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2012/04/24

¿Kindle o Tagus?


Sony fue uno de los primeros fabricantes en apostar por el libro electrónico. En España se ha dado hasta una iniciativa local, Papyre, que ha cosechado un notable éxito. Sin embargo, ha sido necesario que desembarque Amazon para que se desarrolle verdaderamente un sistema que una el libro electrónico con los contenidos.
Kindle es el producto más vendido de todo el catálogo de Amazon en España. A finales de año llegó el modelo más modesto, por 99 euros. Ligero, con un tacto agradable y dos gigas de memoria. La batería dura casi un mes con uso normal y es muy sencillo de usar. La segunda versión, por fin táctil, se anunció el 27 de marzo. Su llegada estaba prevista para justo un mes después. A última hora acortaron los plazos de modo que hoy, día del libro, ya se puede comprar  el modelo Touch, con el doble de memoria y una batería más duradera, que cuesta 129 euros. El modelo más elevado mantiene las mismas características a las que añade conexión 3G, sin cargo adicional, en todo el mundo, por 189 euros.
Tagus es la propuesta de la Casa del Libro. Es el único y es algo más voluminoso. Entre sus ventajas se encuentra la ranura para leer tarjetas MicroSD, que posibilita añadir contenido sin necesidad de un ordenador. Cuesta 109 euros, es táctil, pero no pasa de página en página con la misma fluidez que lo hace el Kindle de Amazon.
El modelo de la veterana librería española es similar al que ofrecen tanto el Corte Inglés, bajo la marca Inves, como Fnac. El fabricante es la empresa bq, lo que cambia en cada uno de los casos, es la interfaz. Tagus presenta una profunda integración con la tienda online e incluye La Casa de los Espíritus de Isabel Allende precargado, lo que facilita su venta. No se tiene la sensación de comprar solo un cacharro sino también un libro para empezar a usarlo.

En ambos casos se incluye un diccionario de términos. Basta con marcar una palabra durante un par de segundos para acceder a su definición. Kindle resulta imbatible en la parte social. Conocen el mercado y saben cómo hacer la experiencia de lectura extensiva. No solo se puede subrayar las notas, sino también mandarlas por correo o a Twitter, a modo de citas literarias.
Tanto Casa del Libro como Amazon se han dado cuenta que para comprar un aparato no basta con la Red. La veterana librería lo ofrece en sus tiendas. Amazon ha optado por la cadena Worten. La estrategia parece inteligente, primero tocar, probar y después decidirse por uno.
El punto flaco de Tagus está tanto en el tiempo de carga de la batería como en los primeros pasos. Es imprescindible contar con un ordenador para crearse un usuario y clave, también hay que optar por una forma de pago. Solo entonces el libro electrónico cobra sentido.
Las tabletas no son precisamente aparatos para la lectura de libros. Sirven para ello, por supuesto, pero no es este su fin prioritario. Entre otras cosas porque la pantalla es retroiluminada, no simula la tinta del libro y, en consecuencia, cansa más. A esto hay que sumar el aluvión de aplicaciones, con sus respectivas notificaciones, que hacen difícil una lectura profunda, con cierto nivel de concentración. ¿Quién es capaz de no abrir Twitter cuando alguien le contesta?  ¿O consultar ese comentario a una foto en Facebook? Apple ha creado su propio iTunes de libros, un escaparate llamado iBookStore. Android sigue esperando el impulso de Google a su Google Books.
iPad y las tabletas Android pueden comprar en el catálogo de Amazon. Ahí también gana por goleada el servicio de Jeff Bezos, la aplicación de Kindle unifica la experiencia y se sincroniza automáticamente. Así, se puede leer el mismo libro, en el punto donde se dejo en un móvil, tableta o el propio Kindle.

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