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2011/11/25

En Argentina hay quien quiere pagar más por gas, luz y agua

Argentina es uno de los países del mundo que más fuertemente subsidia sus servicios públicos: actualmente destina el 4% de su Producto Interno Bruto (PIB) a financiar la provisión de gas, electricidad, agua y transporte público, entre otros.
Gracias a eso, el país tiene las tarifas más bajas de energía y de transporte de la región.

Pero ahora el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, agobiado por un creciente déficit financiero, decidió empezar a cortar estos beneficios para algunos sectores que –según su visión- no necesitan ayuda estatal.
Primero, a comienzos de noviembre, las autoridades informaron que dejarán de recibir subsidios a la energía bancos, financieras, aseguradoras, casinos, hipódromos, aeropuertos, puertos fluviales, empresas de telefonía móvil y mineras.
Dos semanas después, se amplió la medida a unas 40 empresas de los sectores de refinamiento de combustibles, procesamiento de gas natural, biocombustibles, aceites de exportación y agroquímicos.
Además, se anticipó que a partir de 2012 algunos residentes de las zonas más acaudaladas de Buenos Aires dejarán de recibir facturas subsidiadas de gas, electricidad y agua.
Pero el gobierno no se limitó a imponer recortes. También hizo un llamado a los ciudadanos de mayores ingresos a que dejen voluntariamente de recibir esta ayuda.
Para ello, este miércoles el Ministerio de Planificación Federal lanzó un sitio en internet a través del cual los usuarios de las empresas de gas, electricidad y agua pueden renunciar a los subsidios.

Voluntarios

A pesar de que la quita de los subsidios significará un aumento de entre el 200% y el 400% en el precio que se pagará por la energía y el agua, varios argentinos ya se anotaron para dejar de recibir ese beneficio.
A pocas horas de que se habilitara el sitio, más de 3000 personas se habían voluntariado.
La primera fue la propia presidenta, Cristina Fernández, que figura al tope de la llamada "Nómina Adherentes Renuncia Voluntaria", una lista publicada en el mismo portal, que da a conocer públicamente los nombres de quienes renunciaron a sus subsidios.
Después de la mandataria, figuran en la lista varios de los funcionarios del gobierno.
También algunos famosos se registraron, como el periodista deportivo Víctor Hugo Morales (considerado kirchnerista). Pero incluso celebridades críticas del gobierno adhirieron, como la presentadora más reconocida de la televisión, Susana Giménez.

Incluso políticos opositores dieron su apoyo a la iniciativa. El diputado peronista Francisco De Narváez y el ministro de Educación de la ciudad de Buenos Aires, Esteban Bullrich, (del PRO) estuvieron entre los primeros que se sumaron al sitio.
Pero quizás el nombre que más sorprendió en la lista es el de Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, el multimedios más grande de Argentina, que está fuertemente enemistado con el gobierno.

¿Por qué se anotan?

BBC Mundo habló con algunas de las personas que planean registrarse en el nuevo sitio y así empezar a pagar más por su gas, luz y agua.
El empresario Diego Katz dijo que estaba dispuesto a renunciar a este beneficio porque está económicamente en condiciones de pagar el 100% de sus tarifas.
"No necesito ser ayudado por el Estado, y esto es una buena manera de mostrar mi apoyo a la presidenta", señaló.
Muchos de quienes están a favor de la eliminación de subsidios sostienen que esa herramienta no representa una forma equitativa de redistribución del ingreso, ya que favorece por igual a ricos y pobres.
Además, consideran que las cifras que se pagan por los servicios públicos son irrisorias.
"La factura promedio de luz cuesta lo mismo que dos choripanes", se quejó el presidente de la concesionaria eléctrica Edenor, Alejandro MacFarlane, quien fue uno de los que se registró en el sitio.
Se estima que en promedio los ciudadanos de Buenos Aires pagan unos US$7 por su electricidad y unos US$5 por su agua.
El diseñador gráfico Santiago Múscolo dijo a BBC Mundo que él paga menos de US$5 por su gas, una cifra doce veces menor a la que abonan sus familiares en la provincia de Corrientes, en el noreste del país.
Y es que otra de las cosas que muchos consideran injusto de los subsidios es que en general benefician a los residentes de Buenos Aires y sus alrededores.

"Es desproporcionado lo que se paga en la capital, por eso creo que es correcto eliminar los subsidios y es por eso que me voy a anotar en el sitio del gobierno", dijo Múscolo, quien milita en el grupo de jóvenes kirchneristas conocido como La Cámpora.

¿Servirá de algo la medida?

El gobierno estimó que los primeros recortes obligatorios de los subsidios le ahorrarán al Estado más de US$ 1000 millones. No existen cálculos de cuánto más podría aportar la adhesión voluntaria de contribuyentes.
No obstante, se trata de una cifra muy pequeña de los más de US$16.000 millones que el Estado actualmente invierte en subsidios, según estimaciones de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (cerca del 60% de esa cifra corresponde al gasto público en energía).
El economista Nicolás Bridger, director de la asesora financiera Prefinex, dijo a BBC Mundo que la política de subsidios comenzó a aplicarse después de la crisis económica de 2001 cuando el peso argentino sufrió una repentina y fuerte devaluación.
Para evitar un brusco aumento de la tarifas de servicios públicos las autoridades comenzaron a aplicar subsidios. Pero en años recientes esta política se descarriló: en los últimos cinco años, el presupuesto en subsidios aumentó más del 1.000%.
Curiosamente, a pesar de que ahora algunas personas y empresas empezarán a pagar más por su gas, electricidad y agua, las compañías proveedoras no recibirán más dinero, ya que todo el ahorro será en beneficio del Estado.
A pesar de que se tratará de un ahorro pequeño, expertos como Bridger consideran que se trata de un importante primer paso para dejar atrás una política que comenzó como un paliativo, pero terminó siendo una enorme carga para la economía argentina.

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