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2012/03/30

Los británicos sufren una autoinducida escasez de gasolina


La posibilidad de una huelga aún sin fecha fija tiene tan nerviosos a los británicos que amenaza con agotar el suministro de gasolina en el país, en buena parte, por declaraciones desde el gobierno que agravaron la situación.
Unite, el mayor sindicato del país, amenaza con declarar un paro de los más de 2.000 conductores de camiones cisterna responsables de suplir el 90% de las estaciones de servicio en el Reino Unido si las empresas para las que trabajan no reconocen ciertas condiciones.

La huelga no tiene fecha prevista y sin embargo el pánico se ha apoderado de los conductores británicos, que hacen largas colas en las gasolineras para llenar sus tanques y algún que otro auxiliar por si acaso se desatara la escasez.
En realidad, están siguiendo el consejo el secretario de Energía, Ed Davey, quien pidió a la población "hacer la cosa más razonable…llenar el tanque" y hasta depósitos extra, por lo que algunos hablan de que el gobierno se ha autoinfligido una crisis de abastecimiento.

Compras nerviosas

Según datos de la Asociación de Gasolineras de Reino Unido, las ventas de combustible aumentaron 81% el miércoles, un día después del consejo de Davey.
"Esto es exactamente lo que no queríamos: gente haciendo compras nerviosas" dijo a la BBC Brian Madderson, presidente de RMI Petrol, una red privada de gasolineras.
Representantes de las diferentes compañías que trabajan en el sector aclaran que las entregas de combustible se están haciendo de manera normal y destacan que todavía hay reuniones programadas la próxima semana para lograr una conciliación entre las partes.

Antes que Davey aconsejara llenar los tanques, el jefe de gabinete, Francis Maude, sugirió que las personas podrían llenar depósitos para mantenerlos en sus casas.
Pero Maude quedó desautorizado luego que la Asociación de Bomberos cuestionara la sensatez de crear un potencial riesgo de seguridad doméstica.
"Ahora tenemos una escasez autoinducida debido al desafortunado consejo sobre llenar el tanque y acaparar en depósitos" aseguró Edmund King, portavoz de la Asociación de Automovilistas británica (AA).

Responsabilidad gubernamental

La última vez que hubo una huelga de transportistas de combustible fue en 2000, cuando pese a los planes de contingencia adoptados por el gobierno la mayoría de las gasolineras se quedaron sin producto a las 48horas de iniciada la acción, según fuentes sindicales.
Según el corresponsal de transporte de la BBC, Richard Wescott, el razonamiento del gobierno detrás del consejo de llenar el tanque, es que la capacidad de almacenamiento de los vehículos privados triplica la de las estaciones de servicio, por lo que con los autos abastecidos la eventual huelga podría ser más llevadera.
Pero el ministro de finanzas británico, George Osborne, rechazó las críticas al manejo de la crisis que ha hecho el gobierno
"El gobierno tiene una responsabilidad con todos y cada uno en este país de adoptar los planes de contingencia más razonables y los sindicatos tiene la responsabilidad de desconvocar la amenaza de una huelga".

Impuesto al bocadillo

La gasolina ha sido la guindilla de una mala semana para el gobierno británico, que acaba de presentar su polémico proyecto de presupuesto para el próximo año.

El primer ministro David Cameron se ha visto al centro de una curiosa disputa generada por el plan de aumentar en 20% los impuestos a la venta de bocadillos y otros tipos de comidas calientes para llevar, incluyendo un muy popular tipo de empanadas (pasties) y los tradicionales pasteles rellenos.
El opositor Partido Laborista aprovechó el tema de los bocadillos para reiterar sus señalamientos de que al gobierno de centro derecha no le preocuparía el pueblo que, como principal consumidor y productor, de esos rubros, sufriría el previsible aumento de sus costos.
Los laboristas "quieren hacer de la disputa parte de su narrativa acerca de los "fuera de contacto con la gente común" está este gobierno", explica el jefe de corresponsales políticos de la BBC, Norman Smith.
Paralelamente, en el proyecto presupuestario se incluye un recorte del 50% al 45% en los impuestos que pagan los millonarios británicos.
Para completar la semana, el tesorero del Partido Conservador, Peter Crudas, se vio forzado a renunciar después de que saliera un video grabado durante una investigación periodística en el que se le ve ofreciendo acceso a Cameron a potenciales donantes adinerados.
Sin embargo, no se trata de una crisis terminal para Cameron quien, a falta de una hecatombe política imprevisible, apenas empieza su andadura en el 10 Downing Street, la casa del primer ministro en Londres.



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