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2011/07/01

Dinosaurios en blanco y negro

Para los paleontólogos, es un salto comparable a lo que fue pasar de la radio a la televisión en blanco y negro. Un equipo internacional de científicos ha demostrado que los vestigios de determinados metales presentes en un fósil permiten saber de qué color era el animal. De momento, han conseguido seguir el rastro del que llaman con sorna "pigmento Antonio Banderas", la eumelanina, responsable del color negro del pelo ahora y hace más de un centenar de millones de años.
Cada pigmento, encargado de un color, tiene una receta química a escala molecular que incluye algunos metales. Los investigadores, encabezados por el geoquímico Roy Wogelius, han dirigido el poderoso chorro de rayos X del sincrotrón de la Universidad de Stanford (EEUU) a los restos fósiles de dos aves primitivas para buscar este DNI químico.
Examinando los restos de Confuciusornis sanctus, un ser a medio camino entre las aves y los dinosaurios que vivió hace 120 millones de años, y los fósiles de Gansus yumenensis, similar al somormujo actual pero con 100 millones de años y considerada el ave moderna más antigua, los investigadores han hallado huellas del pigmento Antonio Banderas. Uno de los principales indicios ha sido el cobre, un metal que ha aparecido exactamente donde quedaban restos de plumas.

A por ‘Scarlett Johansson'

"Hasta ahora, para recrear cómo era un dinosaurio teníamos que echarle mucha imaginación. Ahora podemos verlos en blanco y negro", explica Wogelius, de la Universidad de Manchester (Reino Unido). Todas las películas de Hollywood -empezando por Parque Jurásico-, todos los libros de texto y todos los artículos periodísticos con imágenes de dinosaurios eran mentira. En la actualidad, básicamente, no se sabe nada sobre qué pinta tenían los grandes saurios.
El equipo de Wogelius está embarcado ahora en la búsqueda de otros pigmentos, empezando por el que llaman "Scarlett Johansson", la feomelanina, responsable del color rubio del cabello. "Es muy arriesgado hacer predicciones, pero creo que en los próximos diez años podremos ver en color cómo eran los dinosaurios y otras especies prehistóricas", vaticina. Su estudio se publica hoy en la revista Science.
Hace más de un año, otro equipo de paleontólogos de Reino Unido y China hizo un anuncio similar. Los científicos lograron identificar en varias plumas fósiles sus melanosomas, los sacos que guardan los pigmentos eumelanina y feomelanina en las células. Mediante la comparación con la estructura de los melanosomas de seres vivos, los científicos hicieron estimaciones sobre el color de los pigmentos que albergarían. Según aquellos investigadores, el Confuciusornis mostraba un plumaje con manchas blancas, negras y anaranjadas. Sin embargo, para el equipo de Wogelius, esta técnica presenta "muchas limitaciones", ya que los melanosomas se conservan muy mal, mientras que el rastro de metales de los pigmentos permanece durante, posiblemente, varios cientos de millones de años.
El director de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, Luis Alcalá, aplaude los avances en la senda hacia los dinosaurios en tecnicolor. "Algunas aves tienen colores espectaculares y, posiblemente, con los dinosaurios ocurría igual. Dependiendo del ecosistema tendrían una coloración u otra, como sus análogos actuales", opina Alcalá, que no ha participado en el nuevo estudio. El paleontólogo recuerda que reconstruir el retrato robot de los dinosaurios es fundamental para conocer su paleobiología: cómo se comunicaban, cómo se camuflaban y cómo buscaban una pareja sexual.

Una cebra, pero no un caballo

El pigmento estudiado ahora, la eumelanina, es probablemente el más importante del reino animal, según los investigadores. Oscurece el cabello y los ojos de Antonio Banderas, la piel de las serpientes y las plumas de las aves. También el ojo de un pez que vivió hace 50 millones de años, según han comprobado en el sincrotrón. Sin embargo, su papel para desentrañar el color de los dinosaurios se queda cojo. Serviría para detectar el patrón de rayas blancas y negras de una cebra, pero no para ver la capa crema de un caballo.
"Se podría decir que ahora vamos a ver los dinosaurios como en un filme de 1950. En realidad, las películas no eran en blanco y negro, sino en blanco, negro y una amplia escala de grises", matiza otro de los autores del trabajo, el paleontólogo Phil Manning, de las universidades de Manchester y de Pensilvania (EEUU). A su juicio, el color es un rasgo esencial para conocer las claves del éxito evolutivo de una especie. "Seamos honestos: cuando sales por la noche y quieres ligar, eliges con cuidado la ropa que te vas a poner. Si el color no fuera fundamental para los seres vivos, no existiría una industria de la moda", aclara.
Su objetivo ahora, asegura, es buscar restos de cinc, calcio y manganeso, síntomas de colores, en una ristra de fósiles. En el sincrotrón de la Universidad de Stanford hay ahora decenas de dinosaurios haciendo cola para someterse a pruebas de rayos X. "Los fósiles son como una sopa química, tenemos que seguir empleando esta técnica para identificar más pigmentos", señala Manning.
España también posee, en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), uno de estos sincrotrones, unos aparatos capaces de emitir rayos X más luminosos que el Sol y desnudar los ingredientes atómicos de cualquier cosa, desde un jamón serrano a un cuadro de El Greco. Son como microscopios desmesuradamente potentes: aceleran electrones hasta que rozan la velocidad de la luz y su brillo consigue iluminar las entrañas de la materia sin alterarla un ápice.
El físico alemán Uwe Bergmann trabaja en el sincrotrón de la Universidad de Stanford, situado cerca de la ciudad de Menlo Park, en el estado de California. Es uno de los responsables de iluminar con rayos X a los fósiles. Desde su disciplina, alejada de la paleontología, se hace preguntas sorprendentes: "El cobre es biotóxico. ¿Por qué aparece en las plumas? Quizá el color sólo es un efecto secundario de otro rasgo. Quizá las plumas surgieran para liberar estas toxinas. Es absolutamente una especulación, pero habrá que estudiarlo", plantea el físico.
Bergmann subraya que la nueva técnica no sólo servirá para desvelar la paleta de colores de los animales prehistóricos. "Gracias a los rayos X del sincrotrón, podremos saber mucho más sobre la dieta de los dinosaurios. Podremos ver los pigmentos de lo que comían", detalla. Los flamencos, recuerda, nacen blancos, pero se van transformando en rosas con el tiempo gracias a los pigmentos carotenoides que adquieren al comer crustáceos.

El ave de la cola negra

Se podría decir que el ‘Confuciusornis sanctus', que vivió hace unos 120 millones de años, acababa de dejar de ser un dinosaurio. Es el primer ser del registro fósil que aparece con un pico totalmente propio de un ave actual. Su recreación, elaborada por Richard Hartley, de la Universidad de Manchester (Reino Unido), está basada en los rastros de cobre hallados en sus plumas fósiles. Estos vestigios del metal, asociados al pigmento eumelanina, desvelan el estampado que habría caracterizado al ave: zonas sombreadas que llegarían a su punto más oscuro en las plumas timoneras, que forman la cola, y en el plumón del cuerpo. El chorro de rayos X del sincrotrón permite hacer recreaciones completas, ya que identifica rastros de eumelanina por todo el cuerpo fósil del animal.

Publico

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