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2012/03/07

Los turistas ponen en peligro la Antártida

Los turistas que visitan la Antártida llevan semillas en su ropa y sus maletas e introducen, sin querer, plantas no autóctonas en el ecosistema mejor conservado del mundo. Según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) estos organismos pueden suponer una seria amenaza para la flora del continente.
El investigador Steven L. Chown y sus colegas de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica han identificado el origen y el destino de más de 2.600 semillas que llegaron a la Antártida entre el año 2007 y 2008.
Durante este período, la primera temporada del Año Internacional Polar, visitaron el continente 33.054 turistas y 7.085 científicos y cada persona llevaba consigo una media de 10 semillas.
"Una inspección cuidadosa del equipaje: ropa, botas, trípodes, bastones... sería suficiente para reducir esta transferencia de semillas", explica a SINC Chown, autor principal del estudio.
Las especies invasoras pueden alterar el hábitat al que llegan y son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. La Antártida no es una excepción. La amenaza para la conservación de su flora es un problema actual pero será cada vez mayor a medida que avance el cambio climático en esta inhóspita región.
Los investigadores han calculado la posibilidad de que las plantas no autóctonas resistan a las inclemencias del frío en distintas zonas del continente. Debido a la distribución geográfica de los visitantes y a las condiciones climáticas, la parte occidental de la península antártica es la más susceptible.
De hecho la especie Poa annua, una hierba de la familia de los pastos y los cereales, ya se ha adaptado y establecido en este lugar. Una sector donde, según las predicciones, el calentamiento global va a favorecer la supervivencia de esta planta.
"Es crucial que se vigilen las zonas con un alto riesgo de albergar nuevas especies y que, tan pronto como se identifiquen, sean eliminadas" comenta Chown.
Además, puesto que los turistas visitan otras zonas frías antes de llegar a la Antártida, más de la mitad de las semillas que traen pertenecen a especies adaptadas al frío, por lo que pueden soportar bien condiciones extremas.
"La Antártida es el lugar menos afectado por los seres humanos de todo el planeta. Mantenerla así, de la misma manera que uno valora las grandes obras de arte, es un objetivo importante desde la perspectiva de la conservación", concluye el investigador.

2012/02/10

Rusia culmina la perforación del lago Vostok en la Antártida

La controvertida operación, aplazada varias veces, abre un gigantesco depósito de agua bajo el hielo que ha estado sellado durante más de 20 millones de años. Muchos científicos temen que se contamine el mismo lago (a 3.766 metros de profundidad) o las muestras que se extraigan.

La ya vieja controversia acerca de si debía completarse o no la perforación hasta la superficie del lago subglacial Vostok, a 3.766 metros bajo el hielo del corazón de la Antártida, ha terminado con el anuncio hoy de que los expertos rusos finalmente lo han hecho. La perforación ha alcanzado la superficie del lago. Las aguas aisladas durante más de 20 millones de años, que pueden albergar microbios adaptados a vivir en esas condiciones extremas, son ahora accesibles. Para los científicos es una oportunidad única de investigar, si existen, unos seres remotos que estarían aislados desde el pasado remoto; además, serían una pista importante acerca de si puede haber formas de vida similares en otros cuerpos del sistema solar, como Europa, la luna de Júpiter, que tal vez tiene océanos bajo su capa helada. Pero para muchos esa perforación no debería de haberse hecho hasta que no se tuvieran unas tecnologías capaces de evitar cualquier riesgo de contaminación.

Habrá que esperar para saber qué hay allí abajo porque los rusos han dicho que no tomarán muestras limpias del agua hasta diciembre de este año (el próximo verano antártico) y que el agua recuperada inmediatamente después de culminar ahora la perforación está contaminada con los productos químicos (lubricantes y anticongelantes) utilizados para hacerla, según informa The New York Times. Han brotado entre 30 y 40 litros de agua que se han congelado inmediatamente en el agujero de perforación, sellándolo, según han declarado los científicos de la base Vostok, en un comunicado oficial de la Expedición Antártica Rusa, liderada por Valery Lukin.

Las aguas del depósito subglacial pueden albergar microbios
“Probablemente se trate del agua más pura y antigua del planeta. No tenemos pruebas directas, pero sí datos de que la superficie será estéril, aunque en el fondo del lago habrá formas de vida como termófilos y extremófilos [microrganismos que viven en condiciones extremas]”, ha declarado Lukin, informa Efe. El lago Vostok mide unos 250 kilómetros de largo y 50 de ancho y la presencia allí o no de microrganismos dependería, según argumentan los científicos, de si se formó cuando el continente blanco estaba ya helado o se formó antes de que se congelara.

2012/02/08

Rusia perfora la última frontera

"El 5 de febrero, a las 20.25 hora de Moscú, ocurrió en la base rusa Vostok un hecho que mantenía en vilo a la comunidad científica internacional". Así arranca la nota que confirma que, finalmente, y después de 30 años de trabajos en las situaciones más extremas del planeta, la expedición científica rusa ha logrado perforar los 3.766 metros de hielo que separaban el lago Vostok, aislado desde hace millones de años, y la superficie.
Los científicos llevaban una semana sin dar señales de vida porque estaban trabajando contrarreloj para alcanzar su objetivo antes de que finalizara el verano antártico, lo que les obligaría a posponer el éxito de su misión hasta la siguiente temporada, a partir de noviembre. La nota (ruso), escrita por el jefe científico de la expedición, Valery Lukin, pone fin a varias semanas de especulaciones, que se dispararon el pasado lunes, cuando la agencia rusa RIA Novosti aseguró que se había logrado el objetivo, pero sin citar fuentes concretas.
El logro del grupo del Instituto de Investigación Ártica y Antártica de San Petersburgo (AARI) es trascendental por varios motivos. El principal, porque en las aguas vírgenes del Vostok se espera encontrar vida nunca conocida hasta ahora, ya que se encontrarán organismos que llevan unos 15 millones de años evolucionando al margen del resto del planeta. Además, lo que allí se encuentre proporcionará claves impagables sobre las condiciones en las que se puede haber desarrollado la vida en planetas helados como Europa, luna de Júpiter, o Encélado.

2012/02/06

Sin noticias de los científicos rusos que investigan en un lago antártico

Hace más de una semana que no se sabe nada de ellos, un grupo de científicos rusos que pretendía alcanzar las inexploradas aguas del lago Vostok, a 3,7 kilómetros bajo el hielo, donde se espera encontrar lo más parecido a la vida alienígena en la Tierra. En concreto, la última comunicación con la base Vostok se produjo el 28 de enero. Para empeorar las cosas, su plan inicial de trabajo requería acabar la faena antes de esta semana, cuando despegaría el último avión que les rescate del final del verano antártico.
El grupo del Instituto de Investigación Ártica y Antártica de San Petersburgo llevaba desde noviembre perforando la kilométrica capa de hielo que mantiene aislado desde hace unos 15 millones de años el lago Vostok. Allí pretenden encontrar vida microscópica que ha evolucionado ajena al resto del planeta durante eras, parecida a la que se cree que habrá en Europa, la luna helada de Júpiter. Y estaban muy cerca, apenas a unos metros. "Puedo asegurar que están muy, muy cerca de penetrar en el lago esta vez", explica a este diario el profesor de la Universidad de Montana, John Priscu, uno de los mayores expertos en estos lagos antárticos ignotos. Priscu es una de las pocas personas que estaba en contacto con el grupo ruso durante sus trabajos. Hasta hace una semana.
Desde entonces, confirma Priscu, nadie responde al otro lado de la radio. Sin embargo, este investigador no cree que haya que temer por ellos. "La falta de comunicación con el mundo exterior no es tan extraña. En alguna ocasión he llegado a quedarme yo mismo sin comunicación a través de radio durante dos semanas mientras realizaba trabajo de campo", explica. "Los rusos son muy competentes y yo no me preocuparía por su bienestar", tranquiliza Priscu.
El investigador recuerda las duras condiciones que se viven en la base de Vostok, el lugar más frío del planeta Tierra, donde se ha llegado a registrar -89,2º centígrados, el récord absoluto. "Los rusos han estado trabajando contrarreloj en el desierto más alto, más seco y más frío de la Tierra y están muy ocupados tratando de alcanzar sus objetivos", puntualiza.
Hace dos semanas, los científicos rusos realizaron una parada en su trabajo de perforación del hielo para realizar mediciones de presión que eviten sustos. Esas mediciones han podido ralentizar su progreso, que hasta ese momento avanzaba a un ritmo de 1,7 metros diarios hacia su objetivo. Pero el verano antártico llega a su fin, lo que les obligaría a aplazar la llegada a la meta otro año más, como les ocurrió en febrero de 2011. "No estoy seguro de cuándo regresarán. Lo normal sería que el campo se preparase estos días para el invierno. Dada la magnitud de trabajo de esta temporada, puede que retrasen la salida". 

