La música en los videojuegos ha evolucionado en estos 40 años,
pasando de temas repetidos machaconamente a partituras tan complejas
como una ópera de Wagner. De las composiciones monofónicas puestas en
bucles y con apenas una variación de dos o tres notas de los chips de
sonido, hasta los primeros tonos
sampleados; la revolución con el formato MIDI; la música pregrabada en CD y reproducida mediante
streaming y las bandas sonoras personalizadas con nuestro propio repertorio de gustos musicales.
La biblia sonora de este sector recoge con letras de oro nombres como Nobuo Uematsu
(Final Fantasy), Akira Yamaoka
(Silent Hill); Michiru Yamane
(Castlevania); Michael Giacchino, músico de cine para Pixar y series como
Lost; Martin Galway, pionero compositor con los chips de sonido para las consolas Commodore 64; Michael Land
(Monkey Island) o el español Oscar Araujo y su arrebatadora sinfonía coral para el también español
Castlevania: Lords of Shadow. La redacción de Meristation ha elegido las mejores bandas sonoras de los videojuegos, y aquí se resumen algunos de ellas, aunque se admiten sugerencias de los lectores (con enlace a la banda sonora y al juego):
The Elder Scrolls V: Skyrim (2011)Jeremy Soule,
experto en lides de espada y brujería concibió y escribió un tema
realmente épico, que pone los pelos de punta en cuanto a sentido
sinfónico orquestal y tamaño, recordando directamente a maravillas de
apabullante sonoridad como ese
Conan el Bárbaro de Basil Poledouris. Concebido como un coro de bárbaros, Soule
grabó en tres tandas a un coro de 30 hombres,
brindando la sensación en la mezcla de ser casi un centenar las voces
que entonan el canto de Dovahkiin (Dragonborn) en el lenguaje de los
dragones. Una pieza de in crescendos, diminuendos y estallidos corales
constantes.
Tomb Raider (1996)La quinta generación de
consolas comenzaba a establecerse. Y una de las revoluciones que los
soportes CD trajeron consigo fue un aumento en la calidad de las
composiciones sonoras. En 1996,
salió Tomb Raider, con su protagonista Lara Croft.
El hecho de que las piezas de Nathan McCree y Martin Iveson sonasen en
ocasiones, para reseñar la escena, y no continuamente, infundió magia.
Un solo de oboe da comienzo a un tema al que pronto se le unen elementos
de cuerda y coros masculinos, subiendo en intensidad, aunque siempre
manteniendo un vibrato cuasi uniforme, sin subir demasiado, lo que lo
hacía huir del típico tema de aventuras. La maestría de la música de
Tomb Raider no está en sonar más alta que los disparos, sino en reforzar lo que vemos en pantalla.
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty (2001)La versión escuchada en la introducción de su secuela
Sons of Liberty
es la que ha arraigado con más fuerza. Harry Gregson-Williams tocó y
re-orquestó los arpegios ascendentes y descendentes que conforman su
base, mezclando las notas con sonoridades digitales y orquestales de
cuerdas junto a samplers electrónicos de sintetizador y coros,
modificando el tempo constantemente, acelerándolo, desacelerándolo y
volviéndolo a acelerar para el gran final.
Mirror's Edge (2008)En no pocas ocasiones una
canción, un tema compuesto en exclusiva para un juego ha acabado
trascendiendo de su dimensión virtual escapando a los iPods y MP4 de
gente que no suele jugar a videojuegos. Algo parecido sucedió en 2008
cuando Lisa Moskovsky entonó
Still Alive, tema central de la banda sonora de Mirror's Edge.
God of War (2005)A pesar de que son nada menos que siete los compositores del primer juego de la saga
God of War, la épica lucha del guerrero espartano, hemos escogido
una parte de la aportación de Gerard Marino,
que musicó instantes como el recordado de la primera vez que teníamos
el control del furioso y torturado espartano, combatiendo contra
demonios en un mar azotado por furiosas tormentas. La Música de los
Dioses del Olimpo.
Sonic 1 y 2 (1991 y 1992)El salto de 8 a 16 Bit permitió a Masato Nakamura, compositor de
los dos primeros Sonic, el erizo,
a crear una sonoridad menos simplificada, un auténtico reto ya que para
el primer Sonic apenas contaba con "cuatro sonidos con los que trabajar
al mismo tiempo", grabando la melodía en un casete que luego enviaba a
SEGA, cuyos ingenieros la adaptaban y le enviaban un chip de sonido con
la música.
En Sonic 2 todo cambió.
