción han sido más que excesivos durante estos años. En efecto, los incrementos en este sector han rondado el 7 y el 8% en los últimos ejercicios. Pero también carga contra los funcionarios: "Lo que es una barbaridad es que estemos en el contexto de crisis en el que estamos y que el sueldo de los funcionarios haya subido más de un 3%". En Irlanda han dado el paso contrario: han anunciado que reducirán el salario de los empleados públicos un 7,5% en 2009, como parte del plan de austeridad puesto en marcha para reducir el agujero presupuestario de 2.000 millones de euros que sufren. En España, los aumentos responden a una promesa electoral de Zapatero para compensar las congelaciones salariales de la 'era Aznar'.
Precisamente el ex presidente del Gobierno habló el pasado sábado sobre salarios en las jornadas de Sevilla sobre la crisis. El presidente de honor del PP sugirió que una caída de los sueldos en este momento no sería tan dolorosa como lo fue en los años de la Gran Depresión (la única época en la historia donde se evidenció una reducción de las remuneraciones de forma generalizada) ya que la renta 'per cápita' de entonces era muy inferior en términos actuales que la que existe hoy en día.
Cristóbal Montoro, portavoz de economía del PP, preguntado por soitu.es sobre las palabras de Aznar, nos aclara la posición de su partido. "Sí que es verdad que hay que moderar las subidas de los sueldos, pero de ahí a que se bajen es otra cosa". Según Montoro, lo que debería hacerse es aprovechar este tiempo de reformas para eliminar la tendencia de ligar los honorarios a la inflación "porque no tiene sentido". Otros, como el presidente de la patronal de Cádiz o el de la patronal de fabricantes de automóviles (Anfac) piden un cambio más profundo: asociarlos a la productividad como se está planteando en AlemaniaOtra corriente que va cogiendo fuerza como alternativa a despedir a los trabajadores es la de la congelación de los salarios o la de bajar los sueldos sólo de los altos ejecutivos. Empresas como Seat en su planta de Martorell, Repsol o Volvo en Suecia, (además de miles de pequeñas empresas que lo hacen silenciosamente) han llevado adelante sus propuestas de no subirlos para capear el temporal, mal que le pese al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que no ve en unos pagos congelados la salida de la crisis. La segunda vía, la de los ejecutivos, también tiene algún que otro seguidor: el gigante de la mensajería Fed Ex decidió recortar un 20% el salario de su director general, un 10% el del resto de los puestos directivos y un 5% el de trabajadores de medio-alto nivel. Esta decisión, que afectará a 36.000 trabajadores, ha abierto un debate en Estados Unidos sobre la conveniencia o no de ser tan drásticos en las rebajas de sueldos. En su editorial, el Financial Times considera que las bajadas tienen sentido si aún así se gana poder adquisitivo, es decir, si éstos bajan menos que lo hacen los precios y tener así más poder de compra.
Redistribución de la riqueza
No os asustéis. No todo el mundo cree que la bajada de sueldos generalizada es la panacea. Hay quien opina que de salarios altos nada de nada, que el problema es que unos cobran mucho y otros poco y que los de la clase media han sido tradicionalmente bajos y ése es el motivo de que ahora estemos endeudados hasta las cejas. Según explica el socialista Josep Borrell, presidente de la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, en una columna en El Periódico de Catalunya, "si la renta nacional se hubiese repartido mejor, con beneficios más bajos y salarios más altos, la economía habría sido más estable".
¿Y qué hay de los sindicatos en todo esto? Por lo pronto han pedido que en la revisión salarial de los convenios colectivos se incrementen más del 2%, que es la previsión de la inflación del Banco Central Europeo (BCE), como forma de reactivar la capacidad de compra y consumo por parte de las familias. Hay quien dice, sin embargo, que no hacen nada, que están agazapados detrás del Gobierno a la espera de que legisle en materia laboral. De hecho, de salir a la calle nada de nada: según datos del Ministerio de Trabajo el número de huelgas bajó el 11% de enero a noviembre a pesar del notable incremento del número de parados.