2012/01/20

España busca 'marcianos' en la Antártida

Marte está en la Tierra. En el planeta azul hay rincones cuyas temperaturas bajo cero, desiertos de sal y cegadoras tormentas de polvo son lo más parecido al planeta rojo que ha pisado el hombre. Los Martes de la Tierra se reparten por todo el globo. Uno está a cuatro kilómetros bajo tierra, en las galerías de las minas de Suráfrica. Otros, en los llanos pelados del desierto de Atacama, en Chile, o en los terrenos rojos y ácidos de Río Tinto, en Huelva, o incluso en los hielos perpetuos de la Antártida. Para sorpresa de los científicos, en todos estos lugares se ha hallado vida en forma de microorganismos obstinados que podrían resistir muchas de las inclemencias del tiempo en Marte. Encontrar a estos seres y estudiar sus mecanismos de supervivencia son clave para entender la posibilidad de que haya vida en el planeta rojo y diseñar la máquina perfecta para encontrarla.
La próxima semana, un equipo de investigadores españoles saldrá hacia la Antártida para poner a prueba una de las máquinas rastreadoras de vida más sofisticadas que se han ideado. Se trata de SOLIDo Signs Of Life Detector, detector de señales de vida.
SOLID, una especie de ruleta rusa de siete kilos, ha sido diseñado para ir directo al grano: encontrar seres vivos en el planeta. "Este es el detector más directo para encontrar restos de vida en Marte", explica a este diario Víctor Parro, investigador del Centro de Astrobiología de Madrid CAB (CSIC-INTA) y responsable del proyecto.
La idea de SOLID es tan simple como arriesgada. Hasta el momento, todos los instrumentos que se han enviado al planeta rojo tenían como objetivo, de una forma u otra, encontrar vida presente o pasada en su superficie. Sin embargo, el objetivo oficial de esas misiones no incluía la detección de vida por un motivo muy simple: si la misión no hallaba nada podría ser concebida como un fracaso. Ni siquiera el robot de exploración Curiosity de la NASA, que en estos momentos viaja hacia Marte, tiene el objetivo expreso de hallar vida. En su lugar, sus sensores buscarán aminoácidos, los ladrillos de las proteínas, componentes orgánicos que podrían señalar que en la tierra que pise el robot hay o hubo algo vivo en el pasado, aunque no podrá determinarlo de forma concluyente. "Nosotros no buscamos aminoácidos, sino moléculas biológicas más complejas como las de la Tierra", detalla Parro.
El mayor obstáculo para buscar vida en Marte está en la mente humana. El hombre ha definido lo que es la vida observando los seres que habitan su planeta. Este geocentrismo fomenta una cerrazón que impediría detectar variantes biológicas nunca observadas en el planeta azul.
Para minimizar esta posibilidad SOLID va armado con un catálogo de entre 400 y 500 anticuerpos para detectar otras tantas moléculas que sólo podrían haber sido producidas por algo vivo. Entre ellas están el ADN, columna vertebral de la vida en la Tierra, grasas que se han detectado en todas y cada una de las bacterias conocidas y un tipo de azúcares llamados polisacáridos y cuya presencia delata a un ser vivo en plena lucha por la supervivencia.
Los microorganismos usan polisacáridos para protegerse de los entornos fríos, explica Parro. Estas moléculas hacen que el agua en torno suyo siga líquida incluso a temperaturas de diez grados bajo cero. "Si Marte está en condiciones similares a las que encontramos en algunos lugares de la Tierra, debe haber allí mecanismos similares para sobrevivir", detalla el investigador.
El catálogo de anticuerpos de SOLID ha sido confeccionado durante años de viajes a los diversos análogos de Marte en la Tierra.
El instrumento ha demostrado su capacidad para destapar microorganismos en las minas surafricanas, el permafrost de la Antártida, las antiguas minas de Río Tinto y el desierto de Atacama, el lugar más árido del planeta. Fue allí donde Parro y su equipo quedaron más sorprendidos. SOLID analizó tierra sacada a cinco metros bajo la misma, en un entorno "con mucha sal y nitratos donde no se esperaba encontrar gran cosa", recuerda Parro. Pero el detector señalaba que allí había vida.
"Después, en el laboratorio, vimos que aquella tierra contenía microorganismos y que estos volvían a la vida al añadir agua", señala Parro. Los investigadores bautizaron a estas colonias de microorganismos obstinados como "micro oasis" en un reciente estudio publicado en Astrobiology. Su idea es que Marte puede esconder idénticos oasis de vida microbiana. "En estos terrenos, el cloruro sódico, básicamente sal de mesa, tiene gran capacidad de atrapar agua y hacer que esta permanezca en estado líquido incluso en temperaturas bajo cero", explica el investigador. En este tipo de entornos salinos se han detectado en la Tierra "salmueras con vida" a unos 15 grados bajo cero, señala Parro. En Marte, donde abunda el tipo de sales iguales a las de la Tierra, "podría también haber esas salmueras" a esas temperaturas bajo cero, añade.
El próximo jueves comenzará la nueva misión de SOLID. Esta vez irá a Cerro Caliente, un paradójico enclave antártico de la Isla Decepción donde la temperatura pasa de los dos grados bajo cero en superficie a entre 60 y 100 grados positivos. El Cerro Caliente, cercano a la base española Gabriel de Castilla, es ideal para buscar organismos capaces de vivir en "gradientes térmicos" como los que hay en zonas hidrotermales del fondo marino. "Aunque es algo que hoy se discute, algunos investigadores piensan que en Marte hubo actividad hidrotermal reciente", añade.
Parro y el resto de su equipo colaboran con la NASA. Su objetivo es mandar su cazador de vida, que ha costado "unos tres millones de euros", a bordo de una futura misión de la agencia. Por ahora no han logrado ganar una convocatoria para hacerlo.
El equipo de Parro fue derrotado en el año 2004 por su máximo rival, el Life Marker Chip desarrollado por el astrobiólogo Mark Sims, de la Universidad de Leicester (Reino Unido). Su detector está diseñado para encontrar signos de vida extinta, y ganó el concurso para viajar a Marte a bordo de ExoMars, un robot impulsado por la Agencia Espacial Europea y la NASA que saldría en 2018. "El objetivo de SOLID se centra en la vida presente, nosotros, en formas que llevan muertas 3.000 o 4.000 millones de años", explica a Público Sims. Muchos expertos dudan de que haya vida presente en el planeta rojo y la elección de Sims era muestra de ello.
El investigador británico recuerda que, hace años, la idea era crear un detector conjunto con sus homólogos del CAB. "Llegó un punto en el que no pudimos alcanzar un acuerdo y comenzaron a desarrollarse dos instrumentos", recuerda.

