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2011/07/04

La suciedad es un peligroso inquilino

Hay ocasiones en que ciertos avances lo dejan todo perdido. El Támesis estaba relativamente limpio hasta 1815, pero desde entonces muchos hogares londinenses comenzaron a dejar de utilizar pozos negros y sus aguas fecales fueron a parar a tuberías que desembocaban en el Támesis.
El río se convirtió en un espantoso cenagal. Algo incómodo y molesto durante un tiempo, sumamente peligroso cuando se desató la epidemia de cólera de 1832.

Suciedad es el nombre de una exposición en la Wellcome Collection de Londres, donde apreciamos cómo los esfuerzos por extender la higiene en Europa tardaron mucho más de lo que pensamos en convertirse en un asunto de salud pública.
Los prejuicios morales y científicos y las terribles condiciones de vida de la clase trabajadora servían de vivero de enfermedades que ni eran imbatibles ni castigos divinos. Por eso, a mediados del siglo XIX la esperanza de vida en Gran Bretaña era de 43 años. En las grandes ciudades era aún menor. En las zonas pobres de Liverpool, un niño podía aspirar a vivir sólo 26 años.
La exposición se inicia con la ciudad holandesa de Delft. En 1680, un 10% de su población trabajaba en fábricas de cerámica. Ese fue un paso adelante, y no sólo para la estética. Las paredes cubiertas de cerámica eran más fáciles de limpiar. Por entonces, la ideología de la limpieza estaba emparentada con la moral. Los vicios que podían amenazar la moral de una familia cristiana, según el manual Christian Housekeeping, no tenían que ver sólo con el polvo.
En 1831, un barco procedente del océano Índico trajo una cepa del cólera mucho más virulenta que la ya conocida. Para resaltar el miedo que producía en la Europa de la época, la exposición ofrece el doble retrato de una joven veneciana de 23 años enferma, antes y después de contraer el cólera. Se supone que sólo hay unas horas de diferencia entre ambos cuadros. En el segundo, la joven tiene un terrible parecido con los zombis que vemos en las películas.
En 1854 se desencadenó otra epidemia, y fue allí cuando John Snow batalló para contradecir la verdad oficial sobre la enfermedad. La mayoría de los científicos eran miasmistas. Creían que el mal se extendía a causa de las miasmas, los malos olores. Con su mapa de la propagación del cólera en la zona de Broad Street en Londres, Snow demostró que la propagación tenía que ver con el agua.
No le hicieron mucho caso al principio. De las 50 recomendaciones de la comisión científica oficial, sólo dos tenían que ver con el agua.
La exposición incluye también el lado siniestro de la higiene, cuando se utiliza como base de teorías racistas. Una portada del periódico nazi Der Stürmer muestra una imagen de microscopio en la que los microbios llevan símbolos judíos y comunistas. La higiene ha salvado millones de vidas, pero también ha sido un arma peligrosa en manos de la propaganda totalitaria.

Publico

2010/06/04

El exceso de limpieza puede dañar la salud

Fuente: Publico.

Puede que determinados hábitos, considerados higiénicos en algunas sociedades occidentales obsesionadas con la limpieza, no sean tan saludables. Cada vez cobra más fuerza la denominada hipótesis de la higiene, propuesta por el epidemiólogo David P. Strachan en 1989. Según esta, el menor número de infecciones en los primeros años de vida, el mayor uso de antibióticos y la extensión de la vacunación, predisponen a la alergia.
Ya desde el comienzo de la vida, el contacto con los microorganismos es clave. Así, los niños nacidos por cesárea tienen más riesgo de ser alérgicos que los nacidos por parto vaginal, al no estar expuestos a los gérmenes habituales del canal del parto. "Los niños no necesitan un ambiente estéril", resume la jefa del servicio de Alergia del hospital Clínico San Carlos de Madrid, Consuelo Martínez Cócera.
Esta hipótesis está muy relacionada con la evolución del inmaduro sistema inmunológico del recién nacido. Durante el embarazo, un tipo de linfocitos llamados Th fetales favorecen la producción de inmunoglobulina E (IgE), el anticuerpo más involucrado en la alergia. De esta forma, evitan el rechazo inmunológico que podría producir el feto en la madre. Es su contribución a una gestación satisfactoria.
A partir del nacimiento, esta respuesta puede evolucionar de dos formas diferentes. En la progresión natural hacia un sistema inmunológico adulto, una mayor frecuencia de infecciones promueve la producción de inmunoglobulina G (IgG), anticuerpo no implicado en mecanismos alérgicos. Por el contrario, un menor número de infecciones perpetúa la respuesta inmunológica previa, la producción de IgE, y promueve el desarrollo de alergia.
Pero la hipótesis higiénica tiene sus detractores. Según explica Jeroen Douwes, de la Universidad de Massey (Nueva Zelanda) en International Journal of Epidemiology, el asma ha empezado a bajar en los países occidentales pese a que "parece improbable" que esos países sean ahora menos limpios. Al tiempo, el asma está aumentando mucho en países como Brasil, donde parece improbable que haya menos infecciones "que en países culturalmente similares como España y Portugal, donde la prevalencia de asma es menor".

