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2011/09/16

El último Windows le dice adiós a las ventanas de siempre

Microsoft lanzó el pasado martes la versión de pruebas dirigida a desarrolladores de lo que será su próximo sistema operativo Windows 8 del que se están revelando numerosos detalles en la conferencia que la compañía de Bill Gates está celebrando en California. En las primeras 24 horas desde su puesta en internet, más de medio millón de descargas se produjeron del sistema, que pretende conseguir que Microsoft entre en un mundo de dispositivos que van más allá del ordenador PC tradicional, incluyendo tabletas, móviles e informática en la nube.
Esta vez Windows 8 no es solo una nueva versión de Windows. Es una apuesta totalmente revolucionaria de los de Redmond, que llegará totalmente cambiada. Tanto es así, que ningún usuario podría reconocer la interfaz clásica del sistema, basada en una barra de inicio y un menú de aplicaciones. El nuevo sistema funcionará en los PC, incluso aquellos que ahora funcionan con Windows 7, pero también podrá instalarse en dispositivos con pantallas táctiles, incluso tabletas.
Los cambios comienzan con la interfaz, llamada Metro, que se aleja de su diseño tradicional y se parece mucho más a lo que el sistema es en los teléfonos móviles con Windows Phone 7. En lugar del escritorio con la foto de fondo cubierta por iconos de aplicaciones y archivos, la nueva interfaz de usuario de Windows 8 despliega cuadros y rectángulos, a modo de azulejos en un mosaico, que dirigen a diferentes funcionalidades. Algunos son estáticos, como cualquier icono, como los de Internet Explorer o el Panel de control, pero otros son dinámicos e incluyen contenidos que se actualizan, algo similar a los conocidos Widgets. Así se presentan el calendario, el tiempo o el reproductor de música.
"Los iconos han sido la forma de representar las aplicaciones en el pasado", aventuró Jensen Harris, director del Grupo de Experiencia de Windows. "Estos azulejos son la forma más moderna de la representación de aplicaciones". Los 'azulejos' de Metro fluyen en el escritorio, manteniendo al usuario al día de lo que ocurre en el dispositivo.
Al abrir una aplicación no se abrirá ya la tradicional 'ventana', que de hecho es lo que dio nombre al sistema operativo que apareció por primera vez allá por 1985. Las aplicaciones ahora se abrirán a pantalla completa, si el clásico marco que las separa del escritorio y el resto de aplicaciones y no habrá barra de inicio en la parte inferior del escritorio. Con Windows 8 Microsoft se despide de las ventanas.

Por culpa de las tabletas...

"Pero aún tenemos un largo camino que recorrer con Windows 8", aseguró Steve Ballmer, CEO de Microsoft. Y es que el sistema operativo más instalado de la historia tiene ahora que conseguir adaptarse a un nuevo ecosistema de dispositivos, que han cambiado el panorama informático para siempre. Por culpa de las tabletas cada vez se venden menos ordenadores de sobremesa y, pese a que los portátiles y netbooks se han popularizado, el consumidor adora las pantallas táctiles.
Microsoft ha presentado su visión para convertir las tabletas en auténticos ordenadores, algo muy diferente a la idea presentada por Apple con su iPad. En Apple están convencidos, y el mercado no les ha quitado la razón, de que los consumidores quieren dispositivos sencillos, diseñados para realizar sólo unas cuantas tareas específicas. Es por eso que sus ordenadores funcionan con un sistema operativo robusto y poco configurable, diseñado para manejar pesados procesos de datos, como por ejemplo, las aplicaciones de diseño. Igualmente, sus iPad integran un sistema operativo mucho más ligero e intocable por el usuario, pero que resulta perfecto para navegar por Internet, leer documentos y jugar, principalmente.
Esto no es lo que persigue la visión de Microsoft, es algo que ha quedado claro con las primeras pruebas realizadas sobre Windows 8. El gigante de Redmond está convencido de que sus usuarios quieren el sistema operativo de un ordenador, pero que pueda funcionar en una gran variedad de dispositivos, desde una tableta o un móvil, hasta un potente PC, una consola de videojuegos o un simple portátil. Y esto es lo que quiere ser Windows 8: un sistema que se "adapte" al dispositivo, pero cuyo núcleo esté basado en un sistema para un ordenador.
"Quieren coger el sistema operativo de un PC y traerlo al mundo del tablet, justo lo contrario que Apple", afirma Jason Maynard, un analista de mercado en Cnet. "Es una buena idea, para aprovechar sus puntos fuertes", asegura. Las primeras estimaciones señalan que en su salida Windows 8 se instalará en más de 400 millones de ordenadores. "Queremos que todas las aplicaciones que se programen para Windows 8 puedan funcionar en un ordenador de sobremesa, en un portátil, en tabletas, en pequeñas y grandes pantallas y en equipos todo-en-uno", puntualiza Steven Sinofsky, presidente de Windows.
Después de los fiascos de Windows Vista y las irregulares últimas versiones de Windows Phone, el reto para Microsoft será convencer a los desarrolladores para que creen aplicaciones que puedan aprovecharse en su sistema táctil Metro. Y es probable que estos sólo lo hagan si creen que los fabricantes de dispositivos completarán un amplio catálogo de artículos que encandilen a los usuarios, que prefieran dejar de lado los productos con iOS o Android, por ejemplo, y elegir Windows. En algún momento de 2012 sabremos si lo han conseguido.

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