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2010/11/12

Las mujeres tratan de abrirse camino en un mundo de hombres

Ser mujer en un mundo de hombres sigue siendo difícil, aún a estas alturas, cuando las políticas de igualdad están a la orden del día. Más complicado es aún en el sector de las nuevas tecnologías de la información, tradicionalmente masculino. Pese a que más de la mitad de los titulados en España son mujeres (el 60%), ese porcentaje baja a un 24% cuando nos referimos a las carreras de Informática y Telecomunicaciones.
Éste ha sido el principal tema a tratar durante Congreso internacional 'Las mujeres y las TIC a lo largo de su ciclo vital', organizado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). La profesora Cecilia Castaño, que imparte clase en esta universidad catalana y en la Universidad Complutense de Madrid, ha señalado que la principal causa de la baja participación de las mujeres en el sector TIC es la cultura.
"El ciclo de vida de una mujer es lo que las aleja de la tecnología", asegura la profesora Castaño. Así, la 'separación' empieza desde pequeñas, cuando les enseñan cuáles son las profesiones adecuadas para ellas y cuáles no. Si finalmente se deciden por no hacer caso a lo aprehendido durante su vida y terminan cursando una carrera tecnológica, los problemas no acabarán una vez licenciada, ya que "sigue habiendo muchos estereotipos".
En esto coincide también Juliet Webster, otra de las investigadoras que ha organizado el Congreso y especialista en el papel de la mujer en la Sociedad de la Información. Según Webster, la razón del problema de la poca implicación de la mujer en el sector de las TIC está en "la configuración de los roles".
Además, las propias empresas colaboran a fortalecer dichos prejuicios. "Las mayores barreras se encuentran en la cultura del trabajo en esos sectores", anuncia Castaño, que recuerda además que "las TIC tienen un origen militar, en Internet". Ahí reside otra de las dificultades de las mujeres: ante la gran importancia de la "jerarquía y la disciplina, las mujeres son un problema, tienen la menstruación, se quedan embarazadas".
A esto, Webster le añade que "el trabajo tecnológico está organizado bajo la presunción de que la gente puede ofrecer su vida entera a su trabajo", estar disponible 24 horas al día durante 7 días a la semana. Para las mujeres no es tan fácil "porque ellas aún tienen un peso sobre los hombros, han de cuidar a los hijos, a las personas mayores...", y esto supone una forma más de dejar al género femenino fuera del sector tecnológico. "Cuando las mujeres con otras responsabilidades no pueden comprometerse con estos patrones de trabajo, se considera que son carentes de las cualidades necesarias" para lograr y mantener el puesto.
Lograr cambiar esta mentalidad no parece un camino de un día, aunque ambas investigadoras mantienen la esperanza en que es posible, ya que, como señala Webster "el número de chicas y mujeres que usan Internet y redes sociales indica que el género femenino está bastante cómodo con la tecnología, pero no encuentra relación entre Facebook y los trabajos en el sector tecnológico". Castaña va más allá y reclama una "actuación muy decidida y sostenida en el tiempo por parte del poder, de las familias, de las empresas..." para poder lograr el cambio. La 'clave', señala la profesora es "empezar desde muy temprano a romper los estereotipos". No debería ser tan difícil ya que "las niñas y las mujeres están superando a los chicos y a los hombres en muchas áreas educativas, entre ellas matemáticas y algunas ciencias", como apunta Webster.
Por otra parte, "cada vez hay más chicos jóvenes que no quieren estar siete días y 24 horas pendientes del trabajo; también quieren ver a sus familias, tener una vida privada...", lo que supone un cambio cultural respecto a lo que piden las empresas.
Pequeños "brotes verdes" que permiten observar con un punto de optimismo el futuro del sector tecnológico y la implicación de las mujeres en el mismo.

El Mundo

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