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2011/01/29

La PC se renueva

El año tecnológico suele comenzar con el Show de Electrónica de Consumo (CES) de Las Vegas. Este año, sin embargo, fueron dos anuncios de la rama más tradicional de la informática los que dieron el puntapié inicial para el 2011 tecnológico, a los que se sumaron dos más que prometen cambiar el futuro de la PC.
El primer anuncio llegó de Intel, que presentó la segunda generación de sus chips Core i3, i5 e i7, en versiones para equipos de escritorio y portátiles.
Según develan los primeros análisis comparativos de los nuevos procesadores, ofrecen un rendimiento que puede ser hasta un 50% mayor que en la primera generación Core. Los nuevos Core, con 995 millones de transistores en su versión de 4 núcleos, están fabricados con tecnología de 32 nanómetros (grosso modo, el tamaño mínimo al que se logra construir un transistor).
Esto permite fabricar procesadores más pequeños, que consumen menos energía y son relativamente más baratos: entran más en cada wafer , el disco de silicio del que salen los microprocesadores en una fábrica (como los ravioles de una plancha).
La segunda generación de chips Core incluye una versión mejorada de la tecnología Turbo Boost, que permite aumentar la velocidad del chip más allá de la oficial para enfrentar un pico de demanda de recursos (de 3,4 GHz a 3,8 GHz, por ejemplo). AMD usa una técnica similar, llamada Turbo Core.
Pero lo más saliente de los nuevos Core está, paradójicamente, en la parte gráfica: no son los primeros chips de Intel los que ofrecen un procesador gráfico (GPU); de hecho, la primera generación Core también lo hacía; pero en este caso la performance es superior gracias a la integración, en la misma pastilla de silicio, de los núcleos del CPU, el GPU, el caché L3 y el controlador de memoria.
Los nuevos Core ofrecen aceleración de video 3D de calidad más que decente (en dos versiones, el modelo HD 3000 y el HD 2000) tanto para animar el sistema operativo como para acceder a juegos de calidad media; conversión de formatos multimedia basada en hardware (QuickSync); la segunda versión de la tecnología inalámbrica WiDi para ver en una pantalla grande lo que vemos en la PC sin usar cables; y soporte para reproducción de videos Full HD con 3D.
"A estos nuevos Core los consideramos como una diferencia en las experiencias visuales; ya se pueden comparar con placas de gráficos discretos para gran parte de las aplicaciones, con la excepción de juegos de alta gama", afirmó Steve Long, director de ventas de Intel para América latina.
Estos nuevos chips (que requieren un nuevo conector en el motherboard, el LGA-1155) ya están disponibles en computadoras de fabricantes locales, y llegarán en breve de la mano de marcas internacionales.

