La economía global está vacilando. El Banco Mundial
anticipa una suave recuperación, con un crecimiento global del 2,5%.
Pero en ese margen orientativo parece haber una clara división entre las
economías de los países en desarrollo, que se prevé crezcan un 5,3%, y
las economías desarrolladas, que crecerán sólo un 1,4%.
He aquí un resumen de las condiciones y
prospecciones para las economías claves del mundo. ¿En quién se puede
confiar para que lidere una muy necesitada recuperación económica?
China
El dato del Producto Interior Bruto (PIB) de China en el segundo
trimestre de este año indica una continua bajada. El crecimiento cayó a
un 7,6% en el período de abril-junio, su peor dato desde el comienzo de
la crisis financiera, e inferior al objetivo del 8% al que aspira China.
Considerado el mayor mercado de exportación para
muchas empresas, que van desde Burberry y Carrefour hasta BMW, una
ralentización económica tiene efectos sobre sus ganancias.
El enfriamiento del desarrollo en China y en la
vecina India significa que el resto de los países de la región
probablemente seguirá por el mismo camino (excepto los casos de
Tailandia y Filipinas, que se benefician de costos laborales más baratos
que han atraído la inversión extranjera).
El Banco Central de la República Popular China
bajó las tasas de interés en dos ocasiones en un mismo mes, en un
intento de impulsar el crecimiento.
China se había aferrado hasta hace poco a una
economía boyante gracias a la burbuja inmobiliaria y al derroche en el
gasto por parte del gobierno central tras la crisis, gran parte del cual
fue a parar a proyectos locales de infraestructura.
Pero los analistas tienen esperanzas de que esto
sea el fondo del problema y que el crecimiento retome impulso en el
tercer trimestre, si Pekín relaja su política monetaria y desregula el
sistema financiero.
Eurozona
La zona de la moneda común ha vivido una
historia de dos caras, dividida entre los relativamente ricos países del
norte (Alemania, Holanda, Finlandia y, con reservas, Francia) y los
países del sur (Grecia, Italia, Portugal y España) que están atascados
en una serie de graves problemas.
El euro se hundió a su nivel más bajo de los dos últimos años en
comparación con el dólar estadounidense, al tiempo que los inversores
están preocupados por los indicios de debilidad y por los recientes
planes de rescate en la región.
El Banco Central Europeo redujo hace unas
semanas las tasas de interés por primera vez por debajo del 1%, en un
esfuerzo por fomentar los préstamos a empresas y a particulares.
Con el objetivo de tranquilizar a los
inversores, España anunció una nueva ronda de medidas de austeridad que
incluyen una subida de impuestos y recortes en el gasto, que están
apretando a una ya de por sí exprimida economía, pero los inversores
permanecen escépticos.
E incluso Alemania, que ha disfrutado de una
tasa baja de desempleo gracias a sus proezas en el sector de la
industria, ha sido incapaz de aislarse de la crisis de la deuda soberana
que se extiende por la región como una plaga.
Carsten Brzeski, economista del grupo ING, dijo de Alemania: "El barco más sólido puede naufragar en una dura tormenta".
Estados Unidos
La economía estadounidense sumó sólo 80.000
puestos de trabajo en junio, una señal de persistente debilidad del
mercado laboral y un tema crítico que puede ser crucial para las
opciones de reelección del presidente Barack Obama en los comicios de
noviembre.
La tasa de desempleo se mantiene en el 8,2%, aunque los trabajadores negros son los que más lo sufren, con una cifra del 14,4%.
Al igual que sus socios europeos, Estados Unidos lidia con problemas de deuda, que supone el 70% de su PIB.
Se encuentra también ante lo que se llama un
"precipicio fiscal", que hace referencia a una combinación entre una
subida de impuestos y la aplicación de recortes en el gasto público
previstos para comienzos del año que viene.
El resultado inevitable sería una recesión
liderada por la austeridad, una imagen que hizo que el senador experto
en el tema de impuestos, Max Baucus, advirtiera que la economía
estadounidense se encuentra en un "peligroso camino" hacia una crisis
fiscal al estilo europeo.
Sin embargo, y a pesar de las pesimistas cifras
que llenan los titulares, se prevé que la economía estadounidense crezca
un 2% este año, el mejor dato de las economías desarrolladas, incluso
mejor que el de Brasil.
Brasil
El gasto público y la exportación de materias
primas como la soja o los metales a países asiáticos en crecimiento
lanzaron la economía de Brasil hasta ocupar el 6º puesto en el mundo.
La economía se frenó en mayo tras una inesperada caída de las ventas
de mercado. Esto hizo que aumentaran los temores respecto a uno de los
pocos lugares brillantes en la economía mundial, convirtiéndolo en el
que peor se desempeñó entre los países BRIC (Brasil, Rusia, India,
China).
El PIB creció sólo un 0,2% en el primer
trimestre en la comparación anual, marcando el tercer trimestre
consecutivo con un crecimiento cercano al 0%.
Hay indicios de que el PIB recuperará su
crecimiento por encima del 2,6%, aunque el Banco de Brasil calcula que
el crecimiento económico será inferior al 2,5%.
Además, el Banco Central de Brasil bajó las tasas de interés por octava vez consecutiva en julio, hasta el 8%.
India
La economía de India creció a un ritmo del 5,3% entre enero y marzo de este año, su ritmo más lento en nueve años.
El alza de los precios ha sido una de las preocupaciones más grandes para los legisladores indios en los últimos dos años.
El Banco Central de India adoptó varias medidas
en un intento de controlar los precios, incluyendo una subida de los
tasas de interés 13 veces desde marzo de 2010.
Mientras la inflación ha bajado ligeramente en los últimos meses,
todavía es más alta que la de la mayor parte de las economías
emergentes.
Los analistas dicen que la combinación de un
crecimiento ralentizado con una inflación alta dificulta que el Banco
Central formule sus políticas. Bajar la tasa de interés estimularía el
crecimiento, pero podría empeorar los datos de inflación.
Se espera que el PIB crezca un 6,5% este año, según datos del Banco de Desarrollo Asiático.
Japón
La que alguna vez fuera la segunda economía del
mundo está todavía en proceso de recuperación tras el devastador tsunami
del año pasado y la subsiguiente crisis nuclear.
Datos recientes muestran que Japón, uno de los mayores exportadores
del mundo, no lo está haciendo como antes. De hecho, ha estado
importando de forma masiva, incluyendo energía, lo que ha hecho que las
facturas de electricidad del país suban por las nubes.
El Banco de Japón prevé que la economía crezca
un 2,2% en este año fiscal y un 1,7% el año siguiente. Las optimistas
perspectivas de crecimiento fueron suficientes para que el Banco Central
no aprobara otras medidas de descongestión para relanzar la economía.