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2011/06/03

Todavía no llega el futuro prometido de poder trabajar desde la casa

Alguna vez se creyó que el trabajo a distancia vía telecomunicaciones nos liberaría del yugo de la vida de oficina. Armado con un teléfono, un computador y la conexión de internet, el potencial humano florecería en la comodidad de nuestros propios hogares.
Tiene sentido. ¿Por qué viajar por horas al día hasta un lugar central cuando uno puede saltar de la cama y comenzar a trabajar de la mesa de la cocina de su casa sin la incomodidad y el daño ambiental del traslado?

Sin duda que el trabajo desde el hogar está aumentando. Una encuesta de firmas hecha por la Confederación de la Industria Británica muestra que el número de empleos que ofrecen por lo menos algo de trabajo a distancia creció de un 14%, en 2006, a un 46% , en 2008.
Las cifras que se revelarán este mes prometen seguir con la tendencia.
La firma británica de telecomunicaciones BT fue uno de los pioneros. Comenzó un programa de trabajo a distancia en 1986 y ahora tiene 15.000 trabajadores desde casa de un total de 92.000 empleados.
La compañía argumenta que cada trabajador casero le ahorra unos US$9.000 al año, presenta un 20% más de productividad y se enferma menos.
En el banco HSBC, 15.000 de los 35.000 empleados que tiene la institución bancaria tienen la posibilidad de trabajar desde casa.
Pero eso es menos de la mitad de la fuerza de trabajo y las cifras no indican trabajo desde casa a tiempo completo.

¿Por qué no más trabajo casero?

El trabajo casero no le cuadra bien a cualquier tipo de ocupación.
Hay algunos sectores de la economía británica donde el trabajo a distancia no es posible -minoristas, manufactureros y comisionistas bursátiles se encuentran entre los que necesitan que la mayoría de la gente se presente al sitio de trabajo.

En teoría, los call-centers podrían autorizar a su personal a trabajar desde casa. En la práctica, el costo de vincular bases de datos de manera segura a miles de casas, se mantiene como un obstáculo considerable.
Hay que conseguir un equilibrio, dice el portavoz del banco HSBC, Mark Hemingway.
"Los cajeros deben estar en la sucursal y necesitamos personal en los call-centers. Pero en lo que respecta al trabajo administrativo, nos organizamos de tal manera que la gente pueda trabajar desde sus hogares".
Hemingway agrega que esto puede incluir equipar al personal con una computadura portátil, con tecnología para trabajar a distancia o un teléfono con correo electrónico, pero la recompensa para la firma es su mayor productividad, el menor ausentismo y una mayor permanencia del personal.
Varios gobiernos han presionado a los empleadores para establecer trabajo más flexible, que pueda involucrar trabajo a distancia. En el Reino Unido Los empleados que son padres o tienen cuidar a algún pariente enfermo tienen el derecho a pedirle a su empleador trabajo flexible, aunque éstos no están obligados a acceder.
El gobierno británico intenta extender el derecho a solicitarlo a todos los trabajadores durante el actual parlamento, para irritación de algunos empleadores.
Esta semana, el ministro de Transporte, Philip Hammond, exhortó a los empleados londinenses a trabajar desde casa durante los Juegos Olímpicos, el próximo año.
La medida-que intenta aliviar la congestión del transporte- fue criticada por un grupo de empresarios.

Lo bueno y lo malo

Pero hay otros que acogen el trabajo desde casa con beneplácito.
Cary Cooper, profesor de sicología organizacional de la Escuela de Administración de la Universidad de Lancaster, reconoce que no se puede ensamblar un automóvil en casa, pero insiste en que el trabajo desde el hogar presenta claros beneficios: eliminación de tiempo de traslado, menos contaminación, menos estrés y se puede planificar mejor otras actividades.
Pero también hay puntos negativos potenciales: "Uno está solo y no está mal encontrarse con el jefe de vez en cuando. Si no, sin comentarios al trabajo de uno, es fácil perder el foco. Igualmente, Cooper advierte que el trabajador puede caer en la jerarquía de la oficina si siempre está ausente.

"¿Qué pasa si falla la conexión de internet? Si la tecnología falla, uno queda a la deriva en el hogar. En la oficina, habría alguien que podría repararla."
Para el profesor Cooper la respuesta está en hallar ese justo medio de trabajo flexible, con un personal que alterna entre el trabajo a distancia y los turnos de oficina.
Los enemigos del trabajo a distancia lo califican de pereza disfrazada. Dicen que la gente malgasta mucho tiempo en tonterías que no reportan los beneficios de hablar con un colega en la oficina.
Y para muchos trabajadores, el hogar se está mudando al sitio de trabajo. Hay empleados ahora que se duchan y desayunan en la oficina, cuelgan la ropa cerca de sus escritorios y hacen que les llegue su correo personal allí.
Un asesor de políticas para la Confederación de la Industria Británica, Guy Bailey, dice que aunque continúe creciendo la tendencia a trabajar desde casa, es altamente improbable que la oficina se vuelva obsoleta
"Para un gran número de empleados, la demanda siempre será trabajar con colegas. Éstos quieren la posibilidad de intercambiar ideas de manera crítica y mantener separados el trabajo y la vida privada".
Y hay un último problema con el trabajo desde casa: uno no puede quejarse sobre él con la persona que se sienta en el escritorio del lado.

BBC Mundo

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