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2011/09/28

La ciencia investiga cómo frenar los embarazos múltiples

Reducir el número de embarazos múltiples parece casi una obsesión por parte de los expertos en reproducción asistida. En cada congreso de la especialidad el último, celebrado el pasado julio en Estocolmo son numerosos los estudios de nuevas estrategias para mejorar el éxito de estas técnicas sin tener que recurrir a la implantación de dos o tres embriones, el máximo que marca la ley.
Para comprobar la asociación entre partos múltiples y reproducción asistida no hay más que ver las últimas estadísticas. En España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 1996 y 2009, la cifra de partos gemelares se multiplicó por más de dos, de 4.433 a 9.965. "Está claro que la razón es el aumento de la reproducción asistida", explica el presidente de la Sociedad Española de Neonatología, José López Sastre.

Razones para evitarlo

Si la implantación de dos embriones mejora las tasas de éxito de estas técnicas, a las que muchas mujeres acuden ya con más de 35 años, cuando sus posibilidades de tener hijos son naturalmente menores, ¿a qué viene el empeño por evitarla?
Antonio Requena, director médico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), uno de los centros privados con más actividad de España, lo explica: "La especie humana está hecha para tener partos únicos; está documentado que hay más patología obstétrica entre las mujeres embarazadas de gemelos", comenta.
Como señala López Sastre, el gran problema de los partos gemelares, más allá de que las mujeres tengan un embarazo más complicado, es el aumento de niños prematuros. "Cuando dos o tres fetos tienen que compartir placenta, llega un momento en que no tienen sitio, lo que hace que nazcan antes de tiempo; además, tienen que repartir su nutrición, por lo que no sólo son prematuros, sino de bajo peso", especifica.
Los datos del último registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), pertenecientes a 2009, ponen de manifiesto esta tendencia. Así, mientras que cuando la madre estaba embarazada de un feto único el 81,9% de los partos se producía entre las semanas 37 y 41 (lo que se considera una gestación normal), la cifra se reducía al 41,7% si el parto era gemelar y a un 0% si se trataba de un parto de trillizos.
Se considera un nacimiento prematuro el sucedido antes de la semana 37 pero, como explica López Sastre, no todos los prematuros son iguales. "Entre la semana 35 y 37, se trata de niños más maduros. Pueden tener algunos problemas, como alteraciones metabólicas o ictericia, pero nada demasiado grave", apunta el experto. Sin embargo, cuanto menor es la edad gestacional, mayores son los problemas. Los nacimientos más arriesgados son los que suceden entre la semana 24 y la 28.
Según los datos de la SEF, un 2,6% de los gemelos procedentes de reproducción asistida en 2009 nació antes de la semana 28 y un 8,7% antes de la 32. En partos triples, las cifras aumentan a un 10,7% y un 39,3% respectivamente. "Entre la semana 24 y la 28, la mortalidad supera el 10% y, de los que sobreviven, alrededor de un 20% pueden presentar distintos problemas, desde parálisis cerebral a retrasos psicomotores, pasando por problemas auditivos y visuales", advierte el presidente de los neonatólogos.
En un mensaje más tranquilizador, Requena señala que lo normal es que, en partos gemelares, se dé a luz antes de lo normal, pero después de la semana 34. De hecho, el 41,5% de los partos dobles de reproducción asistida tuvieron lugar entre la semana 33 y 36.
Hay dos problemas principales para evitar la transferencia de dos embriones, según explica este experto. En primer lugar, el hecho innegable de que el éxito aumenta. "La tasa de embarazos va a bajar, de un 50% que se puede alcanzar con la transferencia doble a un 30% con la de un embrión único", explica Requena. El segundo problema está ligado a este primero. Conscientes de estas diferencias, son los propios padres los que abogan por la implantación de dos o más embriones (hasta el límite legal).