Equipos rivales

Sea como sea, la victoria de Sims se ha agriado. El año pasado la NASA anunció que no tiene fondos para completar su aportación a ExoMars. En consecuencia, Europa, EEUU y Rusia están rediseñando la misión, que podría dejar en tierra muchos componentes. "Todavía no sabemos si viajaremos en ExoMars", lamenta Sims, que no repara en elogios a sus competidores: "Les deseo mucha suerte porque su instrumento es muy bueno".
Tanto Sims como Parro reconocen que gran parte del futuro sobre la exploración marciana depende de lo que encuentre el robot Curiosity, que en agosto aterrizará en Marte. Parro explica que su equipo se presentará a la nueva convocatoria de la NASA para misiones de coste medio y bajo. La falta de dinero podría jugar en su favor, ya que los recortes de presupuesto podrían hacer que la NASA decida regresar a un punto de Marte ya visitado para ahorrar dinero, explica.
"Si Curiosity encuentra compuestos orgánicos, esto reforzaría la necesidad de enviar ExoMars así como otras misiones para buscar vida", opina Sims, que da una de cal y otra de arena cuando se habla del futuro. "La posibilidad de que haya vida extinta en Marte sigue siendo más probable, pero estaría muy contento de que me contradijeran", concluye.

2012/01/04

Hallado un 'mundo perdido' alrededor de la Antártida

Un grupo de científicos británicos ha hallado comunidades de especies desconocidas en el fondo marino cercano a la Antártida, en el ambiente oscuro y cálido que rodea a los conductos hidrotermales, según un estudio divulgado este miércoles.
Los hallazgos, hechos por expertos de las Universidades de Oxford y Southampton y el Servicio Antártico Británico (BAS), permitieron contemplar nuevas especies de cangrejo yeti, estrella de mar, percebes, anémona de mar y pulpo.
Para el análisis, los científicos emplearon por primera vez un vehículo dirigido con control remoto (ROV, en inglés) para explorar el East Scotie Ridge, en las profundidades del océano Antártico, según la investigación, publicada en la revista PLoS Biology.
En esa zona los respiraderos hidrotermales (incluyendo puntos que llegan hasta temperaturas de hasta 383 grados Celsius) crean un entorno único carente de luz solar, pero rico en ciertos componentes químicos.
Según el profesor Alex Rogers, del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford, "los conductos hidrotermales son el hogar de los animales que no se encuentran en ninguna otra parte del planeta que obtienen su energía no del sol, sino de sustancias químicas tales como sulfuro de hidrógeno".
Las imágenes tomadas con el ROV (Remoteley Operated Vehicle) mostraron colonias enormes de una nueva especie de cangrejo yeti, agrupados alrededor de conductos de ventilación.
La cámara el ROV también captó otras instantáneas de una nueva especie predadora de estrella de mar con siete brazos, que se arrastra por los campos de percebes y tomó además instantáneas de un pulpo de color pálido no identificado, a casi 2.400 metros de profundidad.
"Lo que no encontramos es casi tan sorprendente como lo que encontramos", observó Rogers, quien añadió que "muchos animales como los gusanos, mejillones, cangrejos y camarones, hallados en conductos hidrotermales en los Océanos Pacífico, Atlántico e Índico simplemente no estaban allí".
Los expertos también consideraron que las diferencias entre los grupos de animales encontrados alrededor de los conductos de la Antártida y aquellos que estaban alrededor de conductos en otros lugares indican que el Océano Antártico puede actuar como una barrera para algunos de ellos.

2011/12/16

"Una de las hazañas más grandes de la historia"

"Estamos aquí para celebrar una de las hazañas más grandes en la historia de la humanidad", dijo ayer, en pleno Polo Sur, el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, quien no quiso perderse el acto principal para conmemorar la gesta de uno de sus compatriotas más conocidos históricamente, el explorador Roald Amundsen. Se cumplen cien años desde que el noruego, que inicialmente pretendía ser el primero en llegar al Polo Norte, colocara su bandera roja, azul y blanca en el extremo más austral de la superficie terrestre. Lo hizo tras ganar una carrera ya mítica a los británicos, comandados por el capitán Robert Scott.
A pesar de que el perfil del noruego era más científico que el del militar británico, lo cierto es que la ciencia estaba más presente en la agenda conquistadora de Scott. Como sostiene el profesor Edward J. Larson, experto de la Universidad de Pepperdine en la carrera antártica, los británicos tenían una hoja de ruta plagada de digresiones dedicadas a la investigación, mientras que el único afán de los noruegos era el de llegar primeros a la meta.
"Amundsen realizó investigaciones científicas en su expedición por el paso del Noroeste, en el Ártico, y también tenía pensado hacerlo en su ruta para conquistar el Polo Norte. Sin embargo, en la Antártida, fue sincero al reconocer que su único objetivo era el de llegar al Polo el primero", explica por correo electrónico Larson, autor de Un imperio de hielo: Scott, Shackleton y la Edad Heroica de la Ciencia Antártica. En un reciente artículo publicado en Nature, Larson realiza un análisis de los "excesivos esfuerzos" realizados por el equipo de Scott en su expedición para completar investigaciones científicas mientras avanzaban. Mientras, mucho más ligero, Amundsen surcaba los hielos como un tiro.
"Los científicos que acompañaban a Scott realizaron hallazgos sobre la formación de cristales de hielo, la evolución de los glaciares y evidencias de cambio climático", explica Larson, quien matiza que la principal razón por la que Scott falló fue porque preparó el viaje sin saber que sería una carrera. Quiso apostar por una expedición más segura, pero murió cuando regresaba del Polo. Poco antes de su final, su expedición realizó una última parada para recoger fósiles que dieron importantes claves sobre la evolución de la vida en la Tierra.

2011/11/07

Cuatro cosas que el capitán Scott descubrió en Antártica (y una que lo descubrió a él)

Hace un siglo, el capitán Scott y su equipo iniciaron una fatídica carrera para ser los primeros en llegar al Polo Sur. Aunque no lo lograron, su viaje a esa misteriosa tierra de hielo rindió fruto.
La expedición es mejor conocida por su fracaso. No sólo un rival noruego le ganó al capitán Robert Scott en su carrera al Polo Sur, sino que su equipo de cinco hombres murió en el viaje de regreso.
En la tienda de campaña donde se encontraron sus cuerpos congelados había 16kg de fósiles, un diario meteorológico, notas de cuentas, y rollos de películas tomadas por el propio Scott.

Los moribundos exploradores pensaron que esto era muy valioso para echarlo por la borda, aunque viajar más ligeros de carga pudo haber sido determinante en su lucha entre la vida y la muerte tras semanas de viaje en temperaturas de -37ºC.
La expedición de Scott tenía un doble propósito: alcanzar el polo para el Imperio Británico y explorar y documentar esta gran tierra del sur.
Este objetivo está reflejado en una respuesta registrada en el Congreso Internacional de Geografía de 1895, en el que se definió la Antártica con "la gran pieza de exploración geográfica por ser asumida", que podría resultar en "una adición al conocimiento de casi todas las ramas de la ciencia".
A finales del siglo XIX, la Antártica era un espacio largo y blanco en el mapa. Nadie estaba seguro si se trataba de un continente o una colección de islas de hielo.
Scott lideró primero una expedición a la región en 1901, y regresó una década más tarde con un equipo de jóvenes y hambrientos expertos, que por primera vez incluía a un fotógrafo profesional, y que debían recoger tesoros ocultos de especímenes, información y observaciones para ser analizados a la vuelta.
Sólo unos poco de su equipo de 38 hombres zarparon hacia el Polo en ese último viaje fatal. Los otros continuaron su investigación en los alrededores del campamento base y más allá.
Recuperados los restos para responder las interrogantes de entonces, estos descubrimientos continúan aclarando las preguntas científicas de nuestros días.
Aquí hay cuatro de esos descubrimientos claves (además del Polo), y uno que los descubrió a ellos.

