El resultado fue toda una sorpresa porque sólo un año antes el ordenador de IBM había sido incapaz de triunfar en un torneo de programas de ajedrez, siendo derrotado en 39 movimientos por el programa Fritz, que funcionaba sobre un ordenador personal Pentium a 90 MHz. Deep Blue, por su parte, era una máquina dedicada con varios procesadores funcionando en paralelo y diseñados específicamente para jugar al ajedrez, pero que basaba su éxito no tanto en la calidad de su programa como en su capacidad de proceso brutal.
Como todos los programas de ajedrez, Deep Blue empleaba su priopia variante del algoritmo minimax, que intenta minimizar en cada movimiento las pérdidas propias asumiendo que el contrario hará la jugada más perjudicial para nuestros intereses. La calidad del programa viene dada por las modificaciones específicas hechas al algoritmo para optimizarlo de cara a jugar al ajedrez, y en su día Deep Blue fue criticado por basarse demasiado en tener un hardware muy potente y no tanto en la calidad del software.
Revancha y polémica
Tras la derrota de la máquina ante el ser humano, los ingenieros de IBM mejoraron el ordenador duplicando su capacidad a las 200 millones de jugadas por segundo. El nuevo Deep Blue estaba formado por 30 nodos, cada uno de ellos equipados con un procesador IBM Power2 de 120 Mhz acompañado de otros 480 procesadores VLSI específicamente diseñados para esta máquina y capaces de evaluar jugadas de ajedrez. En su momento se clasificó en el puesto 259 de las supercomputadoras más rápidas del mundo, con 11,38 gigaflop/s.A día de hoy, los "sistemas en un chip" de cualquier smartphone superan con mucho esa cifra, habiendo alcanzado en algún caso como el del Tegra X1 una potencia de 1 gigaflop/s. No obstante, el hardware de Deep Blue estaba especializado en los cálculos necesarios para jugar al ajedrez, de modo que nuestros móviles jugarían peor.
Además de mejorar la fuerza bruta, el software había mejorado también. Podía evaluar todos los posibles variantes del juego durante las siguientes 5 o 6 movimientos de la partida y, en algunos casos especiales, hasta 19 o 20 movimientos. Se le educó a base de alimentarlo con 700.000 de las mejores partidas de ajedrez de la historia y se programaron 8.000 funciones distintas para evaluar el estado de la partida con la ayuda de varios grandes maestros.
Esta nueva máquina se enfrentó con Kaspárovde nuevo entre el 3 y el 11 de mayo de 1997, una lucha que terminó con la victoria de Deep Blue por 3,5 a 2,5.
Pero la polémica llegó en la jugada 44 de la primera partida cuando un movimiento de Deep Blue hizo sospechar a Kaspárov de que había una actuación humana en esa jugada. Observadores de la partida consideraron que aquel movimiento descentró al campeón ruso. Las normas eran claras, IBM podía alterar el estado de la máquina entre cada partida pero no en medio de una de ellas.
Tras la derrota sufrida por el campeón mundial ruso, IBM no publicó los registros de la partida por lo que la sospecha de Kaspárov tomó cuerpo. Pero quince años después, los ingenieros de la compañía norteamericana reconocieron que el problema fue debido a un error en el software. La jugada fue motivada por una ruta de escape incluida en el algoritmo, que el ordenador ofrecía como resultado en el caso de que se produjera algún tipo de incongruencia o fallo en el estudio de las diferentes jugadas posibles. Al final fue un error de programación lo que más contribuyó a la derrota del ser humano.
Evolución de los superordenadores
Desde que se creó esta supercomputadora que pesaba casi 13 toneladas y costó unos 10 millones de dólares ha cambiado mucho el mundo del ajedrez por ordenador. Hoy en día se puede conseguir un programa para poder jugar al ajedrez en cualquier ordenador personal y que son capaces de derrotar a jugadores profesionales. También hay otros programas, como Shredder, Fritz, Rybka y Fruit, que han sido capaces de ganar a varios campeones del mundo en la modalidad de ajedrez rápido, donde cada jugador cuenta con una hora para ejecutar todos los movimientos.Pero si atendemos al campo de los superordenadores, el líder es Tianhe-2, desarrollada por la Universidad de Tecnología de Defensa de China y la empresa china Inspur y que costó entre 200 y 300 millones de dólares. Esta máquina tiene un rendimiento de 33,86 petaflop/s, con un pico teórico de 54,9 petaflop/s que la convierte en la más rápida del mundo. Hay que recordar que 1 petaflop/s es un millón de veces más rápido que 1 gigaflop/s, que es la unidad en la que se medía la potencia de proceso de Deep Blue.