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2011/09/23

Adiós a la "molécula de la longevidad"

La sirtuina, una proteína a la que múltiples investigaciones habían asociado la capacidad de alargar la vida, no tiene esa propiedad, de acuerdo con un estudio de la Escuela Universitaria de Londres que publica hoy Nature.
Estudios previos han asociado esta molécula con la longevidad de los gusanos, la mosca del vinagre y las levaduras, unos organismos que se usan habitualmente en el estudio del envejecimiento humano. De hecho, hubo gusanos que gracias a la sobreproducción de sirtuina vivieron un 50% más del tiempo esperado.

En mamíferos, se ha relacionado la sirtuina con la prevención de enfermedades asociadas al envejecimiento, como son la producción de tumores, la neurodegeneración o los problemas cardíacos.
Los fascinantes resultados de esta proteína hicieron que se pasase a llamar la "molécula de la longevidad". El otro hallazgo que consiguió catapultarla al interés público fue la demostración de que el resveratrol un compuesto que está en las uvas y en productos derivados, como el vino y el mosto generaba más sirtuina, efecto que posteriormente se puso en duda. La vinculación entre los extractos del vino y la sirtuina fueron un reclamo para las cremas antienvejecimiento.
El nuevo estudio demuestra que la extensión de la vida observada en estudios anteriores no es debida a los efectos de esta "molécula de la longevidad". Y, además, que el efecto del resveratrol es inexistente.

Así, analizando con más detalle los organismos modelo empleados en estudios anteriores, los científicos observaron que aquellos gusanos a los que se les habían modificado los genes de la sirtuina tenían afectados también otros genes. Cuando consiguieron que solamente produjeran más sirtuina, los gusanos no fueron más longevos.
Lo mismo sucedió con la mosca, en la que, además, demostraron la inexistente relación con el resveratrol y con las dietas bajas en calorías. Esta última prueba responde a la hipótesis de que la restricción calórica alarga la vida porque incide en la producción de sirtuina. Los investigadores lo probaron con moscas knock-out (con genes bloqueados para que no produzcan sirtuina) que, contra todo pronóstico, alargaron sus vidas gracias a la dieta. Otra refutación de las supuestas propiedades de la sirtuina.

Sin sorpresas

El director del estudio, David Gems, asegura que los resultados son "asombrosos" y que "deberían ayudar a redirigir a los científicos hacia los procesos que realmente controlan el envejecimiento".
Para Rosa Cristòfol, experta en neurodegeneración y envejecimiento del CSIC, el estudio "no es una sorpresa", ya que los efectos longevos de la sirtuina nunca se han observado en mamíferos. "Lo que sí parece tener, aunque algunos también lo ponen en duda, es un efecto protector sobre las neuronas, algo muy útil para el estudio de enfermedades como el alzhéimer".
En un comentario que acompaña al estudio, los expertos en envejecimiento Carles Cantó y Johan Auwerx aseguran que, si bien se demuestra que no hay asociación entre la sirtuina y la prolongación de la vida, sí la hay con la salud, hecho por el cual "la sirtuina tiene garantizada una larga vida como sujeto de investigación".

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