Huevos de pingüinos Emperador

De los 2.000 especímenes de animales recolectados por Scott y su equipo, 400 de los cuales eran nuevos descubrimientos, la joya de la corona fue un trío de huevos de pingüinos Emperador.
Se esperaba que esto ofreciera la tan esperada prueba de la teoría de la evolución de Darwin.
En esa época, se creía que un embrión pasaba por todas las etapas de la evolución de su especie mientras se desarrollaba.
Los eduardianos (de la época del reinado de Eduardo VII) asumían que los pingüinos Emperador eran las aves más primitivas del planeta. Ellos esperaban que los embriones en esos huevos mostraran la relación entre dinosaurios y aves.
Estos pingüinos se habían visto antes, pero no con sus huevos.
"Era la gran búsqueda biológica de esos días", dice el historiador David Wilson, cuyo tío abuelo, Edward Wilson, fue un naturalista de Scott. "Ellos recogieron los huevos, y todas las teorías resultaron ser incorrectas".
Las pieles de pingüinos recolectadas fueron usadas 50 años más tarde como un control de especímenes para probar que el pesticida DDT había llegado a la aparentemente inmaculada Antártica.
"El programa científico era tan largo que básicamente fundó la ciencia moderna polar", explica Wilson. "Así que ofrece la base de datos de casi cualquier estudio".

El fósil del eslabón perdido

El fósil descubierto junto al cuerpo de Scott era la planta Glossopteris indica, un árbol extinto parecido a la haya de hace 250 millones de años.
En el viaje de regreso del Polo Sur, se detuvieron a explorar una morrena bajo la montaña Buckley.
Este no fue un desvío al azar. A pesar de que la comida escaseaba y luchaban contra el inclemente clima, los científicos exploradores tenían en mente un objetivo específico.
Una nueva teoría hablaba sobre una Antártica alguna vez unida a un supercontinente ancestral llamado Gondwanaland (ahora conocido como Gondwana) y que tenía un clima lo suficientemente tibio como para que crecieran árboles.
Era una teoría convincente. Todo lo que necesitaba era una pieza de evidencia clave.
Así que cuando Scott y compañía encontraron este fósil, igual a otros descubiertos en Australia, África y Sudamérica, fue como descubrir la pieza perdida del rompecabezas de la Tierra, pues indicaba que estas regiones formaban parte de la misma masa prehistórica.
"El descubrimiento de ese espécimen fue fundamental", señala Wilson. "Nos ayudó a cambiar nuestro entendimiento geológico del planeta".

Vida salvaje en acción

Además de especímenes, dibujos y fotografías, el Terra Nova regresó con imágenes nunca antes vistas de criaturas polares en acción.
Era la primera vez que una cámara de película se usaba para hacer un descubrimiento en el estudio de la biología. También fijó el estándar para expediciones futuras y documentales de vida salvaje.

"Scott creía que la cámara podía alcanzar logros importantes hasta entonces no conseguidos en la exploración científica", dijo Wilson, autor de The Lost Photographs del Capitán Scott (Las fotografías perdidas del capitán Scott).
El fotógrafo expedicionario Herbert Ponting capturó las formas y texturas del hielo, y filmó los ciclos y comportamientos de los pequeños y desconocidos habitantes de la región.
Por ejemplo, con la filmación de focas de Weddell abriendo huecos en el hielo con sus caninos, Ponting echó al traste las teorías existentes sobre cómo estos animales creaban agujeros para respirar.
Y cuando filmaba a ballenas asesinas cazando en grupos, Ponting casi se convirtió en su almuerzo.
El hielo bajo él cedió y empezó a separarse cuando las ballenas lanzaron un ataque coordinado para lanzarlo al mar.

Sistema de clima extraño

En una época del año en que las temperaturas son relativamente templadas (-28ºC), los cinco hombres del capitán Scott perecieron durante una extendida ola de frío que hizo que el mercurio de los termómetros bajaran a -40ºC.
La detallada previsión del tiempo realizada para el viaje al polo por el meteorólogo George C Simpson no mostró señales de este desafortunado cambio climatológico.

En un último mensaje al público británico, Scott escribió: "Nadie en el mundo habría esperado las temperaturas y superficies que hemos encontrado en esta época del año. Está claro que estas circunstancias se producen súbitamente, y nuestro naufragio se debe ciertamente a esta súbita llegada de clima severo".
¿Una inesperada y rara desgracia o el pronóstico simplemente falló?
Lo primero, dice Susan Solomon, experta en ciencia atmosférica. El meticuloso análisis de los datos del clima de Simpson habrían sido correctos en casi cualquier otro año, pero 1912 fue uno en que el invierno antártico empezó muy fuerte y temprano.
Su investigación contribuyó mucho al entendimiento de no sólo el clima antártico, sino de cómo las corrientes de vientos más altas interactúan en el hemisferio sur.

Legado de hongos

Incluso el refugio de 100 años de Scott esconde un nuevo descubrimiento. Uno que lo encontró a él, al contrario de los anteriores.
Durante el trabajo de restauración, se encontraron tres nuevas especies de hongo de madera dándose un festín con la histórica choza y sus contenidos.

Los restauradores llamaron al paleontólogo de plantas Robert Blanchette, de la Universidad de Minnesota, quien en un principio asumió que el hongo había llegado con visitantes o materiales importados.
"Pero nuestra secuencia de ADN, usada para identificar el hongo, determinó que existen especies presentes en la cabaña que no se habían visto antes y no son similares a otras especies", comenta Blanchette.
Otras pruebas encontraron el mismo tipo de hongo en la región del mar de Ross y en la península antártica, en el lado opuesto del continente, así como en otros refugios históricos.
El experto considera que tiene sentido encontrar nuevas especies en la cabaña de Scott.
"El objetivo de la expedición era estudiar todas las cosas nuevas de este único ecosistema. Estoy seguro de que este hongo, descubierto 100 años más tarde, habría sido de gran interés para los biólogos y otros científicos del último viaje de Scott".

2011/08/10

El tsunami de Japón generó icebergs en la Antártica


El tsunami provocado por el terremoto de 11 de marzo en Japón generó olas que cruzaron el Pacífico y rompieron grandes trozos de hielo de la Antártica, según demostró un estudio.
Las fotos satelitales muestran que los enormes icebergs (el mayor del tamaño de la isla de Manhattan, en Nueva York) se formaron cuando el tsunami golpeó la plataforma de hielo Sulzberger de la Antártica Occidental.

Las olas generadas por el terremoto de magnitud 9.0 viajaron cerca de 13.000 kilómetros a través del Océano Pacífico antes de llegar. Ahí ocasionaron el rompimiento -o desprendimiento- de 125 kilómetros cuadrados de hielo de la plataforma que se había mantenido estable durante los últimos 46 años.
El mayor de los icebergs mide 6.5 kilómetros por 9.5 kilómetros y 80 metros de espesor.
El trabajo, realizado por un equipo de EE.UU., se publicó en el Diario de Glaciología, una publicación bimestral on line de la Sociedad Internacional de Glaciología.