Dante's Inferno (2010)Siguiendo el estilo del maestro Jerry Goldsmith en
La Profecía,
los coros de corte gregoriano de Garry Schyman nos invitan a descender
con Dante al pandemonium jugable de EA. Violines y cuerdas, unidos por
un coro en vibrato a dos niveles, uno de voces femeninas que mantenían
una nota y otro de voces mezcladas susurrantes comenzaban la banda
sonora con
Dies Irae. Pero era en el corte segundo,
Donasdogama Micma,
cuando el Inframundo y sus habitantes nos cogían del cuello en un corte
que de continuos estallidos e in crescendos corales que subían y
bajaban de registro, pasando del más alto a uno bajísimo, y después
subiendo de nuevo.
The Legend of Zelda (1986)Koji Kondo, el
compositor por excelencia junto a Nobuo Uematsu y autor de una banda
sonora que solo necesita de su título para ser descrita:
The Legend of Zelda.
Formando equipo junto al visionario Shigeru Miyamoto, Kondo concibió
uno de los temas no solo más reconocibles de la historia de los
videojuegos, sino una obra maestra evocadora del más puro concepto de la
fantasía, reinos mágicos, princesas y bestias. Acompañamos el
Overworld Theme con otro tema que desborda sentimiento,
Zelda's lullaby, una canción de cuna que define el personaje de la princesa Zelda y su estado anímico.
Primal (2003)El juego no triunfó, pero su banda
sonora es una de las mejores que jamás se ha compuesto. Paul Arnold y
Andrew Barnabas consiguieron luz verde para que Sony Europa les
permitiese contratar la orquesta sinfónica de Praga. El resultado fue un
auténtico
tour de force orquestal en el que la variedad
temática se apodera de cada mundo que visitamos: cortes densos, de
sonoridades en ocasiones tribales para
un reino de bestias poderosas; delicados coros femeninos, arpas y xilófonos para un mundo de agua; violines, fagots y oboes para una
Corte de monarcas crueles y déspotas
libertinos que bebe y mucho de la Ilustración y el Renacimiento. Son 60
minutos de orquesta pura, con especial énfasis en los temas de los
Final Bosses. Fue el primer CD con música de videojuegos que Sony puso a
la venta en Europa.
Mass Effect (2007)Jack Wall y Sam Hulick, con la ayuda de varios compositores más, aceptaron el reto de
musicar una odisea
digna de ser firmada por cualquiera de los grandes literatos de la
ciencia ficción. La partitura posee un uso cinematográfico muy cuidado,
que ya sorprende desde ese tema inicial construido a base de
samplers digitales, con ecos del
Blade Runner de Vangelis o el
Dune de Toto y Brian Eno. En
Citadel
da protagonismo al coro digital de voces mientras nuestros ojos no dan a
basto a ver el lugar. Uno de los instantes por excelencia en esta
generación de videojuegos.
Civilization IV (2009)La preciosista Baba Yetu de Christopher Tin para la introducción del
juego de estrategia Civilization IV
no solamente se convirtió en un tema popular, sino que además fue la
primera canción de un videojuego nominada a los premios Grammy. Cantada
por el coro Soweto de Gospel, Baba Yetu comienza con suavidad, y una voz
masculina entonando la primera estrofa, pronto seguida por un coro de
voces mixtas que hacen surgir la magia de una pieza tan bella que supone
un absoluto canto a la vida. En 2011, Christopher Tin subió al
escenario a coger el Grammy a la "Mejor ejecución instrumental acompaña
de vocalistas".
Street Fighter II (1991)Ponerte ante el mueble de
Street Fighter II
(tras la cola de perdedores que se iban con la cabeza gacha y con 5, 10
ó 20 duros menos en los bolsillos) era llenarte de ansias de salir a
combatir. Algo que la partitura de una de las damas del sector Yoko
Shimomura
(Final Fight, Parasite Eve) tuvo buena culpa con un
tema inicial rockero y adrenalítico
que en apenas 26 segundos desplegaba todo su poder de captación en base
a una percusión electrónica para llevar el ritmo de fondo y un leit
motiv principal deudor de su época. Cada personaje tiene su propio tema
musical,
pero elegimos el de Ryu.
Final Fantasy (1987)Nobuo Uematsu y su
Final Fantasy
crearon a lo largo de todos sus trabajos una entidad sonora que ha
hecho mucho por el reconocimiento de la música de videojuegos fuera de
las fronteras japonesas, al igual que
Zelda, Dragon Ques, Mario o Sonic. El mítico tema Preludio, jamás ha sonado tan bello como en la soberbia orquestación que Nobuo realizó para el mágico Final Fantasy IX.
En el tema Aerith, de Final Fantasy VII, Uematsu demuestra que un solo instrumento puede evocar más sentimiento que una orquesta entera.