2010/05/26

Samsung Navibot: la tecnología se alía con la limpieza

Fuente: Cinco Dias.

Podríamos decir que es una simple aspiradora pero sería injusto. Sería como llamar modelo de pasarela a Naomi Campbell. Estamos ante una Top Model del hogar y la oficina. Su aspecto está más cerca de un platillo volante que de un aparato de limpieza. De hecho, cuando miras de frente una aspiradora convencional te preguntas porqué no han inventado algo similar el NaviBot antes.

Temas clave
Tecnológicamente hay detalles clave, para empezar dispone de cámara de vídeo con la que graba el entorno en el que trabaja y por tanto no dejar ni un rincón por limpiar. Además, tiene la inteligencia suficiente como para memorizar tareas. De esta manera podrá dar una pasada al salón mientras tus estás fuera de casa. Si quieres incluso podrá hacerlo los días de la semana que tu le programes. Si tu casa o oficina es muy grande puede que se quede sin batería. Mal asunto, sino fuera porque cuando eso pase, volverá a su base, se cargará y volverá a sus tareas cuando, nunca mejor dicho, se encuentre con las pilas cargadas.

Más potencia
Nada malo hasta ahora, te equivocas. Sus elegantes formas y su leve zumbido le permiten barrer y limpiar, pero no podrá con la suciedad más severa que hay en alfombras. Las obesas aspiradoras hacen más ruido, pero ese ruido significa potencia, mucha potencia y eso es imbatible cuando hay que limpiar a fondo.
Cumplir el sueño de tener la oficina que se limpia casi sola te costará unos 500 euros, algo más si optas por el modelo más elegante y cuidado. A cambio verás como la tecnología se pone, más que nunca, a tu servicio y te soluciona de raíz todos tus problemas de limpieza.

2009/07/04

Tanta limpieza nos debilita

Fuente: El Pais.

