Se desveló el misterio: el próximo título de
Rovio, los creadores del popular
Angry Birds, se llamará
Amazing Alex
y se lanzará este verano. El juego es creación de dos españoles que
viven en Estados Unidos a los que Rovio ha comprado la idea para
adaptarla y lanzarla como propia. Se convertirá en el sucesor de los
pájaros cabreados, el juego más exitoso de los
smartphones con más de 1.000 millones de descargas.
Noel Llopis y
Miguel Ángel Friginal, desarrolladores independientes de videojuegos (
indies,
como les gusta llamarse) han contenido estos días la explosión de
alegría en sus comentarios en la Red. No ha trascendido la cantidad
desembolsada por Rovio y ambos “prefieren esperar al lanzamiento oficial
para hablar en detalle del acuerdo”, aseguran por correo electrónico a
este diario. Es muy probable que la cifra pagada les de para inventar
juegos por su cuenta para largo.
La idea de Llopis y Friginal ha cautivado a los finlandeses, bajo presión por dar con un nuevo bombazo que suceda a
Angry Birds. El título original de los españoles,
Casey´s Contraptions,
vio la luz el pasado junio tras nueve meses de desarrollo entre ambos.
En él un niño, Casey, guía al jugador por diferentes escenarios, su
escuela, su habitación, el patio… En cada uno de ellos el objetivo es
crear reacciones en cadena con decenas de objetos y juguetes, por
ejemplo, unas tijeras cortan la cuerda que sujeta un cubo, el cubo
golpea a un puño de boxeo automático, este a un balón de fútbol que sale
disparado hacia un tirachinas, cuya munición activa un coche de juguete
que acaba empujando a una hucha-cerdito al fondo de una caja de cartón.
Reto conseguido. Así pantalla tras pantalla.
El juego, solo disponible en iPhone y iPad por 2,99 dólares, tuvo muy
buena recepción, pero no llegó al gran público. Rovio vio en él la
oportunidad perfecta para continuar la racha de
Angry Birds y no se lo pensó dos veces: llamó a Llopis y Friginal y les compró la idea.
“Creo que el juego gustó a Rovio porque es muy creativo y tiene una
personalidad única. No manejas solo objetos, son los juguetes de Casey y
los trastos que encuentra por su casa. Además, está basado en física
(como
Angry Birds), y puedes compartir soluciones y toda clase de construcciones con tus amigos”, explica Noel a este diario.
El estudio finlandés ahora lo ha rebautizado con el nombre de
Amazing Alex,
adaptará el diseño y la historia a la filosofía de Rovio y lo lanzará
en un par de meses. “Encaja perfectamente en nuestro arsenal, con su
género de
puzzles de física altamente adictivos y divertidos”,
aseguró Ville Heijari, responsable de expansión de Rovio, a la
publicación especializada
Gamasutra.
“Nunca se había pasado por la cabeza vender
Casey´s Contraptions.
Fue una gran sorpresa, poco después de lanzar la versión para iPad
Rovio nos contactó y nos hizo una oferta que no pudimos rechazar”,
explica Llopis en
su blog.
Ni él ni Miguel trabajarán con Rovio en adaptar del juego, “es una gran
oportunidad para pasarles el testigo y centrarnos 100% en nuevos
proyectos”, asegura.
Llopis, ingeniero de 39 años
a quien EL PAÍS entrevistó en 2010,
nacido en Alicante y asturiano de adopción, se trasladó a Estados
Unidos a los 17 años para finalizar sus estudios y allí se quedó. Vive
en Carlsbad, una pequeña ciudad cercana a San Diego (California), y sabe
muy bien cómo vivir de los videojuegos en el móvil. Trabajó durante 10
años para un estudio de desarrollo hasta que decidió ponerse por su
cuenta.
En el 2009 creó Flower Garden,
una aplicación para plantar flores virtuales, regarlas, comprar abono,
cortar ramilletes y enviarlos de regalo. La idea funcionó tan bien que
le generó unos ingresos netos de 80.000 dólares el primer año, más que
suficiente para vivir con desahogo y lanzarse a por el próximo título,
Casey´s Contraptions.
“Mi vida no ha cambiado mucho tras la noticia. Tengo algunas cifras
más en la cuenta del banco, pero ningún Ferrari en el garaje”, explica,
aunque reconoce que ahora no se tendrá que preocupar por cómo financiar
sus próximos proyectos. “Tampoco contrataré empleados, siempre he
preferido colaborar con otros
indies, es más flexible. Eso sí, habrá más presión para que mi próximo juego sea otro éxito”.
Su socio, Miguel Ángel Friginal, zaragozano de 37 años, empezó a
estudiar ingeniería en la Universidad de Zaragoza pero no terminó.
“Siempre he sido más bien autodidacta”, dice. Trabajó como diseñador
gráfico y programador hasta que lo dejó todo para mudarse con su mujer a
EE.UU. y montar su propio estudio, Mistery Coconut. Vive en la ciudad
de Tacoma, en el estado de Washington. “Nadie en su familia cree que
tiene un trabajo de verdad, pero eso es porque no han visto los
abultados cheques que recibe (él tampoco los ha visto)”, bromea en su
web. Ahora ya puede mostrarles uno con algunos ceros detrás.