Buscar

2013/10/16

El coste del cáncer para Europa asciende a 126.000 millones de euros

El coste del cáncer en los países de la Unión Europea (UE) asciende a 126.000 millones de euros al año, de acuerdo con un análisis sobre el impacto económico de la enfermedad publicado este lunes en la revista Lancet Oncology. Las cifras, correspondientes a los 27 países de la UE, incluyen el coste de los fármacos y el cuidado sanitario, así como los ingresos perdidos por la atención de un familiar con cáncer.

El cálculo general recoge el costo de la atención médica para el cáncer (incluyendo el costo de los medicamentos), el costo de las pérdidas de productividad (debido a la muerte prematura y las personas que son incapaces de trabajar por culpa de la enfermedad) y el coste del cuidado informal de familiares y amigos, con una estimación del costo total en 2009 de 126.000 millones. Cerca de dos quintas partes (51.000 millones de euros) de este costo recae en los sistemas de atención sanitaria y el resto por las familias de los pacientes, los amigos y la sociedad en general. El análisis estima que amigos y familiares de personas con cáncer han invertido 3.000 millones de horas de cuidado no remunerado, por un valor de 23.200 millones de euros y que la pérdida de productividad por muertes prematuras y enfermedades de cáncer costó unos 52.000 millones.

El trabajo revela fuertes disparidades entre los distintos países en el gasto en la atención médica y los medicamentos para el cáncer, con Luxemburgo y Alemania destinando la mayor parte y Bulgaria, la que menos.

En general, el gasto en medicamentos para el cáncer representó alrededor de una cuarta parte del costo total: 14.000 millones de euros, con el menor porcentaje destinado a fármacos contra el cáncer en Lituania y el mayor, en Chipre, según los datos recopilados por un equipo de investigadores del Centro de Investigación en Economía de la Salud, del Departamento Nuffield de Salud de la Población de la Universidad de Oxford, y del King College de Londres, el Instituto de Política de Cáncer y KHP Cancer Centre del Reino Unido.

Los investigadores también examinaron las distintas contribuciones a los cuatro tipos de cáncer que en la UE suponen casi la mitad de todos los nuevos diagnósticos de cáncer y muertes: de mama, colorrectal, de pulmón y de próstata. Los resultados mostraron que el de pulmón tuvo el mayor costo total, con 18.800 millones de euros (un poco más de una décima parte del total) y fue responsable de la mayor pérdida de productividad, pues tiende a afectar a gente más joven.

Anteriormente , los mismos investigadores utilizaron los métodos idénticos para estimar la carga económica de la enfermedad cardiovascular, lo que permite comparar estas estimaciones con las nuevas cifras sobre el cáncer. Aunque la carga económica global por enfermedad cardiovascular en la UE es mayor que para el cáncer (195.000 frente a 126.000 millones), el costo de la pérdida de productividad por la muerte prematura era casi dos veces más alto por cáncer que por enfermedad cardiovascular (43.000 frente a 27.000 millones), lo que refleja un mayor número de muertes por cáncer entre las personas en edad de trabajar.

 El profesor Richard Sullivan, del King's College Londres, dijo que es "vital que los que toman decisiones en Europa utilicen esta información para identificar y dar prioridad a áreas importantes" de la atención médica. La directora de Política de la entidad benéfica dedicada al estudio del cáncer Cancer Research UK, Sara Osborne, señaló que el "impacto financiero que el cáncer tiene en la economía de Europa debido a que la gente muere de manera prematura y el tiempo que hay que tomar del trabajo suponen aún una gran carga". "Este estudio refuerza el por qué la investigación es vital para mejorar nuestro entendimiento de las causas del cáncer", agregó.

El doctor Ramón Luengo-Fernández, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, destacó que se trata del primer estudio integral a escala europea y que permite calcular el costo total de cáncer en la UE y hacer comparaciones significativas entre países. "Esperamos que estos resultados permitan a las autoridades asignar mejor los fondos de investigación y para ofrecer servicios de cáncer de forma que haya una buena relación calidad -precio", afirmó.