Al bebé que empieza a gatear y a explorar el mundo le gusta tocar, ensuciarse y llevárselo todo a la boca. Los adultos deben evitar que se exponga a elementos dañinos, enseñarle que hay que lavarse las manos y ser limpio. Pero tampoco se le debe meter en una caja de cristal. Un poco de suciedad puede ser bueno porque mientras satisface su curiosidad, su sistema inmune se entrena para reconocer a los verdaderos agentes infecciosos, y su cuerpo se va poblando de bacterias amigas que, como un ecosistema integrado, protegerán y ayudarán a trabajar a su cuerpo. Algunos estudios atribuyen el exceso de protección de los niños frente a su entorno como causa del aumento de las alergias, las dermatitis y algunas enfermedades del sistema inmune ¿Viven los niños en ambientes demasiado asépticos?
"El problema no es la higiene en sí misma, sino que no es selectiva y se han aniquilado algunos viejos amigos", afirma Francisco Guarner, del hospital de la Vall d'Hebrón en Barcelona, investigador de MetaHit, una parte del proyecto Microbioma Humano en el que investigadores de todo el mundo están construyendo un mapa de las bacterias que habitan en el cuerpo humano, en zonas como la boca, la piel y el intestino. Esta macroinvestigación permitirá ver el impacto sobre la salud humana de esta aniquilación microbiana no selectiva. Los científicos esperan averiguar cómo interactúan con los genes de nuestras células y cómo su presencia o ausencia nos puede alterar.
Sus resultados pueden corroborar ideas que la teoría de la higiene señala desde los años 70. Con esta hipótesis, algunos científicos ya apuntaban que, si bien la higiene había permitido acabar con las grandes infecciones de la historia, también había aniquilado gérmenes necesarios. "A partir de los años cincuenta empiezan a aparecer nuevas enfermedades relacionadas con el sistema inmune y la teoría de la higiene las relaciona con dos aspectos: el sistema inmunitario estaba más equilibrado para combatir enfermedades cuando había más bacterias, y también hemos eliminado bacterias amigas que establecían sistemas de tolerancia. Por eso respondemos a los alérgenos del aire como si fueran patógenos y de forma exagerada", explica Guarner.
Aún hoy, los expertos coinciden en que se trata de una teoría difícil de comprobar. Pero ya son muchos los estudios epidemiológicos que muestran diferencias entre la salud de personas que en su infancia han estado expuestas a determinadas bacterias y las que no. El más conocido, realizado tras la caída del el muro de Berlin, permitió ver que la incidencia de alergias, asma y otras patologías autoinmunes era menor entre los habitantes del Este, y mayor entre los de la zona occidental, mas rica y limpia, con acceso a antibióticos y vacunas.
A la falta de entrenamiento o inmadurez del sistema inmune se atribuye, en buena parte, que las alergias a alimentos hayan pasado entre 1992 y 2005 de afectar de un 6% a un 15% de los niños; que la dermatitis atópica haya aumentado de un 5% a un 11% y que las alergias respiratorias hayan pasado de un 75% a un 80%. "Al haber menos infecciones el sistema inmune actúa también menos, aunque seguramente intervienen factores hereditarios y del ambiente". Ana María Plaza, jefa de la sección de alergias del hospital catalán Sant Joan de Déu asegura: "No es bueno mantener a los niños dentro de un cubo estéril. Es beneficioso que salgan al campo, a la montaña. Han de jugar, estar en contacto con la naturaleza y con las plantas. Debemos volver a buscar un equilibrio entre la vida actual y en el medio natural".
Muchos investigadores prefieren situar la influencia de la higiene en un contexto más amplio. "No significa que tengamos que dejar de lavarnos. Es una consecuencia de la calidad de vida que hemos ido ganando", afirma Antonio Valero, alergólogo del hospital Clínic de Barcelona. "La teoría de la higiene no lo explica todo. En este aumento de las alergias también interviene la contaminación, el hecho de haber cambiado nuestros hábitos alimentarios con comida tratada y que usamos más medicamentos, antibióticos y detergentes", puntualiza Valero.
Sin embargo, pocos dudan de que la desaparición de una bacteria en nuestro ecosistema corporal puede ser tan catastrófica como la extinción de una especie en el Amazonas. Por ejemplo, nuestra flora intestinal es el ecosistema más poblado de la tierra, con más de cien billones de bacterias, pertenecientes a entre 500 y mil especies. El cuerpo humano alberga diez veces más células bacterianas que humanas, una proporción impactante que sugiere una interacción más importante de lo que podría parecer entre nosotros y las bacterias que transportamos.
Los gérmenes empiezan a colonizar nuestro cuerpo nada más llegar al mundo. Algunos estudios demuestran que el parto vaginal facilita la formación de la flora intestinal del recién nacido. "El niño nace con anticuerpos de la madre, pero las bacterias no lo colonizan hasta que nace. Al principio, las más abundantes son las bifidobacterias, que obtiene por la leche materna", explica Miquel Viñas, catedrático de microbiología del campus de Bellvitge de la Universidad de Barcelona. "Es un proceso lento y gradual que ocurre en un periodo corto de tiempo. Para un niño saludable es positivo entrar en contacto con bacterias, pero tampoco se debe fomentar la infección como protección", afirma.