Sólo 30 cm

Según estimaron los expertos, el oleaje tenía tan sólo 30 cm de alto cuando llegó a la plataforma Sulzberger. Pero los investigadores afirman que durante un período de horas o días, las ondas dispersas ocasionaron repetidas flexiones en el hielo, "fatigando" a la plataforma y haciendo que se fracturara.
Kelly Brunt, del Centro Goddard de Vuelo Espacial de la Nasa en Maryland, y sus colegas estudiaron una serie de imágenes de radar de apertura sintética que el satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea tomó entre el 11 y el 13 de marzo.
Esto permitió al equipo restringir el evento de desprendimiento al plazo que coincide con la llegada del tsunami.
"El impacto del tsunami y el las ondas dispersas que le siguieron... en combinación con la plataforma de hielo y las condiciones del hielo marino ocasionaron el mecanismo de fractura necesario para activar el primer evento de desprendimiento de la plataforma de hielo en 46 años", explicaron en el Diario de Glaciología.
clic Lea también: Cambios en la temperatura del agua tendrían impacto en la Antártica

2011/06/24

Cumple 50 años el tratado que “salvó” a la Antártica

En el último siglo, el mundo ha presenciado una frenética carrera en busca de recursos naturales -en particular combustibles como el petróleo y el gas- considerados como la base del crecimiento económico.
El interés por estos recursos conoce pocas fronteras: incluso el Polo Norte es actualmente centro de una disputa entre varios países que pretenden acceder a las enormes reservas de “oro negro” que yacerían bajo el Ártico.

Y es que el calentamiento global está provocando un fuerte deshielo que está dejando más expuestos a estos valiosos depósitos.
Pero el Ártico no es el único terreno “virgen” codiciado por sus cuantiosas reservas naturales, que padece los efectos del derretimiento de su superficie.
También la Antártica, en el polo opuesto, esconde una gran cantidad de recursos minerales y petrolíferos.
Sin embargo, el llamado continente blanco no corre riesgo de ser explotado por sus riquezas. Esto es gracias a la firma de un acuerdo internacional que este jueves cumplió 50 años de vigencia.

El Tratado Antártico

El Tratado Antártico fue firmado en 1959 por 12 países: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética. Dos años después -el 23 de junio de 1961- entró en vigor.
El histórico acuerdo, que con los años sumó un total de 48 países adherentes, congeló indefinidamente las ambiciones territoriales de las naciones que reclamaban derechos de soberanía sobre la Península Antártica.
Pero además, prohibió expresamente la explotación de los recursos naturales de ese continente.

“El gran valor del tratado es que protegió todos los recursos de la Antártida, si no hubiera existido ocurriría lo que está pasando hoy en día con el Ártico”, señaló a BBC Mundo la coordinadora del Programa Antártida y Océano Austral de la Fundación Vida Silvestre Argentina, Verónica Cireli.
Cireli y otros expertos en medio ambiente participan esta semana de la XXXIV Reunión Consultiva del Tratado Antártico, que se realiza en Buenos Aires.
La capital argentina fue designada en 2004 sede permanente de la Secretaría del Tratado.

Ciencia y cooperación

En un acto para conmemorar el 50º aniversario de la entrada en vigencia del tratado, el canciller argentino, Héctor Timerman, destacó que el acuerdo “se ha erigido en un ejemplo elocuente de cómo los Estados pueden, unidos por un objetivo común, sumar esfuerzos y cooperar para desarrollar la ciencia y proteger el medio ambiente”.
El Tratado Antártico establece “la libertad de investigación científica” en ese continente y prohíbe “toda medida de carácter militar”, incluyendo las pruebas de armamento nuclear.
El acuerdo también permite que se realicen actividades turísticas en la península, algo que ha crecido en los últimos años con la llegada de un mayor número de cruceros, provenientes del Cono Sur.
Según Cireli, tanto las actividades científicas como las turísticas están dejando su huella en el continente blanco, y deberán ser más reguladas. Este es uno de los temas que se abordarán durante la reunión en Buenos Aires, que culmina el 1ero de julio.
“El Tratado no es perfecto y aún hay cosas que se pueden mejorar para conservar a la Antártica, pero es un ejemplo de cómo se puede proteger un ambiente único”, resaltó la ambientalista.

BBC Mundo

2011/03/23

La NASA prueba en la Antártida su traje espacial para Marte

Un equipo de la agencia espacial estadounidense (NASA) ha puesto a prueba un traje espacial en una base argentina en la Antártida, un ambiente de condiciones extremas parecidas a aquellas que se pueden encontrar en Marte, apuntando a una posible visita humana al planeta rojo.

El traje espacial NDX-1, diseñado por el ingeniero aeroespacial argentino Pablo de León, soportó temperaturas heladas y vientos de más de 75 kilómetros por hora. A la par, los investigadores probaron técnicas para recolectar muestras terrestres en Marte.

"Esta fue la primera vez que probamos el traje en un ambiente tan extremo y aislado, de tal manera de que si algo salía mal no era posible ir a una tienda cercana" y comprar un kit de reparación, dijo De León a Reuters recientemente tras regresar de una expedición de una semana.

El traje prototipo de 100.000 dólares, creado con fondos de la NASA, está elaborado con más de 350 materiales, incluyendo kevlar y fibras de carbono para reducir el peso sin perder resistencia.

Durante la misión "Marte en Marambio", nombrada así por la base militar y científica argentina, un equipo de científicos de la NASA simularon caminatas espaciales, realizaron ejercicios y recolectaron muestras mientras usaron el traje.

De León también usó el traje presurizado y dijo que puede generar claustrofobia en cualquier persona por su casco y su micrófono interno para comunicarse con el mundo exterior.

Los investigadores eligieron la base Marambio porque, comparada con otras bases antárticas, tenía un mejor acceso a tierra que permanece congelada gran parte del año.

De León, quien lidera el laboratorio de trajes espaciales en la Universidad de Dakota del Norte en Estados Unidos, dijo que la Antártida es ideal para recolectar muestras dado que es uno de los lugares con menor contaminación en la tierra y dará pistas sobre el impacto sobre el traje.

"Marte es una mezcla de muchos ambientes diferentes: desiertos y temperaturas y vientos como en la Antártida", dijo De León. "Entonces tratamos de tomar pequeños pedazos de lugares distintos y tratamos de ver si nuestros sistemas pueden soportar los rigores de Marte en caso de que vayamos", agregó.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el año pasado que para la mitad de la década de 2030 sería posible mandar astronautas a orbitar Marte y hacerlos regresar a salvo a la Tierra. Luego llegaría el aterrizaje sobre Marte, dijo.

Pero una misión humana al planeta más parecido a la Tierra dentro del sistema solar podría ser aún más distante por la reducción del presupuesto de la NASA.

El Consejo de Investigación Nacional de Estados Unidos recomendó este mes que las misiones robóticas a Marte y a la luna Europa de Júpiter deberían ser prioridad en la lista de quehaceres de la agencia para la próxima década de exploración planetaria.

A pesar de esto, De León mantiene las esperanzas de que su traje espacial o tal vez una parte de este será usado por astronautas cuando den sus primeros pasos sobre Marte. "Aunque un tornillo de nuestro traje espacial o un pequeño pedazo de nuestro diseño llega a Marte, seré más que feliz", dijo.