La información se obtuvo de organismos internacionales de la salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina Europea de Estadística (EUROSTAT) , así como de los ministerios nacionales de salud y los institutos de estadística de los países para estimar el costo total del cáncer en la Unión Europea en 2009, el año más reciente del que se dispone de datos completos.

Ubisoft cae en bolsa un 23% por el retraso de ‘Watch Dogs’

La empresa francesa de videojuegos Ubisoft ha caído más de un 23% en bolsa tras anunciar que se retrasa el lanzamiento de uno de sus juegos estrella, Watch Dogs.

Sólo un mes antes de su lanzamiento, el tercer editor independiente de juegos del mundo anunció el  que Watch Dogs se retrasará hasta la primavera de 2014 y que el título de carreras The Crew  se aplaza al verano.

El anuncio ha tenido inmediatas consecuencias en su balance económico, pues frente a una previsión de ganancias de unos 125 millones de dólares (92,5 millones de euros), ahora prevé unas pérdidas de hasta 70 millones (51,6 millones de euros). La facturación también caerá un 40%.

"Tenemos en la mano un gran juego, pero queremos más tiempo para que pueda alcanzar su pleno potencial Watch Dogs", dijo el martes el consejero delegado dela compañía, Yves Guillemot.

La temática de Watch Dogs es similar al exitoso Grand Theft Auto V, el juego más caro jamás realizado, pero también el de mayores ventas de la historia.

Simios bonobos jóvenes se consuelan entre sí como los niños

Estas observaciones son importantes para la historia de la evolución humana, mostrando que el mismo cuadro socio-emocional funciona para los grandes simios, señalaron Zanna Clay y Frans de Waal, del Centro de Investigación Nacional de Primates Yerkes, de la Universidad Emory (Georgia, sureste de EEUU), autores del estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS).

La investigación divulgada el lunes se llevó a cabo en un santuario de primates en República Democrática del Congo, con filmaciones que permitieron analizar la vida social cotidiana de los simios bonobos y ver cómo vivían sus propias emociones y reaccionaban a las de los demás.

Los científicos encontraron que los bonobos (Pan paniscus), también llamados chimpancés pigmeos o chimpancés enanos, se recuperaban rápida y fácilmente de sus traspiés emocionales y mostraban empatía por sus desafortunados compañeros, a quienes consolaban físicamente, abrazándolos, tomándolos en brazos o acariciándolos.

Si la forma en que los bonobos viven sus emociones permite predecir cómo reaccionan a las de los demás, esto indica una capacidad de controlarse emocionalmente y evitar desbordes, según estos investigadores.

En los niños, el control de las emociones es fundamental para una socialización saludable, una capacidad que depende sobre todo de un vínculo estable entre los padres y el niño. Esto explica por qué los humanos huérfanos a menudo tienen más dificultades de controlar lo que sienten, indicaron.

El mismo fenómeno se constató en los bonobos del santuario, donde un gran número de estos simios perdió a su madre asesinada por los cazadores. En comparación con los bonobos criados por sus propias madres, estos jóvenes primates huérfanos luchaban por controlar sus emociones, dijo Clay.

Según lo observado, a los que habían perdido a sus madres les costaba mucho más tiempo recuperarse emocionalmente. “Estaban muy molestos y gritaron durante varios minutos después de recibir un golpe, en comparación con los bonobos jóvenes criados por su madre, que solo lo hicieron unos segundos”, dijo esta zoóloga.

Los bonobos, tan genéticamente similares a los humanos como los chimpancés, son también considerados los más empáticos al igual que estos grandes simios.

“Esto hace que la especie sea una candidata ideal para las comparaciones psicológicas”, señaló De Waal. “Cualquier similitud fundamental entre los humanos y los bonobos probablemente se remonta a su antepasado común que vivió hace unos seis millones de años”, añadió.