Gracias a la higiene, también se ha conseguido que la incidencia de enfermedades infecciosas en Occidente haya disminuido a tan sólo un 10%. "Sin embargo, el impacto de las enfermedades autoinmunes se ha multiplicado por cinco", explica Guarner. Tras este aumento se podría encontrar la desaparición de algunas bacterias de la flora intestinal que cumplen importantes funciones en la programación y regulación del sistema inmune.
La microbiota (el conjunto de microbios en el cuerpo) de los niños que tienen alergias, asma o alguna otra dolencia autoinmune es diferente a la de otros niños sanos. ¿Causa o consecuencia? Un estudio publicado en el Journal of Allergy and Clinical Immunology, realizado por la Universidad de Lund, en Suecia, demuestra que los niños con una menor diversidad en la flora bacteriana en la primera semana después de nacer tienen más posibilidades de desarrollar dermatitis atópica en el primer año y medio de vida.
Diferentes estudios han demostrado que los niños que viven con animales, sea un perro, gato o incluso animales de granja, tienen menos riesgo de padecer alergias. El dato lo corrobora otra investitgación de la Universidad de Illinois, que analizó las reacciones alégicas de su personal de laboratorio que trabajaba con ratones. Quienes no tenían alergia a los roedores se habían criado en entornos rurales. También se ha comprobado que la convivencia con más niños aumenta las defensas. Los que van a la guardería sufren menos alergias. Los hijos de familias numerosas son menos susceptibles a las alergias, sobre todo los más pequeños, porque con sus hermanos están expuestos desde que nacen a más infecciones.
En el intestino, el aumento de enfermedades inflamatorias en los países desarrollados también se atribuye a la ausencia de algunas bacterias, La incidencia de la enfermedad de Crohn, por ejemplo, que se debe a una excesiva respuesta inmunológica que ataca la flora intestinal, se ha multiplicado por cuatro en los últimos 20 años. "En esta patología podrían faltar bacterias protectoras", afirma el experto Guarner. "Estudios con animales criados en ambientes sin gérmenes han permitido demostrar una menor densidad de linfocitos y de inmunoglobulina en la mucosa intestinal. Se ha observado también que algunos de ellos juegan un papel importante en la inducción de las llamadas células T reguladoras. En este tipo de enfermos se ha observado que existe un desequilibrio en la presencia de bacterias protectoras", añade.
Una de las investigaciones de referencia sobre esta patología intestinal se publicó en 1994 en la revista The Lancet. Se llevó a cabo en Gran Bretaña, con población nacida entre los años 40 y 50. Las personas que durante la infancia vivieron en un hogar que carecía de agua caliente y, por lo tanto, la higiene era menos exhaustiva, la incidencia de la enfermedad de Crohn era menor.
La disminución de la biodiversidad bacteriana también podría influir en otras enfermedades relacionadas con el sistema inmune, como la diabetes, la obesidad e incluso la esclerosis múltiple, otra de las enfermedades que más ha aumentado en las últimas décadas.
Xavier Montalbán, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Catalunya, es muy cauto a la hora de pronunciarse. Reconoce que la menor exposición a las bacterias puede ser una explicación, pero afirma que otros estudios lo atribuyen a deficiencias en otros elementos reguladores del sistema inmune, como la vitamina D y el sol, y también a la presencia del virus de Epstein Barr. En la esclerosis, las celulas T destruyen por equivocación la mielina que recubre y protege la neurona. Así se inicia el proceso neurodegenerativo.
En cuanto a la diabetes, un estudio de científicos de la Universidad de Yale y de Chicago, publicado recientemente en Nature revela que algunas bacterias intestinales podrían ofrecer protección frente al desarrollo de la diabetes tipo 1. El origen de esta anomalía está en que el sistema inmune ataca a las células pancreáticas.
Otra de las habilidades de las bacterias del tracto intestinal consiste en su capacidad para extraer energía de los alimentos ingeridos. Se ha visto que la diversidad bacteriana es diferente en individuos obesos y delgados. En definitiva, el balance energético de nuestro cuerpo dependería, al menos en parte, de si las bacterias del tracto intestinal son más o menos eficientes a la hora de consumir las calorías de los alimentos que previamente hemos ingerido.
Los miembros de una misma familia comparten una dieta similar y un entorno similar. Por eso acostumbran a compartir el microbioma intestinal, aunque haya algunas variaciones individuales. Ésta es la razón por la cual estudiar y comparar la flora intestinal de hermanos gemelos idénticos, uno delgado y otro obeso, ha resultado reveladora para las investigaciones de Jeffrey Gordon, del centro de Ciencias del Genoma de la Escuela de Medicina de Washington.
De esta forma los investigadores han podido determinar que, en su comunidad microbiana intestinal, hay diferencias sobre todo en la presencia de dos bacterias involucradas en el metabolismo de los hidratos de carbono, los lípidos y los aminoácidos. También ha quedado comprobado que la presencia o ausencia de estas mismas bacterias influye igualmente en algo tan importante como la síntesis de vitaminas.