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2010/11/01

Ciudades inteligentes

Armonk, NUEVA YORK (De un enviado especial).- No está leyendo el suplemento equivocado. La ciudad es un sistema. Sí, puede ser mucho más complejo que esa PC sobre la que usted trabaja todos los días, pero no deja de ser un sistema que genera una enorme cantidad de datos que, si son leídos con inteligencia, pueden mejorar la vida de los que vivimos en una ciudad.
Los gobiernos pueden intentar leer esa información y lograr que usted sufra menos embotellamientos u opte, con una sonrisa, por ir a su trabajo en un transporte público. Parece imposible, pero no lo es. Distintos países están haciendo pruebas al respecto.
Un reporte de la ONU sorprendió en 2007: por primera vez en la historia de la humanidad más de la mitad de las personas vivía en ciudades: por primera vez el balance dio saldo negativo para las áreas rurales. En la Argentina, aunque lejos del parque automotor de otros países, en septiembre se logró un record histórico de venta de automóviles.
En este contexto, que vuelve locos a los ecologistas, Buenos Aires es una de las ciudades más pobladas del mundo. Y la tecnología es una de las opciones, de la mano de decisiones políticas concretas, que pueden ayudar a resolver el problema generado porque todos queremos vivir en los mismos (pocos) metros cuadrados.
Luego de que Una verdad incómoda, la película de Al Gore, hizo pensar en un futuro apocalíptico, varios científicos, con el apoyo de grandes empresas o gobiernos, se pusieron a analizar cómo hacer para resolver ya no el futuro, sino el día a día, que hace cada vez más estresante moverse en una ciudad como Buenos Aires, el D.F. mexicano o San Pablo. Además del estrés de sus habitantes, según datos publicados por Siemens, en los últimos tiempos la Unión Europea perdió más de 100 mil millones de euros por año por atascos en el tránsito. El problema es tangible.
Así, otra vez la tecnología levanta la mano para ir más allá de intentos como prohibir el ingreso a la ciudad de los autos con ciertas patentes, promover el uso de bicicletas o el alza en los peajes para coches en los que viaje una sola persona; busca encontrar una salida creativa a un problema creciente.
En busca de una solución IBM decidió hace años salir de algunos segmentos que la mantenían cerca del público masivo. Luego de la venta de su área de PC y notebooks a Lenovo en 2005, la Big Blue prácticamente dejó de estar en el radar de los usuarios no corporativos. Pero ahora, con su nuevo lema Un planeta más inteligente, vuelve a acercarse a las personas, pero desde un nuevo enfoque. La empresa decidió centrarse, entre otros segmentos, en los aspectos que se pueden aplicar desde la tecnología y la consultoría para mejorar el tránsito de las grandes ciudades.
De hecho, realizó un estudio en 20 grandes ciudades, entre las que se encuentra Buenos Aires, y llegó a armar un índice de la molestia que genera ir a trabajar a través del pesado tránsito urbano. Con Pekín y México D.F. como el grado 100 de molestia, los barrios porteños les generan a los trabajadores que los transitan un estrés de grado 50, lo que ubica a Buenos Aires en el octavo puesto de ese ranking (San Pablo está en el sexto lugar).
IBM trabajó en distintos proyectos, entre los que se encuentra el manejo del tránsito en Estocolmo y un análisis del flujo de automóviles en Pekín, donde gracias a sensores en los semáforos se puede anticipar dónde habrá un embotellamiento y, en tiempo real, avisar en una cartelera de LED que se debe tomar un desvío.
Laura Wynter, investigadora científica de IBM y especialista en manejo del tránsito con estudios en el MIT, le dijo a LA NACION: "Es clave achicar los tiempos de viaje entre el hogar y el trabajo. No tiene sentido perder dos horas de tiempo precioso yendo de un lugar a otro. Nuestro desafío es generar modelos matemáticos que hagan viable predecir el tránsito".
Si bien el trabajo a distancia, sobre todo entre los trabajadores en industrias donde lo que se genera es contenido (como diseñadores, creativos o redactores), ha crecido, todavía la interacción cara a cara es necesaria y es ley en la mayoría de los mercados. En ese contexto, se deben encontrar soluciones para quienes deben salir a la calle todos los días.
Por ejemplo, IBM publica en una de sus investigaciones que ha trabajado en Singapur con la meta de ayudar a las autoridades de transporte a tener una hora de aviso sobre los problemas de tránsito. Aunque suene increíble, el tráfico es predecible en muchas de sus variables.
Con información recolectada por sensores en las calles, GPS utilizados por los taxistas y videocámaras se pudo detectar cómo se comportaban las dos variables principales del tránsito: volumen y velocidad; es decir, el promedio de automóviles que pasan por un cierto punto en un lapso determinado. Al superponer los datos de tres semanas, las curvas muestran un solapamiento casi exacto.
Pese a que se puede suponer que la estadística, que se guía por promedios, no sirve para predecir el tránsito, en el laboratorio de IBM creen que con un algoritmo que tenga en cuenta posibles problemas (como accidentes, reparaciones, por ejemplo) se puede llegar a soluciones que les mejorarían la vida a millones de personas. Este tipo de predicciones genera un interés aún mayor por el uso del transporte público, ya que éste es más fácil de predecir que los automóviles particulares.
En la semana de presentación del metrobús que recorrerá Juan B. Justo, IBM cree que en la ciudad de Buenos Aires "se puede trabajar en el análisis de información detallada sobre el comportamiento de los servicios de ómnibus, para determinar corredores de alto volumen y realizar análisis críticos de datos para proponer nuevos servicios, cambios de horarios, nuevos ómnibus, etcétera", destaca Paulo Caratti, líder de Consultoría en Sector Público de IBM Sudamérica.
La empresa tendrá su principal desafío en América latina si es elegida para adecuar las grandes ciudades brasileñas, como San Pablo o Río de Janeiro, para los próximos Juegos Olímpicos de 2016 y el Mundial de Fútbol 2014. No es la única que compite por ese gran proyecto: son varias las compañías que ven en este tipo de enfoques una posibilidad para hacer buenos negocios.
Onda verde al tránsito El dato de la ONU que encabeza esta nota no sólo es un disparador en los laboratorios de IBM; otros proveedores como Siemens, cuyos brazos también cubren varias industrias, intentan ver esto como una oportunidad para aplicar tecnología en las ciudades y hacer negocios.
Siemens cree que Buenos Aires podría, por ejemplo, tomar los datos que generaría el boleto electrónico SUBE para decidir cuántos colectivos de una línea están dando vueltas por las callecitas porteñas en un momento determinado ajustándose a la demanda.
Luego de hablar de las posibilidades que generaría SUBE para monitorear el tránsito, cuando el sistema se encuentre implementado en su totalidad, Francisco Do Pico, vocero de Siemens, expresa respecto de la onda verde de los semáforos que "la gestión de tránsito integral implica cambios de sincronización dependiendo de horarios y accidentes, por ejemplo. Hoy, Buenos Aires, que cuenta con aproximadamente 3800 intersecciones semaforizadas, tiene un sistema que opera bajo escenarios prefijados. Hay dos mejoras posibles que deberían considerarse. Implementar un sistema de semaforización adaptativo en tiempo real con detectores para distintas áreas o corredores, o instalar un sistema central de gestión y control que abarque todos los subsistemas. Así podría haber centralización de toda la información: semáforos, autopistas, estacionamiento, policía, emergencias, etcétera"

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