La fusión de AMD

Al mismo tiempo que Intel, AMD presentó Fusion, plataforma que combina procesadores centrales (CPU) y gráficos (GPU) en un nuevo tipo de unidad de procesamiento, que la compañía llama APU, las siglas en inglés de Unidad de Procesamiento Acelerada. Como en el caso de Intel, se trata de un chip que combina un CPU y un GPU en el mismo silicio, algo que AMD también ya ofrecía, pero no como una plataforma.
"El CPU es bueno para procesar código serial, y el GPU está optimizado para manejar gráficos y procesamiento masivo en paralelo. El APU ofrece un dispositivo que es bueno para las dos cosas -aclara José Luis Fernández, especialista en tecnología de AMD-. Los requerimientos computacionales de la gente han ido cambiando con los años, y hoy es mucho más importante la parte gráfica."
Así como Intel apunta al tope de línea con los Core i3, i5 e i7, AMD comenzó por una oferta de gama baja con la línea C (para netbooks, tabletas y ultraportátil) y la línea E (notebooks y equipos todo en uno), orientadas a ofrecer buena performance y bajo consumo de electricidad en equipos móviles, así que una comparación de rendimiento entre ambas estrategias todavía no es posible.
Habrá que esperar a que, más entrado el año, AMD presente APUs Fusion para equipos de escritorio, portátiles de alta gama y demás con la línea A (también de 32 nanómetros y llegando a los 4 núcleos).
Lo disponible ahora apunta a un consumo mínimo de energía (entre 40 y 9 watts, según el modelo), lo que permite ofrecer equipos con una autonomía que, según la compañía, ronda las nueve horas, brindando un chip capaz de reproducir video en Full HD, ser compatible con DirectX 11, y ofrecer una performance computacional razonable. En un punto, la línea C puede verse como la respuesta al Atom de Intel, integrando en el camino un GPU de mayor calibre (al estilo del Ion 2 de Nvidia).
Hay versiones de uno o más núcleos, como el E-350: dos núcleos a 1,6 GHz, consume 18 watts de energía, incluye como GPU un Radeon HD 6310, y ya se usa en una HP dm1: otros fabricantes como Acer, HP, Toshiba o Lenovo también preparan equipos para esta plataforma.
Aunque todavía faltan los análisis comparativos de las propuestas de ambas compañías, hay algo que está claro: la compra de una tarjeta de video 3D discreta (es decir, separada del chip central) queda cada vez más relegada a los equipos de alta gama y los jugadores capaces de invertir más dinero en una placa especializada.
El énfasis en la reproducción multimedia y en el bajo consumo energético no puede soslayarse cuando la PC está mutando de forma (como lo demuestra la variedad de notebooks y tabletas presentadas en la última CES) y cuando dispositivos móviles como la iPad comienzan a calcularse en el conteo total de ventas de PC.
Así, según la consultora especializada Canalys, fueron casi 106 millones de equipos los que se vendieron en el último trimestre del año, con HP liderando las ventas, seguida por Acer y Apple (que sólo mantiene el tercer puesto si se toman las iPads vendidas).

Nvidia y Microsoft

La otra noticia que promete redefinir lo que entendemos por PC vino de la mano de Nvidia, de gran relevancia en la última CES por Tegra 2, su chip ARM de doble núcleo que está en las tabletas más avanzadas del momento y en varios smartphones de alta gama.
La compañía anunció por un lado un acuerdo con Intel: recibirá US$ 1500 millones a cambio de permitirle el acceso a su tecnología de gráficos 3D (que seguramente veremos en los próximos chips de Intel). Pero también informó que está trabajando en lo que llama Proyecto Denver, un CPU de arquitectura ARM para servidores y workstations, también con GPU integrado.
ARM es la arquitectura presente en todos los smartphones y tabletas modernos, y una de sus grandes cualidades es la performance que logra con un bajo consumo energético.
"Lo que vemos como una necesidad del mercado es un CPU ARM de alta potencia y bajo consumo de energía, muy atractivo para los centros de datos que necesitan concentrar mucho poder de cálculo en poco espacio, y evitar los problemas de refrigeración que trae un centro de cómputos tradicional", explicó Michael Lasen, director de marketing para América latina de Nvidia.
El chip estará probablemente basado en un Cortex-A15, contará con varios núcleos y tendrá a su disposición al menos dos sistemas operativos: Linux, que hace tiempo está disponible para ARM, y Windows.
Es que la cuarta noticia notable de la primera quincena de enero vino a través de la palabra de Steven Sinofsky, presidente de la división Windows de Microsoft, que anunció en la CES que la próxima versión del sistema operativo de la compañía, Windows 8 (para el que todavía no se tiene fecha), correrá en chips x86 de Intel y AMD, y en procesadores ARM como los que fabrican Nvidia, Qualcomm, Texas Instruments y otras compañías.
La intención clara de la empresa es llevar Windows, el alma histórica de la PC, a otros formatos y situaciones de uso, aplicando este sistema operativo más allá del equipo de escritorio o la notebook; claramente Microsoft está pensando en tabletas, dispositivos convertibles y equipos embebidos (en televisores y automóviles, por ejemplo) antes de que otros sistemas operativos nacidos con una visión totalmente móvil, como Android o iOS, dominen ese segmento.

La Nacion

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