La mitad de las apps de Android, iOS y Windows Phone están «muertas»

Más de la mitad de las 'apps' actuales se consideran aplicaciones muertas (sin actualizaciones y con poco impacto entre los usuarios a través de comentarios o análisis) constituyendo un total de 700.000 y más del total de la oferta disponible en Windows Phone, iOS y Android.

El motivo principal de este alto nivel de fracaso es la gran competividad existente en el mercado de las 'apps'. Esta es la conclusión a la que ha llegado la compañía francesa Stardust ha revelado tras realizar un análisis comparativo del total de aplicaciones de iOS, Android y Windows Phone, que han reflejado en una infografía.

Estas aplicaciones muertas son las que nunca han sido actualizadas

y tienen menos de diez puntuaciones o comentarios en las tiendas de descarga de estos tres sistemas operativos. Concretamente, este tipo de 'apps' lo constituyen el 69 por ciento de las de Windows Phone, el 65 por ciento de las de iOS, y el 41 por ciento de las de Android.

Además, los datos de Stardust han indicado el promedio diario de las nuevas apps lanzadas, las actualizaciones de las ya existentes y el precio medio, entre otros datos.

En el caso iOS, el promedio de nuevas apps es de un 978 diarias frente a un 1.107 de las de Android y 286 de Windows Phone. Por otro lado, el sistema operativo que más actualiza cada días sus aplicaciones es el de Google con una media de 2.341, seguido del de Apple con 806 y, por último, de las de Windows Phone con 179.

Respecto al precio medio de venta de las aplicaciones, las más caras son las de Apple con un promedio de 3,49 euros (50 por ciento de las 'apps' de pago) y las más baratas las de Google por 1,73 euros (el 32 por ciento). Mientras tanto, el valor de las de Windows Phone se quedan en un punto medio con 2,03 euros (13 por ciento).

Según este análisis, la App Store de Apple cuenta con 617.436 aplicaciones, Google Play con 484.271 y Windows Phone con 156.317 aplicaciones.

Lo que nos faltaba: el bosón de Higgs

De ningún Nobel de Física se ha escrito tanto —antes, durante o después del parto— como este año. Los galardonados, el belga François Englert y el británico Peter Higgs, son muy distintos, uno con su permanente sonrisa de diablillo, el otro con cara de sabio despistado diciendo “¡que no fui yo, no fui…!”. Se conocieron el 4 de julio de 2012, cuando en el CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas) se anunció el descubrimiento del bosón de Higgs, con medio siglo de retraso respecto a la publicación del ahora premiado mecanismo de Brout, Englert y Higgs (BEH) y tras la muerte del primero.

Las partículas elementales son las que, si tienen partes, no lo sabemos. Son tan sencillas que sus propiedades, como la carga eléctrica de cada una, se pueden contar con pocos dedos. En sus carnés de identidad figura otra propiedad crucial: la masa. El mecanismo BEH explica cómo aquellas que tienen masa, la adquieren. Muchos pedantes critican la afirmación de que el mecanismo BEH explica el origen de la masa, porque la masa de mi querida lectora no es la suma de las de los quarks (up y down) y electrones que la constituyen. De modo semejante, la masa de un átomo de hidrógeno no es la suma de la de su núcleo (un protón, hecho de tres quarks) y su electrón: la energía que los liga también contribuye. De ahí que subrayara elementales.

Un concepto básico en nuestro entendimiento de lo que son las cosas es el de campo. No solo el Camp Nou o el Bernabéu, sino campos de los que, también queramos o no, somos conscientes, como el campo gravitacional de la Tierra. Incluso con los ojos cerrados sabemos que hay una substancia invisible —el citado campo— que nos mantiene atados al suelo. Otro campo que podemos experimentar es el electromagnético. Hace que se nos pongan los pelos de punta peinándolos cuando están secos. Sus vibraciones son partículas elementales, los fotones de la luz que vemos y de las ondas de radio o los rayos X que podemos, con los artilugios adecuados, detectar.

