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2011/08/19

Diez fondos de inversión controlan cuatro veces el PIB de América Latina


Las diez mayores empresas gestoras de fondos de inversión del mundo administraban a final del año pasado US$17,4 billones, un 20% más que el Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU. y cuatro veces el de América Latina.
Según datos de la consultora Investment & Pensions Europe (I&PE), los 400 mayores gestores administraban recursos equivalentes a US$53,6 billones, un tercio más que la suma de los PIB de las mayores economías del mundo.

Tan solo el mayor fondo de inversiones del mundo, BlackRock, controla activos por valor de US$3,8 billones (3.800.000.000.000.000), poco menos que el tamaño de las cinco mayores economías de América Latina: Brasil, México, Argentina, Venezuela y Colombia.
Los datos muestran la influencia en las decisiones tomadas por esas empresas en los mercados financieros y, en última instancia, sobre los países que se ven obligados a tomar medidas para "calmar" a los mercados.
Las empresas gestoras son responsables de analizar las condiciones del mercado y tomar decisiones de inversión de los fondos formados por sus clientes o por otras instituciones que usan sus servicios.

Inversión o especulación

"Es casi imposible diferenciar una inversión normal de la especulación, pero en situaciones de gran volatilidad, como la actual, cualquier gran movimiento puede ser interpretado de la manera más estridente", comenta el especialista en finanzas Juan Pablo Pardo Guerra, profesor del departamento de Sociología de la London School of Economics (LSE) de Londres.
Pardo cita el llamado "Flash crash" de la bolsa de Nueva York el 6 de mayo de 2010, cuando una orden de venta de una gran cantidad de acciones de una gestora de fondos, en medio de las tensiones sobre la crisis de Grecia, provocó una reacción en cadena.

Aquel día, el Índice Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, cayó más de un 9% en pocos minutos, pero volvió a su nivel inicial pocos minutos después.
El experto señala, no obstante, que las decisiones de los grandes gestores siguen la lógica de la maximización de beneficios para sus clientes, miles o millones de personas o empresas.
Liam Kennedy, editor de las publicaciones de I&PE, se vale de un argumento similar. "En la mayoría de los casos, las empresas gestoras de activos están representando los intereses de sus inversores", apunta.
"Si un determinado fondo decide no comprar más títulos de deuda estadounidense, por ejemplo, y sus clientes no están de acuerdo, pueden llevar su dinero a otro lugar. Esas empresas son muy transparentes en lo que hacen", comenta.

Ganar en tiempos de crisis

La investigación del I&PE acerca de los 400 mayores fondos del mundo muestra que, entre diciembre de 2009 y diciembre de 2010, esas compañías registraron un 24% de incremento en el valor de sus activos.

Eso, en el mismo periodo en que se vivió lo peor de la crisis y con la creciente preocupación por la deuda soberana de Europa.
Según Kennedy, ese aumento viene tanto de que cada vez más cuentan con más inversores como de la revalorización de sus activos.
"Es posible ganar dinero aunque los mercados estén cayendo", apunta Antonio Mele, profesor del departamento de Finanzas del LSE.
"Los gestores de los fondos no se apoyan en los movimientos del mercado, no dependen de la estabilidad. Para ellos, la volatilidad es vida. También es posible lucrarse con mercados en caída", dice.
Para Mele, es posible, "en teoría", que se den manipulaciones en el mercado, valiéndose de movimientos especulativos. El experto recuerda que si eso ocurriese, sería posible identificar la fuente de especulación con facilidad.
"Es posible identificar de dónde viene el problema, quién está comprando o vendiendo en grandes cantidades".

Agravan la crisis

En medio de la actual crisis de confianza en la capacidad de algunas economías europeas para hacer frente a su alto endeudamiento, los gobiernos afectados acusan a los especuladores de condenarlos a la crisis con sus decisiones.
La fuga de inversores en títulos de deuda de esos países ha elevado los intereses que pagan los estados para conseguir financiación en los mercados, lo que a su vez aumenta todavía más los cuestionamientos sobre la capacidad de no caer en suspensión de pagos.
Los especialistas consultados por la BBC coinciden en que la crisis no la creó el mercado.
"Las acciones de los grandes actores del mercado tienen un efecto en agravar la crisis, por ejemplo, porque el crédito quedará más restringido, lo que perjudica la economía real, pero el problema fue creado por los propios países en primera instancia", opina Kennedy.
"Es lógico que no previeran la crisis, pero en esencia, no deberían haberse endeudado tanto si no podían también mantener sus finanzas bajo control".

Dependencia

Para Mele, los gobiernos pueden volverse dependientes de los mercados y se ven obligados a tomar medidas para atender los intereses y exigencias de los grandes inversores, pero esa dependencia es responsabilidad de los propios gobiernos al decidir a los mercados para financiarse.

"No es posible aislar a los gobiernos de los mercados. En esta situación, cuando más dependen de los mercados, más forzados se verán a cumplir con sus expectativas", comenta.
Por su parte, Pardo considera que la situación de la economía global no cambió de un día para otro como para justificar los fuertes movimientos a la baja y al alza de los últimos días.
Pero lo que sí puede haber cambiado es la percepción de los inversores sobre el futuro. "La economía real esta semana es la misma que la pasada, pero la visión sobre el futuro no. Los mercados se mueven según las expectativas de los inversores, según la confianza en el futuro".
Kennedy está de acuerdo: "Cuando los tipos de interés suben, el mercado está, básicamente, identificando un problema que está por venir, está viendo que esos gobiernos tendrán que pagar más en el futuro si quieren que los inversores compren su deuda porque los potenciales acreedores querrán ser compensados por el más alto riesgo".
"Acusar a los especuladores es algo que políticos y gobiernos hacen desde hace mucho tiempo, pero la crisis actual es consecuencia de la mala administración del problema por parte de los líderes y la falta de confianza de los inversores de que van a recibir su dinero de vuelta", opina.

Más controles

A pesar de los problemas, los analistas consideran que son remotas las posibilidades de que se pongan en marcha grandes reformas para controlar el poder de los grandes actores del mercado.
"Sería casi imposible controlarlos porque eso iría contra el principio del libre mercado. Implicaría restringir el derecho a comprar y vender libremente", opina Pardo. "Ningún país estaría dispuesto a adoptar una medida de esa clase".
Para el analista hay poco interés de los gobiernos en enfrentarse a los mercados y regularlos. "El próximo año hay elecciones presidenciales en EE.UU. y lo que el presidente Barack Obama necesita es el apoyo de Wall Street", recuerda Pardo.
En última instancia, según el profesor, el principal mecanismo de control esas empresas es la prestación de cuentas que hacen a sus accionistas y clientes.
Otra observación es que los gobiernos mantienen contractos frecuentes con los grandes operadores del mercado y hay consultas entre las propias empresas para evitar turbulencias catastróficas.
"No es de interés de la comunidad financiera afrontar una nueva crisis. A pesar de ser posible ganar en tiempos de crisis, generalmente son más los perdedores. Los actores del mercado prefieren la estabilidad", opina Pardo.




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