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2011/04/04

Almacenes cerebrales para combatir la distracción

Su denominación resulta de lo más altisonante, pero su utilidad es máxima y su ámbito natural, la vida cotidiana. Son los almacenes cerebrales, una herramienta digital que viene a sustituir los cuadernos y agendas de papel donde millones de personas han escrito sus planes y reflexiones a lo largo de la historia. Los programas específicos, como Springpad o Evernote, son cada vez más sofisticados y cuentan con aplicaciones móviles y múltiples funciones.
Según los psicólogos, los pacientes con un transtorno de déficit de atención experimentan flujos de ideas constantes que llegan a desbordar sus mentes. Si no son capaces de recordar lo que necesitan en un momento concreto, acaban frustrándose. Por eso, los profesionales les aconsejan que adopten el recurso de los blocs de notas, las grabadoras de teléfonos móviles, etc. Así, pueden fijar (por escrito o en audio) cualquier pensamiento en cuanto se les ocurra.
Sin llegar al extremo de las patologías, expertos como Nicholas Carr, autor del libro Superficiales (Taurus, 2011), lamentan que las numerosas tareas simultáneas instigadas por las nuevas tecnologías alejen a los individuos de los modos de pensamiento que requieren cierta contemplación y que les conviertan en seres más eficientes procesando información, pero menos capaces de profundizar en los datos.
Su conclusión y la de muchos otros especialistas en economía de la atención, como se le llama a esta disciplina, es que hoy por hoy la batería de distracciones es tan variada que la concentración en una sola labor es un reto difícil de superar.
No obstante, los modernos almacenes cerebrales parecen haber surgido para combatir este problema con sus mismas armas (digitales). Permiten organizar información personal y profesional, en cualquier formato y soporte, y, en ocasiones, compartirla y canalizarla entre los contactos de sus usuarios, como en el caso de Springpad. Además de este servicio y Evernote, OneNote, de Microsoft para Windows; Yojimbo, de Barbones Software; Circus Ponies Notebook, para Macintosh; y Gnote, sobre Linux, compiten por un mercado al alza.
Sus interfaces son cada vez más coloridas y atractivas, aunque sin renunciar a la claridad y la agilidad. Y es que sus impulsores aspiran a convertir el orden (en lo privado, lo laboral, lo lúdico, etc.) en una actividad divertida, tanto a través del ordenador como de cualquier otro dispositivo portátil: smartphone, tableta...

La Vanguardia

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