La noticia del adiós de Carl Icahn a sus planes para hacerse con el control de Dell dejó libre el camino para Michael Dell, que no tuvo problemas en la votación celebrada hoy para obtener el visto bueno de la junta de accionistas de la compañía.
Michael Dell ha trabajado de forma incansable junto a la firma de capital riesgo Silver Lake, con el objetivo de convencer a los inversores escépticos de que su oferta era la mejor opción posible para la empresa.
Ahora, el directivo tendrá la misión de lograr que su empresa renazca después de haber arrojado un descenso del 72 por ciento de sus ingresos trimestrales, algo que cree que podrá lograr si aleja a Dell de los mercados bursátiles.
Michael Dell centrará el futuro de la compañía en el negocio de servicios informáticos para empresas, y aumentará su portafolio en apartados como el almacenamiento, el software y las redes.
Lo cierto es que las malas perspectivas de ventas del mercado de PCs han obligado a Dell a cambiar su rumbo, aunque los expertos creen que no lo tendrá fácil en el negocio empresarial, ya que ese campo está dominado por IBM y HP.
La oferta de Michael Dell, que ha sido aprobada con un 65% de votos a favor, tiene un coste de 25.000 millones de dólares para el ejecutivo, y los accionistas finalmente recibirán 13,88 dólares por cada acción que posean de la compañía, cantidad que incluye 13,75 dólares por acción y un dividendo especial de 13 centavos.
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