El mecanismo de BEH generaría espontáneamente y por doquier un valor no nulo de otro campo fundamental: el campo de Higgs (y ahora, oficialmente, de B&E). A diferencia de otros, este campo sería uniforme y constante en todo el universo. Aun si pudiese sustraerle toda la materia y radiación que contiene, el universo no estaría vacío.

¿Cómo funcionan las cosas? Una partícula cargada, como el electrón, puede emitir o absorber fotones. La magnitud con la que esto sucede es la medida del valor de su carga eléctrica. Si el fotón emitido por un electrón es absorbido por otro, el proceso es una interacción (un choque a distancia) entre los dos electrones. La emisión o absorción de un fotón es una interacción local: ha lugar en un punto determinado del espacio-tiempo.

Dada la incorporación del mecanismo BEH al llamado Modelo Estándar de las partículas conocidas, aquellas que tienen masa la adquieren al interaccionar localmente, más o menos intensamente, con el campo de Higgs que uniformemente permea el universo. El modelo protege algunas partículas, como el fotón, del riesgo de engordar: para ellas el vacío —que no lo está— es transparente y no adquieren masa. Los símiles que describen estos fenómenos (peces flacos o gordos en el agua, etcétera) son divertidos, pero inaceptables para un tribunal suficientemente puntilloso.

Como todo campo fundamental, el campo de BEH puede hacerse vibrar y sus vibraciones son partículas elementales: bosones de Higgs. Su masa es tan grande (unas 135 veces la de un protón) que su creación ha requerido la elevada energía del colisionador LHC del CERN y su descubrimiento, la precisión de la teoría de cómo se producen y casi inmediatamente se desintegran, así como la maravilla tecnológica que son los detectores Atlas y CMS que lo encontraron. El bosón es la pistola humeante del mecanismo de Brout, Englert y Higgs, que los dos primeros ni mencionaron en su artículo, “por ser evidente”, Englert dixit.

No sabemos por qué las masas de las partículas tienen los valores precisos que tienen, ni si la masa de los neutrinos se genera por un mecanismo tan sencillo como el de BEH. Tampoco sabemos hasta qué punto el bosón es elemental, no se han medido todas sus interacciones y no tenemos ni idea de por qué su masa es la que es. Su valor, en el modelo estándar, implica que el universo es —o casi es— inestable: habría otro estado más abajo al que podría catastróficamente caerse.

Nuestro universo, aun si es inestable, tendría una probabilidad elevadísima de vivir mucho más de lo que ya lo ha hecho. Con el descubrimiento del afamado bosón queda completado el modelo estándar, pero el cosmos o la investigación no se acaban, queda camino que andar. Este modelo explica a fondo el comportamiento de la materia, la radiación, las estrellas, la química y hasta la vida. Aunque algunos aspectos de la última, como la política científica del Gobierno, eludan todo entendimiento racional.

El aire contaminado eleva el riesgo de bajo peso al nacer

A simple vista, puede parecer que un bebé que crece en el interior del útero materno está a salvo de los peligros de la contaminación. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Según el mayor estudio europeo realizado hasta la fecha, en el que participa España a través del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental -CREAL-, la exposición a los contaminantes del tráfico y la industria durante el embarazo incrementa el riesgo de dar a luz a un bebé con bajo peso (estipulado por debajo de los 2.500 gramos después de las 37 semanas de gestación).

