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2012/05/18

Facebook, ¿burbuja 2.0?


¿Es la salida a Bolsa de Facebook la antesala del estallido de una segunda burbuja digital? Por ahora la pregunta no tiene respuesta. Pero son muchos los analistas que han expresado sus recelos ante el precio de las acciones de la compañía y ante sus posibilidades de generar unos ingresos que justifiquen su valoración.
A principios de 2011, los expertos ya se preguntaban si Facebook era una empresa sobrevalorada. Entonces tenía unos 550 millones de usuarios y su valor rondaba los 50.000 millones de dólares. Hoy tiene unos 900 millones de usuarios y sus gestores se disponen a vender sus acciones por un precio que sitúa el valor de la compañía entre los 93.000 y los 104.000 millones de dólares: entre los 73.000 y los 82.000 millones de euros al cambio actual.
¿Es un valor desmesurado? Según se mire. A ese precio, la empresa de Mark Zuckerberg tendría un valor en Bolsa muy similar al de Amazon o Cisco. Valdría cinco veces más que Yahoo y más del doble que HP. Algo menos de la mitad que Microsoft y cinco veces menos que Apple.
El tiempo ha demostrado que el valor de una empresa digital es muy relativo. Facebook acaba de pagar 1.000 millones de dólares por Instagram: una red social sin ingresos y con apenas 18 meses de vida y 30 millones de usuarios.
Google compró YouTube en 2006 por 1.650 millones de dólares y Microsoft compró Skype en 2011 por cinco veces más. A veces el trato funciona y otras se revela como una estafa: Rupert Murdoch compró MySpace en 2005 por 580 millones de dólares y la vendió el año pasado por apenas 35.
El éxito inicial de Facebook en el parqué está garantizado por la locura que ha generado su salida a Bolsa. Lo que no está tan claro es si la empresa podrá transformar ese éxito inicial en un crecimiento duradero. Muchos analistas advierten de los riesgos que conlleva apostar por una empresa cuyo timonel acaba de cumplir 28 años y carece de experiencia financiera. Otros apuntan que a partir de ahora Facebook avanzará por la cuerda floja al tener que contentar a la vez a sus accionistas y a sus usuarios.
Se podría decir que a Facebook le toca nadar contracorriente porque no todas las empresas digitales han debutado con éxito este año en Wall Street. La red profesional LinkedIn llegó al parqué en mayo de 2011 y ha alcanzado un éxito colosal: en tan sólo unas horas su valor se duplicó y en un año casi se ha triplicado hasta rozar los 12.000 millones de dólares.
Pero otras compañías digitales no han logrado desembarcar con el éxito de LinkedIn. Los títulos de Zynga se venden por debajo del valor inicial de su debut y los de Groupon se han desplomado un 34% desde su llegada al parqué en noviembre del año pasado. La firma Yelp se disparó en su debut de marzo un 64%. Pero desde entonces su valor se ha desinflado y hoy sus acciones cotizan por debajo de la explosión inicial.

Los usuarios

Algunos analistas ven un problema en el número de usuarios de Facebook, que superará este año la barrera simbólica de los 1.000 millones. Por supuesto, la compañía aún tiene potencial para crecer. Pero la población mundial no es infinita y empieza a encontrar algunas resistencias. Entre ellas, los problemas de sus aplicaciones para móviles y la dificultad para crecer en China, donde la red Renren está a punto de superar los 200 millones de usuarios.
Al igual que otras empresas digitales, Facebook genera por ahora menos ingresos que expectación y empieza a mostrar ciertos signos de agotamiento. En el primer trimestre de 2012 sus ingresos fueron menores que en el trimestre anterior. Un detalle que siembra dudas sobre el futuro de la empresa porque es la primera vez que ocurre desde su nacimiento.
Facebook ingresó en 2011 unos 3.700 millones de dólares: unos 2.900 millones de euros al cambio actual. Un 85% de esa cifra pertenece a sus ingresos publicitarios y algunos analistas creen que tiene potencial para crecer. Sobre todo si tenemos en cuenta que Facebook sigue reuniendo datos personales muy valiosos de sus usuarios.
Muchos han comparado el desembarco de Facebook en Wall Street con el de Google en agosto de 2004. Más por el perfil de ambas empresas y por la expectación que por el volumen de la operación, cinco veces menor en el caso del buscador californiano. Google llegó al parqué con una cuarta parte de los ingresos de Facebook y una décima parte de sus beneficios y sus costes suponían una octava parte de los de la empresa de Zuckerberg.
Facebook llega a Wall Street con unos beneficios que rondan los 1.000 millones de dólares: seis veces más por empleado que Google en 2004. Pero la impresión general es que esa cifra tiene menos que ver con su valor que con el entorno digital. Entre otras cosas porque gana por empleado casi lo mismo que Google en 2012.
Zuckerberg es consciente de que la supervivencia de su empresa dependerá de su capacidad para competir con Google por los anunciantes. La firma eMarketer augura que Facebook duplicará en tres años sus ingresos publicitarios de 2011. Pero sus analistas advierten de que su crecimiento se ralentizará: este año el aumento de sus ingresos rozará el 60%, pero el año que viene rondará el 32% y en 2014 apenas llegará al 13%.
Por si fuera poco, los analistas auguran que Google mantendrá a medio plazo el liderazgo en el mercado de la publicidad estadounidense en Internet, cuyo valor roza hoy los 165.000 millones de dólares. El buscador controló el 41% en 2011 y en 2014 podría gestionar hasta el 47%. Facebook -que se dispone a adelantar a Microsoft y a Yahoo- estará para entonces en un lejano segundo puesto y no pasará del 7%.

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