GTA San Andreas / IV (2004 y 2008)Si ha habido una saga que ha apostado siempre por la calidad sonora, esa es
Grand Theft Auto. La maestria musical de
GTA
se despliega cuando nos montamos en un vehículo, y nos dan la opción de
escuchar emisoras de música dance, rock, country, clásica, oldies, e
incluso anuncios y debates radiofónicos, lo que provoca que cada banda
sonora que se comercializa de una entrega GTA sea siempre de varios
discos. Hemos escogido
un tema de Eric Prydz de estilo House progresivo que pegó y fuerte en 2008, con el que Rockstar montó un
trailer de esta expansión. Pero para instantes recordados, el trailer del anterior
GTA San Andreas, que con el himno
Welcome to the Jungle de Guns 'n Roses acertó de lleno.
Street of Rage (1991)Elegir un solo tema del
maestro Yuzo Koshiro es realmente complicado cuando se echa un vistazo a
la interminable lista de temas compuestos por él. Su abanico es tan
amplio que lo mismo compone una banda sonora con influencias Dance y
Techno mezclada con música tradicional japonesa (Shinobi) o hace una
banda sonora de influencia clásica, orquestal y de impresionante calidad
como hizo con ActRaiser. Pero la elección recae en
Street of Rage.
Super Mario Bros (1985)Da igual que
el tema principal de Mario
suene en el ahora muy modesto chip de la 8 bits, o retumbe a través de
los instrumentos de una orquesta, las sensaciones son parecidas para
toda una generación. El tema principal de Mario será por siempre un
himno al videojuego, obra de Koji Kondo.
Castlevania (1987)A pesar de lo mucho que hay donde elegir, no hay duda de que
Bloody Tears
es una elección representativa del compositor Kenichi Matsubara, siendo
como es el tema franquicia de la saga. Curiosamente no nació con ella
sino que lo haría un tiempo más tarde, con la tercera entrega de la
serie:
Castlevania II: Simon’s Quest. Bloody Tears, con sus
variaciones de ritmo, su tono gótico y ese arranque que consigue
acelerar las pulsaciones, se convirtió en una estrella con luz propia
dentro del juegos de NES, convirtiéndose para siempre en el himno de la
saga de cazavampiros.
Tetris (1989)En el siglo XIX sonaba la canción
Korobeiniki en los pueblos rusos, creada a partir de un poema der
Nikolay Nekrasov, una triste historia de amor truncado. Más de un siglo
después, el compositor japonés Hirokazu Tanaka incorporó esa melodía
en la versión de Tetris de Game Boy, con tal éxito que ha quedado como “la canción de tetris”.
Chrono Cross (1999)Cuando Hardcore Gaming 101,
una de las páginas de referencia en historia de los videojuegos,
organizó sus votaciones para elegir el mejor tema del videojuego, el
propio Yasunori Mitsuda ya imaginaba que
la banda sonora de Chrono Cross
estaría muy alto, como finalmente sucedió (fue el más votado). Mistuda
es uno de los grandes genios de la composición musical en el videojuego y
Chrono Cross es uno de sus mejores trabajos.
Shadow of the Colossus (2005)La odisea de un
personaje llamado Wanda (vagabundo) que debe matar a una raza milenaria
de colosales criaturas para devolver a la vida a su amada, necesitaba de
una música a la altura de la propuesta. Y Kow Otani se la dio con un
sonido eminentemente orquestal. En el plano de la más pura fanfarria
destacamos
uno de sus cortes de batalla. Y en el plano de la emoción más absoluta tenemos el tema final, llamado acertadamente
Aquellos que se quedan, que reutiliza el tema de la introducción y lo alarga para embargarnos con un final muy triste y muy hermoso.
Silent Hill (1999)El terror psicológico, hasta entonces apenas mostrado en los videojuegos, estalló con
Silent Hill, que narraba la historia de un padre que buscaba a su hija perdida en un pueblo de montaña rodeado por una bruma eterna.
La genialidad de Akira Yamaoka dio a luz una partitura donde el piano más triste y sencillo se mezclaba con las guitarras eléctricas más ruidosas.
En el corte Blood Tears, Yamaoka nos regaló una rendición del tema tocada con una guitarra acústica.
Pac-Man (1980)
Monofónico. Puesto en bucle hasta el infinito y con apenas cuatro-cinco
notas que se repetían hasta la saciedad. Así era el tema del arcade
Pac-Man,
videojuego que abrazó el éxito para entrar en la cultura popular,
siendo ahora honrado como se merece formando parte de una exclusiva
exhibición permanente en el museo Smithsonian (junto a Pong y Dragon's
Lair).
Compuesto por Toshio Kai,
es una demostración del uso de un chip para modificar impulsos
eléctricos de un código de computación a ondas de sonido analógico para
ser emitidas por un altavoz.