Canarias7

2011/02/09

Los bosques secretos de la Antártica

Puede ser difícil de creer, pero Antártica estuvo una vez cubierta de frondosos bosques. Hace cien millones de años, el efecto invernadero en la Tierra era extremo. El Polo Sur no era un desierto de hielo, sino un vergel habitado por dinosaurios.
El ecosistema antártico estaba adaptado a los largos meses de oscuridad del invierno y era verdaderamente extraño.
Pero si el calentamiento global continúa, ¿podrían reaparecer estos antiguos bosques?
Uno de los primeros en poner de manifiesto las evidencias de lo que una vez fue la verde Antárticano fue el explorador Robert Falcon Scott.
Regresando del Polo Sur, en 1912, se tropezó con una planta fosilizada en el glaciar Beardmore, a una latitud de 82º sur.
Su descubrimiento abrió una nueva ventana al pasado subtropical del que ahora se conoce como el continente helado.

Bosque en el hielo

La profesora Jane Francis, de la Universidad de Leeds (Inglaterra), es una intrépida exploradora que ha seguido los pasos de Scott.
Francis ha participado en diez expediciones para recolectar fósiles. "La idea de que Antártica estuvo alguna vez cubierta de bosques todavía no deja de parecerme algo alucinante".
"Damos por sentado que siempre ha estado congelado, pero las capas de hielo parecen ser algo relativamente reciente en tiempos geológicos".
Uno de los fósiles que ha descubierto la profesora Francis lo consiguió cuando atravesó la cordillera Transantártica, no muy lejos de donde Scott hizo su hallazgo.
"Estábamos arriba en el glaciar cuando nos encontramos con capas de sedimentos plagados de frágiles hojas y ramas".
Estos fósiles probaron la existencia de restos de hayas hace unos tres a cinco millones de años, las últimas plantas que vivieron en el continente antes de que quedara completamente helado.
Sin embargo, otros fósiles muestran la existencia de una verdadera flora subtropical en tiempos algo más remotos, durante la "era de los dinosaurios", cuando unos niveles de dióxido de carbono mucho más altos dispararon una fase de extremo calentamiento global.
Vanessa Bowman, que trabaja con la profesora Francis en Leeds, no tiene duda: "Hace cien millones de años, Antártica estaba cubierta por frondosos bosques como los que existen en Nueva Zelanda".

Oscuros secretos

Posiblemente, lo más raro y sorprendente de los bosques polares fue su adaptación al régimen de luces, ya que durante todo el invierno reina la oscuridad nocturna y en el verano el sol brilla hasta a media noche.
El profesor David Beerling, de la Universidad de Sheffield y autor del libro Emerald Planet (Planeta Esmeralda, en español), explica el reto que los árboles de Antártica deben haber enfrentado.
"Durante los largos periodos de cálida oscuridad invernal, los árboles consumen sus reservas energéticas", comenta. Si eso dura demasiado, pueden llegar a "pasar hambre".
Beerling se ha dedicado a investigar qué tipo de plantas eran las que lograron sobrevivir en un entorno tan particular. Uno es el "fósil viviente" del Ginkgo.
"Lo que hicimos fue plantar los árboles en invernaderos donde pudimos simular las condiciones luminosas de Antártica".
"También hicimos aumentar la temperatura y crecer la concentración de dióxido de carbono para que coincida con las condiciones que se dieron entonces".
Estos experimentos demostraron que los árboles podrían sobrevivir muy bien en tan extrañas condiciones. Y es que aunque se veían obligados a recurrir a sus reservas durante el invierno, lo compensaban con la posibilidad de hacer la fotosíntesis durante 24 horas al día en verano.
De hecho, el principal problema parece que no sabían cuál era el momento de parar.
"Los árboles acumulaban tantas reservas durante el verano que eso llegaba a ralentizar la fotosíntesis", explica Beerling. "Como resultado, no podían explotar al máximo los largos y cálidos veranos de fotosíntesis".

Dinosaurios en la oscuridad

No eran sólo los árboles los que tenían que buscar vías para adaptarse a las condiciones polares. También hay fósiles que muestran que los dinosaurios tenían que luchar para encontrar alimentos en el enredado suelo.
El profesor Thomas Rich, del Museo Victoria (Australia) es un famoso "cazador de dinosaurios" y responsable del hallazgo de muchos de ellos en las regiones polares.
En los últimos 20 años ha emprendido meticulosas excavaciones en la región sur de Australia, que hace cien millones de años estaba ubicada en el este de Antártica.
Sus descubrimientos pusieron sobre la mesa una cuestión interesante: ¿migraban los dinosaurios durante el invierno o estaban adaptados a vivir en la oscuridad de los bosques?
Rich cree que tiene la respuesta: "El único esqueleto completo es de un Leaellynasaura, un espécimen con un cráneo inusual marcado por enormes lóbulos oculares".
Esto sugiere que de hecho los dinosaurios polares tenían "visión nocturna" y estaban adaptados a vivir en la oscuridad invernal.
¿Cómo podría ser un encuentro con un dinosaurio en el polo? "El que haya visto la silueta de un Leaellynasaura al alba bien podría confundirlo con un pequeño canguro".
"Era bípedo, con grandes trancos traseros y un gran rabo".

Antártica color esmeralda

Para quien visita la helada Antártican resulta difícil concluir que las capas de tres kilómetros de hielo algún día fueron bosques.
Sin embargo, los registros geológicos evidencian dramáticas fluctuaciones del clima a lo largo de la historia del planeta.
En el último medio siglo, la península antártica se ha calentado a un ritmo de unos 2,8 ºC. Más velozmente que ninguna otra parte del mundo.
Y si este calentamiento continúa, ¿podría Antártica volver a ser de color esmeralda?
"Es posible", concluye la profesora Francis. "Pero, eso significaría que las plantas son capaces de migrar a través de los mares del sur, desde lugares como Sudamérica o Australia".

BBC Mundo

2011/01/29

Se busca vida a 4.000 metros bajo el hielo

Científicos rusos están trabajando en una carrera contrarreloj para conseguir desvelar los secretos que esconde un lago antártico que se ha mantenido aislado de todo en la Tierra durante 15 millones de años.
El lago Vostok es uno de los lagos más grandes y profundos del planeta, pero su existencia no fue confirmada hasta los años 90, mediante imágenes por satélite. Se encuentra bajo una espesa capa de hielo de la que el equipo tiene que conseguir perforar el último tramo antes de que acabe este mes, para tomar muestras, antes de que las condiciones meteorológicas de la zona empeoren y les obliguen a abandonar la base desde donde se están realizando los trabajos de perforación.
El equipo científico espera encontrar bajo el hielo formas de vida nunca antes vistas, aunque otros expertos temen que la expedición pueda dañar de forma irreversible un ecosistema que se ha mantenido intacto durante tanto tiempo.
"Es como trabajar en un planeta extraño, donde nadie ha estado antes", asegura el jefe del proyecto a la BBC. "No sabemos lo que nos espera allí abajo".
Una de las aplicaciones del proyecto Vostok es que los científicos confían en que sirva para entender las condiciones de vida en el satélite Europa, una de las lunas de Júpiter, que creen que también contiene grandes cantidades de agua bajo una gruesa capa de hielo.

Publico

2010/12/16

¿A dónde van a morir los icebergs de la Antártica?