Estos nuevos datos señalan que, por cada aumento de cinco microgramos por metro cúbico en la exposición a partículas finas (PM2,5) -uno de los contaminantes atmosféricos más peligrosos- durante la gestación, las probabilidades de bajo peso al nacer aumentan en un 18%. La horquilla es amplia, ya que los niveles medios de exposición de PM2,5 de la población analizada (más de 74.000 mujeres de 12 países europeos) oscilaron entre menos de 10 microgramos por metro cúbico y hasta casi 30 microgramos por metro cúbico (diferencias que vienen determinadas por la densidad del tráfico, de la población, del tipo de calle, de la presencia de industria, puerto, nivel de construcción, etc.).

"Si los niveles de PM2,5 disminuyeran a 10 microgramos por metro cúbico (el valor de referencia de la Organización Mundial de la Salud -OMS- como media anual de calidad del aire) se podría prevenir el 22% de los casos de bajo peso al nacer de los partos de más de 37 semanas", ejemplifica Jordi Sunyer, codirector del CREAL.

En la actualidad, el límite legal está en los 25 microgramos por metro cúbico y, como asegura Sunyer, "tanto las ciudades españolas como las europeas aprueban" en el cumplimiento de la normativa europea. Sin embargo, el dato no puede tomarse como positivo. "Nuestro estudio demuestra que incluso por debajo de los niveles legales encontramos efectos sobre la salud. Por eso la OMS recomienda que el dintel se baje" y, en la misma línea, "nosotros pedimos que se revise la normativa. Aunque, subraya, "no hay un límite por debajo del cual no haya ningún efecto. La relación siempre es a más cantidad, más repercusiones".

En definitiva, "nuestros hallazgos sugieren que una proporción importante de los casos de bajo peso al nacer podría evitarse en Europa si la contaminación del aire urbano, especialmente partículas finas, se redujera", argumenta Marie Pedersen, autora principal del estudio e investigadora del CREAL. "También analizamos otros contaminantes como los óxidos de nitrógeno y las partículas en suspensión (PM10). En todos los casos, observamos consecuencias en el peso al nacer y en el perímetro craneal [otro de los parámetros analizados], pero los resultados eran más destacados con las PM2,5", expone Sunyer.
Consecuencias

Cuando el perímetro craneal está por debajo del límite inferior de la edad gestacional del recién nacido, puntualiza Carmen Muñoz, coordinadora en neonatología del Hospital Puerta del Hierro de Madrid, éste "podría tener, a largo plazo, una evolución neurológica anormal".

"No es importante nacer con unos gramos menos", aclara Félix Omeñaca, neonatólogo del Hospital La Paz de Madrid. "Pero cuando el crecimiento intrauterino es restringido, es decir, por debajo de lo programado -bebés que no crecen a la velocidad que deberían dentro del útero-, sí puede tener repercusiones en la salud del pequeño".

La literatura científica apunta una lista de problemas vinculados con la contaminación atmosférica, como los cardiacos o los respiratorios (sibilancias y asma). "Varios estudios afirman que, a largo plazo, los bebés que son pequeños para su edad gestacional podrían tener mayor riesgo a desarrollar hipertensión, diabetes e hiperlipemia (lo que se ha llamado síndrome metabólico)", señala la neonatóloga Muñoz. Incluso un análisis reciente relacionaba la calidad del aire con el autismo.

Sin embargo, remarcan los autores del nuevo trabajo epidemiológico que acaba de publicar la revista 'The Lancet Respiratory Medicine', "los resultados de las investigaciones realizadas hasta el momento no son concluyentes".

En esta ocasión, se han utilizado datos del Estudio europeo de cohortes para los efectos de la contaminación del aire (ESCAPE). Los investigadores, coordinados por el CREAL y el INSERM (Grenoble, Francia), manejaron datos de 14 estudios desarrollados en 12 países europeos (Noruega, Suecia, Dinamarca, Lituania, Inglaterra, Países Bajos, Alemania, Francia, Hungría, Italia, Grecia y España), en los que participaron más de 74.000 mujeres que tuvieron a sus bebés entre febrero de 1994 y junio de 2011. En España, intervinieron 2.623 madres-hijos integrados en el proyecto INMA-Infancia y Medioambiente, cuyo director es Jordi Sunyer. Lo que diferencia éste de otros trabajos, remarca, "no sólo es el tamaño de la muestra, sino que todos los países utilizaron los mismos aparatos de medición".

