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2011/03/21

Qatar quiere convertir el petróleo en conocimiento

Podría parecer regar con agua la arena del desierto –casi literalmente–, pero con algo así, el reino de Qatar busca una transformación en su destino económico: usar la riqueza de los hidrocarburos para convertirse en un centro de conocimiento global.
Este pequeño pero muy rico país del golfo Pérsico ha invertido miles de millones de dólares en la construcción de la Ciudad de la Educación, un complejo destinado a la formación e investigación.
La asombrosa transformación física de lo que no era más que un desierto no es nada comparado con la ambición a largo plazo de convertirse en una cuna de la innovación global.
Los qataríes son conscientes de que los recursos petroleros que les han valido su vasta riqueza, llegarán a terminarse.
"El éxito económico del futuro dependerá cada vez más de la capacidad del pueblo qatarí de lidiar con un nuevo orden internacional basado en el conocimiento y extremadamente competitivo", reza una de las propuestas en su documento de Visión Nacional.

Exportando expertos

La Fundación para la Educación, Ciencia y el Desarrollo de Qatar se propone que una desértica península con una población nativa de menos un millón de habitantes rete a gigantes emergentes como China o India, con su enorme población y sus cada vez más desarrollados centros educativos.

De momento, ya han captado la atención de algunas prestigiosas universidades de EE.UU., como la de Georgetown, entre otras, así como la escuela de negocios francesa HEC París.
La última en unirse ha sido el University College de Londres (UCL), cuyo campus en Qatar se centrará en museos y estudios de arqueología. Su intención es comenzar con el posgrado este año y trasladar algunos de sus proyectos de investigación.
Una conclusión obvia es que en tiempos de recortes presupuestarios en el Reino Unido, sus universidades salen a países como Qatar a buscar financiación.
El profesor Michael Worton, uno de los coordinadores de la estrategia internacional del UCL, insiste en que es vital que se mantengan los estándares de la institución para mantener su reputación.
"Partimos de lo que tenemos en Londres, pero no exportándolo en una especie de forma imperialista, sino llevando nuestra experiencia en pedagogía, así como en la disciplina, creando algo totalmente correcto para el entorno", explica Worton.
"Una de mis ideas principales es que lo que hacemos en el extranjero queremos que nos sirva y poder decir 'mira, esto funciona aquí, a ver cómo lo podemos traer al Reino Unido'".

Centros de referencia

John O'Leary, autor de la Guía de las Mejores Universidades, ha observado las restricciones impuestas por los umbrales de calidad.

Para O'Leary, la Ciudad de la Educación está llena de edificios magníficos, con pocos alumnos.
"Con el tiempo se podrán ampliar, pero ni las universidades ni Qatar quieren que caigan sus estándares, así que es difícil ver de dónde vendrán grandes cantidades de estudiantes".
Además, todo no va siempre de forma armoniosa.
"Los países de acogida, razonablemente, tienden a imponer muchas condiciones y ha habido ya algunos fracasos en los que las universidades no han podido hacer que funcionen sus sucursales ahí", comenta O'Leary.
India tiene previsto abrirse a la instalación de recintos de universidades extranjeras. Hay cierto escepticismo sobre ellas, pero dado el tamaño potencial de la población estudiantil, seguro que despiertan interés.
"Aparte de los Institutos de Tecnología de India, ninguno de sus centros ha destacado en las clasificaciones mundiales, así que se puede pensar que los campus de excelencia atraerán candidatos bien cualificados, además de que ofrecen un lugar barato para la investigación", opina O'Leary.

BBC Mundo

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