Georgia del Sur es el lugar a donde los témpanos o icebergs gigantes van a morir.
Estos enormes bloques de hielo tabulares, que se desprenden con frecuencia de la Antártica, son arrastrados hacia el Atlántico, hasta llegar a la poco profunda plataforma continental que rodea la isla, de 170 kilómetros de largo.
Al romperse y derretirse, depositan miles de millones de toneladas de agua dulce en el medio ambiente marino local.
Según investigadores británicos, estos gigantescos témpanos de hielo producen un impacto dramático en el ecosistema, alterando incluso la cadena alimentaria de los animales de Georgia del Sur.
Aquellos familiarizados con la épica travesía de Ernest Shackleton en 1916, recordarán que fue precisamente en Georgia del Sur donde el explorador tuvo que pedir ayuda para rescatar a sus hombres atrapados en la Isla Elefante.
Las mismas corrientes que ayudaron a Shackleton a navegar por el Mar de Scotia en el bote salvavidas James Caird, son las que empujan a los témpanos hacia Georgia del Sur hoy día.
"El iceberg conocido como A-38 tiene una masa de 300 gigatoneladas. Se partió en dos fragmentos, pero también en muchos témpanos más pequeños. Cada uno de estos témpanos es bastante grande, y aporta una gran cantidad de agua dulce al sistema", explica el oceanógrafo Mark Brandon, de la Open University del Reino Unido.
Brandon presentó los resultados de su investigación en la última reunión de la American Geophysical Union (AGU, por sus siglas en inglés).

Muerte lenta

Junto a un grupo de colegas, Brandon instaló un dispositivo frente a las costas de Georgia del Sur. Este dispositivo cuenta con una serie de sensores para monitorear las propiedades físicas del agua, incluyendo la temperatura, la salinidad y la velocidad. También midieron la presencia de plancton.
El aparato estaba en una posición privilegiada para registrar qué pasó cuando el témpano A-38 llegó en 2004.
Éste es uno de los varios icebergs, como el B-10A y el A-22B, que fueron a parar Georgia del Sur, que está cerca de la Península Antártica, en las corrientes conocidas bajo el nombre de Confluencia Weddell-Scotia.
La plataforma continental de las islas se extiende por más de 50 km desde la costa, y tiene una profundidad promedio de 200 metros. Cuando el iceberg gigante llega a la isla, se instala y comienza a deteriorarse lentamente.
"Toda esta agua dulce tiene un efecto mensurable sobre la estructura de la columna de agua", explica Brandon. "Cambia las corrientes en la plataforma porque cambia la densidad del agua. También hace que el agua de mar se torne mucho más fría". Se estima que el A-38 pudo haber agregado 100.000 millones de toneladas de agua dulce al área local.

Barrera

Eugene Murphy, del British Antartic Survey, señala que estos icebergs gigantes generan una serie de impactos biológicos importantes.
Las partículas de polvo y los fragmentos de roca que trae de la Antártica actúan como nutrientes cuando se derriten en el océano, impulsando el crecimiento de las algas y diatomeas (unas algas unicelulares que viven en el mar, el agua dulce o en tierra húmeda) en la base de la cadena alimentaria.
Pero, en Georgia del Sur, la presencia de los témpanos puede, en algunas ocasiones, tener consecuencias más negativas, como en el caso del A-38. Parte de la información recogida por los investigadores en el terreno sugiere que el iceberg, por su gran tamaño, pudo haber actuado en forma de barrera, impidiendo la llega del kril.
Estos crustáceos marinos viajan en las mismas corrientes que los hielos y son una fuente de alimentación vital para muchos animales de la isla como los pingüinos, las focas y las aves.
En los años en que hay poco kril en Georgia del Sur, los depredadores que los consumen tienen pocas crías. En los años muy malos, las playas de Georgia del Sur se llenan de pequeños animales muertos, le dice Murphy a la BBC.
"Cuando el témpano estaba en la plataforma, se encontraba las zonas por donde normalmente ingresa el kril", añade.
"Nos dio la impresión que ese año fue un poco particular. No fue el peor año, pero sí uno de los más extremos. Y la verdad es que no tenemos otra explicación para lo que sucedió en 2004. Por eso es, en parte, que estamos buscando los problemas físicos, para ver si luego podemos examinar cómo pudo haber afectado la biología", concluyó el investigador.

BBC Mundo

2010/11/12

Científicos esperan extraer pronto el agua más pura y antigua en la Antártida

Científicos rusos están cerca de extraer el agua más pura y antigua del planeta del lago antártico Vostok (Oriente), ubicado bajo los hielos, informó hoy el Instituto Meteorológico de Rusia (IMR).

"Hemos descendido a gran profundidad. Allí el hielo es muy difícil de perforar, pero tenemos gran confianza de que lo atravesaremos", afirmó Alexandr Frolov, director del IMR, según las agencias rusas.

Las pruebas de agua del Vostok, que se encuentra bajo una capa de hielo de 3.748 metros en la Antártida, serán enviadas al nuevo laboratorio del Instituto de Investigaciones Árticas y Antárticas de San Petersburgo.

Los científicos rusos se encuentran a unas decenas de metros de la superficie del lago, que ha permanecido sellado bajo el hielo entre 500.000 y más de un millón de años, y podrían llegar al Vostok en enero de 2011, según Frolov.

Con cerca de 300 kilómetros de largo, 50 de ancho y casi mil metros de profundidad en algunas zonas, el Vostok es una masa de agua dulce en estado líquido que se encuentra en el epicentro del sexto continente, como se conoce la Antártida.

Tiene una superficie de 15.690 kilómetros cuadrados, similar a la del Baikal, la reserva de agua dulce más grande del mundo, y es el lago subterráneo de mayor tamaño entre los más de cien que se encuentran bajo el hielo antártico.

Descubierto en 1957 por científicos soviéticos, ha sido incluido en la lista de los hallazgos geográficos más importantes del siglo XX.

Los científicos descubrieron en 2005 que el Vostok alberga una isla en su centro, pero por el momento se desconoce si acoge alguna clase de vida vegetal o animal.

Canarias7

2010/08/18

La Antártida crece por el cambio global

Publico

La temperatura del océano Antártico hasta los 1.000 metros de profundidad ha aumentado 0,2º C entre 1930 y 1990. No obstante, su superficie helada ha sufrido un paradójico incremento de "270.000 de kilómetros cuadrados en los últimos 30 años", explica a Público el investigador del Instituto de Tecnología de Georgia (EEUU), Jiping Liu; es casi el 2% de su extensión, equivalente a más de la mitad del territorio español. El científico publica hoy un artículo en PNAS en el que asegura que este incremento se debe, en parte, al calentamiento global.
El agua antártica es una de las fuerzas dominantes de la circulación global de calor. Según el artículo, el aumento de temperatura global durante la segunda mitad del siglo XX ha estimulado el ciclo hidrológico sobre el océano Antártico. Este fenómeno enfría sus aguas superficiales y aumenta el nivel de precipitaciones que, ante la menor temperatura del mar, se transforman en nieve, lo que hace crecer la superficie helada del continente y reduce la radiación solar que recibe. "Este proceso no se replica en el Ártico porque éste está más influido por la atmósfera que por el océano", aclara Liu.
Pero este fenómeno no va a durar eternamente. Los escenarios climáticos para final del siglo XXI predicen un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, con su consecuente aumento de la temperatura global, lo que "revertirá el proceso y provocará un rápido descenso del hielo para 2060", añade. A partir de entonces, predominarán las precipitaciones en forma de lluvia que estimularán el derretimiento del hielo, y la menor presencia de nieve aumentará la absorción solar por parte del continente helado, por lo que recibirá aún más calor.

2010/01/13

La temperatura más baja registrada es de -89,2 grados en el invierno antártico

Fuente: Canarias7.

Una investigación ha revelado las causas que llevaron a registrar la temperatura más baja de la historia, -89,2§, alcanzada en la Antártida en julio de 1983, por efecto de una corriente de aire frío que se situó en la meseta antártica sin dejar paso al aire más cálido procedente de latitudes más bajas.

