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2012/03/09

Y ahora ¿qué puede hacer Android?

El anuncio de un nuevo iPad obliga a los fabricantes de tabletas con Android a ponerse al día. Es posible que ASUS, como decía en su perfil de Twitter, ofrezca tabletas con más núcleos  o que Samsung permita escoger entre tamaños de pantalla, pero nadie puede competir en dos aspectos: la definicion de la pantalla y el catálogo de Android, todavía lejos de la riqueza de iTunes.
No es que Google lo esperase pero la semana pasada se fue preparando para la convulsión generada por un nuevo iPad. John Lagerling, director de alianzas del sistema operativo, confesaba a EL PAÍS que Apple lo tiene más fácil que Android por fabricar hardware y software. El mundo Android es más abierto pero también más complejo. Hay todo tipo de cacharros que lo usan: reproductores multimedia, móviles, tabletas, aparatos para conectar al televisor... Forma parte de sus fortalezas pero también de sus debilidades. Se puede comprar teóricamente el mismo hardware y tener una experiencia totalmente diferente. Cada vez con más frecuencia los fabricantes le añaden una selección de programas y opciones de visualización para diferenciarse entre sí.
Google ha intentado poner un poco de orden con Ice Cream Sandwich, la última versión del sistema operativo cuyo valor reside en unificar la interfaz y la compatibilidad de aplicaciones en todas. Vale para pantallas de todo tipo, grandes y pequeñas. Lenovo hasta ha presentado un televisor que funciona con Android 4.0.

Kindle Fire, el 'best seller'

Amazon también ha entrado en esta guerra, solo en Estados Unidos, pero con paso firme. Allí Kindle Fire ya es la tableta más vendida después del todopoderoso iPad. El desembarco en el resto del mundo dependerá de los acuerdos.
Su estrategia es la misma que tiene con el Kindle para leer, un precio muy bajo, poco almacenamiento -solo 6 gigas- y una gran tienda para comprar cualquier contenido digital, ya sean libros, películas, aplicaciones... La tienda de Jeff Bezos tiene muchas ventajas, además de su avanzada tecnología, sabe sincronizar las compras como ningún otro competidor. Si se deja una película o libro en un punto concreto, se puede seguir donde se dejó en otro aparato siempre que se dé la clave de usuario. Kindle Fire solo cuesta 200 dólares, es algo más pequeño que el iPad y está pensando para el maltrato, pues se supone que no se raya.

Amazon se permite lujos como este anuncio: Un iPad, tres kindles. Aluden a que, por el precio del más modesto de los iPad 2 (antes de la bajada de 100 dólares) se podrían comprar dos ejemplares de su tableta multimedia y el modelo más bajo de libro electrónico.

Google Play frente a iTunes

La víspera de la presentación de Apple, Google, tímidamente, quiso llamar la atención. Google Market, la tienda de aplicaciones, pasaba a ser parte de Google Play, el equivalente a iTunes. Era la manera de presentar, sin grandes anuncios, solo con un post en el blog, su propuesta de ecosistema de música, vídeos y libros.
La intención es buena pero les queda mucho por recorrer. Carecen de contenido multimedia. Solo ofrecen programas, hasta que lleguen a un acuerdo en España no habrá acceso a nada más. De alguna manera, con estas restricciones, generan más frustración que deseo.

Otro problema al que se enfrenta es la falta de orden. Al entrar es fácil perderse y todavía más complejo encontrar un programa que se adapte a lo que se buscaba, es necesario cargarse de paciencia hasta dar con el software adecuado.

¿Qué hace mejor Android?

A pesar de los problemas citados, Android destaca por dejar cierta sensación de libertad al consumidor. Permite adaptar más la tableta a sus gustos y hacer de ella un traje a medida. Otra ventaja son los widgets, pequeñas ventanas que muestran la información directamente en el escritorio. Mientras que en Apple hay que ir abriendo y cerrando para cambiar de aplicación, con Android se pueden ver las menciones en Twitter, los mensajes de correo y los comentarios de Facebook de un vistazo, con solo encender la tableta.
Hasta que llegó iOS también supieron gestionar con más acierto las notificaciones. Android usaba una persiana en la parte superior de la pantalla para avisar de la llegada de correo, alertas en el calendario, mensajes de WhatsApp. A Apple, por una vez y sin que sirva de precedente, le debió parecer una solución tan acertada que la copió sin miramientos.
Los que tienen un presupuesto más ajustado suelen optar por Android. Aunque hay aplicaciones de pago, casi siempre existe un programa que hace lo mismo pero gratis. Hay que dedicar un buen rato, cierto, pero es gratis. En iTunes es más común encontrar ofertas por 79 céntimos, pero es misión imposible encontrar algo bueno sin pasar por caja.
Por último, los fabricantes de aparatos para Android juegan con un mayor margen creativo. No están sujetos a la tiranía del diseño de Apple. Unos aciertan, otros se confunden, pero tienen una mayor capacidad de sorpresa. Así se puede explicar que ASUS haya creado el PadFone, un móvil que se introduce en una tableta a la que se le puede añadir un teclado y convertirla en miniportátil. Motorola también ha comenzado a explorar el campo de los híbridos. En este aspecto Samsung ha optado por una teléfono, el Galaxy Note, con alma de tableta, y un puntero táctil para dibujar o hacer bocetos de manera más natural. La firma coreana es la que más se acerca a Apple tanto en prestaciones como en diseño. La relación entre ambas es más que polémica, viven una enconada lucha de patentes.

Windows 8, en otoño

Microsoft ha tardado en subirse al carro de las tabletas. Tanto en la feria de electrónica de consumo de Las Vegas como en el reciente congreso mundial del móvil han enseñado cómo será su nuevo Windows. Al igual que Android, han optado por unificar. Solo que en lugar de hacerlo con teléfonos y tabletas lo hacen con estas últimas y el ordenador. Microsoft ha hecho un esfuerzo por que su clásico sistema para el hogar y el trabajo se pueda usar indistintamente como hasta ahora con teclado y ratón o con los dedos sobre la pantalla.
Andy Rubin, máximo responsable de esta parcela dentro de Google, reconoce que les queda mucho por pulir, pero también quiere ampliar el campo de batalla al hogar. ¿Será la televisión la víctima de la siguiente revolución?
En el mundo de las tabletas solo les queda una salida: bajar precios y crear una experiencia más fluida, unificada y con una verdadera apuesta por el contenido.

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