Después de estudiar con detalle toda la información recogida durante el embarazo y de tener en cuenta otros factores de riesgo como el tabaquismo materno, la edad, el peso y la educación, "podemos decir que la contaminación del aire es un factor de riesgo controlable en cuanto a nacimientos de bajo peso se refiere". Es cierto que "aún no hay estudios que demuestren que una menor contaminación tenga impacto positivo en el peso al nacer, pero sí en efectos respiratorios y en disminución de la mortalidad".

Los tuits, muchos más cortos que en 2009

Al principio de todo, allá por 2007, 140 caracteres eran muy pocos. Incluso en junio de 2010, cuando ya se publicaba una media de 65 millones de tuits al día, algunas voces autorizadas seguían alertando de la falta de contexto y matices a la que empujaba la naturaleza de Twitter. Sin embargo, hoy, cuando 200 millones de usuarios registrados envían 400 millones de tuits al día, existen evidencias de que nos hemos acostumbrado a esa dinámica y, es más, que ésta está modificando nuestro lenguaje y nuestra forma de comunicarnos.

Un estudio publicado por la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, afirma que la longitud de los tuits publicados por los usuarios de lengua inglesa se ha acortado sustancialmente entre septiembre de 2009 y diciembre de 2012. En concreto, habla de una media de entre cinco y ocho palabras menos.

Christian Alis y May Li, de la mencionada universidad, han recolectado 229 millones de tweets publicados entre el 18 de septiembre de 2009 y el 14 de diciembre de 2012, registrándolos junto a su fecha de publicación. Sin detenerse a analizar su contenido, los autores del estudio afirman que «la gente se comunica cada vez con menos palabras y más cortas», según recoge Technology Review.
Entre ocho y cinco palabras menos en cada tuit

Alis y Li han detectado dos picos de longitud en los tuits analizados. El primero de ellos, el de mayor longitud, se acerca a los 140 caracteres por motivos evidentes: ésta es la extensión máxima que impone el entorno de la propia red social. El segundo, el de menor longitud, es el que se ha reducido entre cinco y ocho palabras en el período transcurrido entre septiembre de 2009 y diciembre de 2012.

Esto plantea algunas cuestiones de interés, como si la variación detectada en la extensión de los mensajes se debe solo a que los usuarios utilizan de forma cada vez más efectiva la jerga propia de la red social, que ya ha «contaminado» incluso al lenguaje offline de uso cotidiano, o si es que Twitter está cambiando sustancialmente nuestra forma de comunicarnos.
Variaciones geográficas en la extensión de los tuits

También se han preocupado de estudiar cómo varía la longitud de los tuits de un estado a otro de Norteamérica. Estas variaciones se correlacionan con estadísticas socioeconómicas y dichos vínculos son sorprendentes.

Los autores han comprobado, mediante un subconjunto de 800.000 tuits geolocalizados en distintos estados de EEUU, que el número de publicaciones registradas en cada estado estaban directamente relacionadas con la población censada en el mismo. A partir de ese hallazgo, decidieron cruzar el volumen y la extensión de los tuits con algunas variables socioeconómicas medidas también en el censo de 2010, como el porcentaje de población negra en cada zona.

Así, descubrieron que existía una correlación entre los estados con más población negra y una menor extensión de los tuits. Ni Alis ni Li quieren establecer una causalidad en este hecho, pero sí apuntan a que la población negra utiliza Twitter más frecuentemente que otros grupos y emplea, también, la jerga de la red social con mayor efectividad.

En cualquier caso, las conversaciones reflejan las normas vigentes del lenguaje, así que cualquier evidencia de cambio es relevante.