La investigación, llevada a cabo por la British Antartic Survey(BAS) y el Artic and Antartic Research Institute de Rusia (AARI), indica que esa temperatura récord fue inferior en 30§ a la media de 66§ que impera en esa zona en el invierno del hemisferio sur.

La masa de aire frío procedente del océano Antártico se instaló durante diez días sobre la parte alta de la meseta antártica, donde está ubicada la estación científica rusa de Vostok, que registró este récord y que lleva desde 1958 midiendo las temperaturas de la región.

La corriente impedía que llegasen a esta zona masas de aire más cálido procedente de latitudes más bajas, lo que aisló la estación y creó las condiciones para que se dieran temperaturas tan extremas.

Además, la ausencia de nubes y una capa de minúsculas partículas de hielo suspendidas en el aire -fenómeno conocido como diamante en polvo- contribuyeron a que el calor procedente de la superficie se perdiera en el espacio.

La meseta antártica del este, donde se sitúa Vostok, está muy lejos del océano y a una altitud de 3.488 metros, lo que la hace extremadamente fría, de forma que se podrían alcanzar los -96§ si se llegase a un periodo de aislamiento provocado por corrientes frías semejante a la que asoló Vostok en julio de 1983.

"El estudio ha permitido simular con éxito la rápida pérdida de calor en este periodo de 10 días, lo que ayudará al desarrollo de modelos climáticos utilizados para predecir la evolución futura del clima de la Antártida", explicó el investigador de la BAS y autor del estudio, John Turner.

Turner señaló que la Antártida todavía no ha sufrido los efectos del calentamiento global de la misma manera que la zona ártica, pero que en el próximo siglo se espera que se vea afectada por la subida generalizada de las temperaturas mundiales consecuencia del efecto invernadero, por lo que dudó de que se pueda repetir este récord.

Para Turner, esta investigación ha confirmado lo extremos que pueden ser los fenómenos naturales y nos alerta de la necesidad de estar atentos por si vuelven a producirse estas anomalías meteorológicas.

La tecnología utilizada en este estudio se ha basado en una combinación de gráficos meteorológicos, imágenes de satélite, y registros de temperatura, presión atmosférica, velocidad y dirección del viento tomados cada seis horas.

2009/12/30

Estudian uso de energía eólica en la Antártida

Fuente: Pueblo en Linea.

Un convenio de cooperación entre el ejército de Chile, la Universidad de Magallanes y la Empresa Eléctrica de Magallanes (Edelmag) permitirá suministrar energía a la Base Militar Bernardo O'Higgins de la Antártida, a través de un sistema que combine la generación eólica con diesel.

El primer paso para concretar esta iniciativa, que ayudará a mantener limpio el Continente Blanco, será estudiar la disponibilidad real del recurso eólico mediante una investigación que durará un año, dijo el ejército en una nota divulgada el día 29.

La Universidad de Magallanes analizará técnicamente las mediciones del viento en dicha base, a través de la instalación de torres anemométricas.

De esta forma, se determinará la capacidad y la demanda eléctrica de la Base O'Higgins que hoy mantiene en funcionamiento tres motores diesel, más uno de respaldo, que alimentan de energía durante todo el año.

Una vez evaluada la factibilidad técnica y económica, se buscará implementar un sistema de suministro eléctrico híbrido eólico-diesel.

El objetivo es aplicar tecnologías limpias, acordes con los estándares de calidad internacional, eficiencia y cuidado del medio ambiente antártico, que ya utilizan, en condiciones similares, Alaska y otras bases similares.

Según el comunicado, "el mayor desafío del estudio, que se iniciará los primeros meses de 2010, será contar con equipos de medición que soporten las complejas condiciones climáticas del lugar, junto con gestionar toda la logística necesaria y la conectividad de un lugar tan aislado como la Base O'Higgins".

El convenio fue firmado por el comandante de la División Logística del Ejército de Chile, general Jorge Salas Kurte, el rector de la mencionada casa de estudios, Víctor Fajardo, y el gerente de Generación de Edelmag, Germán Guajardo Tapia.

2009/10/19

Expedición de China a la Antártida cruza el Ecuador

Fuente: Pueblo en Linea.

El rompehielos chino Dragón de Nieve o Xuelong, que se encuentra realizando la 26ª expedición científica del país a la Antártida, cruzó el lunes el Ecuador y entró en el hemisferio sur en su camino hacia el Antártico.

El equipo de la expedición organizó un juego de jalar la cuerda, una actividad que llevan a cabo tradicionalmente los navegantes en el paso del Ecuador, para celebrar tan especial momento juntos.

El domingo por la mañana, el Dragón de Nieve sorteó con éxito una tormenta tropical que se había convertido ya en el tifón Lupit, y actualmente sigue navegando sin complicaciones en las calmas ecuatoriales.

Después de navegar durante nueve días por el sur del océano Pacífico, llegará según lo planeado el 28 de octubre al puerto de Christchurch, en Nueva Zelanda, para su primera llamada a puerto.

"Repostaremos carburante y agua dulce durante nuestra estacia en el puerto, y partiremos hacia la Estación Gran Muralla de China, en la región suroeste de la Antártida, tres días después", afirmó el capitán del rompehielos, Wang Jianzhong.

El Dragón de Nieve partió de Shanghai el 11 de octubre. Un total de 251 científicos, trabajadores y personal de logística participan en la misión de investigación científica, que durará seis meses.

2009/08/29

Los científicos vierten aguas fecales en la Antártida

Fuente: Publico.

Los científicos que trabajan en la conservación de la Antártida se han convertido en una amenaza para este ecosistema. La mitad de las estaciones de investigación presentes en el continente vierte sus aguas residuales directamente al entorno, sin ningún tratamiento previo, según un estudio publicado en el último número de la revista Polar Research. El trabajo, dirigido por el ecólogo Fredrik Gröndahl, señala que la orina y las heces de los científicos podrían haber introducido varios patógenos invasores encontrados en el aparato digestivo de focas, pingüinos y aves marinas, como las bacterias Salmonella enteritidis y Escherichia coli.

"Es un disparate. Los investigadores que van a estudiar el ecosistema antártico para protegerlo introducen especies patógenas", explica Gröndahl a Público. A su juicio, el riesgo no es insignificante. Hace un siglo, la Antártida era un continente deshabitado, pero actualmente unos 4.000 científicos viven durante el verano en las 82 estaciones de investigación, pertenecientes a 28 países, que existen en este confín del planeta.

Las aguas fecales no son el único problema. Las estaciones que no cuentan con un sistema de tratamiento de sus aguas residuales también arrojan al entorno los líquidos procedentes de la lavandería, el lavaplatos y las duchas. Según el estudio, estos vertidos son menos peligrosos, pero también pueden contener patógenos potencialmente peligrosos, como virus y bacterias.

El mayor asentamiento humano de la Antártida, la base estadounidense de McMurdo, que cobija a un millar de personas en los meses de verano, dispone de sistemas de tratamiento de sus residuos, según asegura el trabajo. Sin embargo, puntualiza Gröndahl, se instalaron en 2003, lo que significa que, hasta entonces, los científicos estadounidenses derramaron sus vertidos sin ningún tipo de control.

Un estudio previo, elaborado en 2004, encontró altas densidades de bacterias coliformes, habitantes habituales de los intestinos humanos, a lo largo de un kilómetro de la costa cercana a la base estadounidense. "Una enfermedad provocada por estos microorganismos podría llegar a esquilmar una colonia de pingüinos, que viven en grupos de millones de ejemplares", advierte Gröndahl, que trabaja en el Instituto de Tecnología de Estocolmo (Suecia).