Objetivo: reducir el número

La directora del Banco de Líneas Celulares del Centre de Medicina Regenerativa de Barcelona, Anna Veiga, coincide en que el máximo objetivo actual de la reproducción asistida es "la disminución de embarazos múltiples". Veiga, a la que se considera la madre científica de la primera niña nacida en España por fecundación in vitro (FIV), señala que son los países nórdicos los que "llevan la delantera" en este sentido.
Requena considera que esto se debe a que la seguridad social cubre allí muchos más ciclos que en otros países (una media de cuatro, frente a los dos de España) y que, además, no hay lista de espera. Por esta razón, se pueden permitir la transferencia única, aunque la tasa de éxito vaya a ser en principio menor.
Precisamente un equipo de investigadores suecos del Parque Científico de Uppsala presentó en el congreso de Estocolmo un método para evitar las transferencias múltiples y lograr las mismas tasas de éxito. Los autores usaron cuatro variables la calidad del embrión, la edad de la mujer, la respuesta ovárica (número de óvulos obtenidos en relación a la estimulación hormonal recibida) y la información sobre si la mujer se había sometido anteriormente a ciclos de FIV para construir un modelo matemático que predecía las posibilidades de embarazo tras la transferencia de uno o dos embriones, así como el riesgo de que dicha transferencia diera lugar a un parto gemelar.
Con este sistema, y durante los cuatro años que duró el estudio, la proporción de transferencias simples se incrementó del 11,1% al 76,2% y la tasa de partos gemelares se redujo del 26,1% al 1,9%.
Veiga considera que, a pesar de este avance, aún no hay nada definitivo para evitar la transferencia doble. Añade, además, que las mujeres cada vez se someten a FIV más tarde "y con peor pronóstico por la edad".
La teoría para evitar la transferencia múltiple y, por lo tanto, los partos gemelares o de trillizos, es fácil. "Se trata de escoger bien los embriones y sólo implantar aquel que vaya a funcionar", señala la experta.
"Hay que buscar las características que indican que un embrión tiene más posibilidades de salir adelante; si no se sabe cuál de los embriones transferidos va a ganar es difícil optar por uno u otro", explica Requena. Entre los métodos que su centro ensaya, hay una incubadora donde se observa al embrión en las primeras horas antes de ser implantado, en busca de características que le hagan destacar como "el ganador", como lo califica este especialista. "El problema es cuando te salen dos ganadores", bromea.
El jefe de Servicio de Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida del Hospital Quirón de Bilbao, Gorka Barrenetxea, añade que, a pesar de que la transferencia doble sigue siendo la predominante (según la SEF, en 2009 supuso el 92,7% de las transferencias electivas), hay razones para el optimismo. "Hasta hace muy poco, se transferían tres embriones para ir a por todas y ahora se pueden transferir dos e, incluso, de uno en uno", señala el especialista. Barrenetxea subraya que la vitrificación de ovocitos (un método de conservación de los óvulos que mantiene su calidad en fecundaciones posteriores) ha mejorado las tasas de éxito, en general, de la FIV, lo que ayuda a necesitar una transferencia menor.

Una elección personal

"Ahora mismo, un centro de reproducción asistida puede permitirse el lujo de transferir un solo embrión sin rebajar los estándares", comenta Barrenetxea, aunque reconoce que la transferencia única sólo es la norma en su hospital cuando la pareja que se somete a la FIV ya tiene un niño. "Hay que luchar más", reconoce por su parte Requena, quien comenta que, en los centros cuya dirección médica ostenta, existen folletos para explicar a las mujeres el riesgo de los partos múltiples. "Muchas de las familias que buscan nuestra ayuda llevan años intentando tener hijos. Ante esa circunstancia, lo que menos les importa es tener dos, aunque les digas que el embarazo va a dar problemas", reconoce el director médico del IVI.
El ginecólogo del Hospital Quirón apunta a que en España también existe un programa informático para calcular el riesgo de que un embarazo sea múltiple pero, insiste, "la mejor manera de evitarlo es no implantar más de un embrión".
Requena apunta a otra ventaja que se señala a las pacientes en sus centros. "Aunque con la transferencia única bajan las tasas de éxito individual, se pueden guardar más embriones para futuros intentos y el número de embarazos se equilibra", explica el director médico del IVI. Por esta razón, a las pacientes del IVI se les reduce el precio si optan por la transferencia única.
Nadie sabe qué sucederá con el método de predicción presentado por los investigadores suecos pero, en cualquier caso, está claro que es al norte a donde hay que mirar a la hora de mejorar los resultados en reproducción asistida.
Según los últimos datos disponibles (de 2007), en el 70% de las FIV se transfirió sólo un embrión. En el 30% se implantaron dos y, en total, sólo el 5,3% de los partos fue gemelar, lo que supone la tasa más baja de parto múltiple del mundo. En España, las transferencias únicas siguen siendo testimoniales. Según la SEF, en 2009 sólo el 7,3% de todas las FIV llevadas a cabo.

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