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2010/10/22

Prohibido discutir con la audiencia

ABC

En un intento por controlar aún más la actividad de sus periodistas en las redes sociales, «The Washington Post» ha decidido prohibir a sus profesionales discutir con los lectores vía Twitter. Una decisión con la que el periódico estadounidense resuelve el problema que se les plantea a todas las organizaciones de noticias sobre qué deben hacer -si responder o no- ante las críticas que la audiencia vierte en la popular plataforma de microblogging. En su nota, el periódico recuerda, según el blog The Guardian Greenslade, que el propósito fundamental de «las cuentas en esta plataforma es [sólo] promover noticias del medio y aumentar la audiencia».
La medida adoptada por «The Washington Post» se produce después de que éste alojara un polémico artículo de un «activista anti-gay». En esta pieza, que vio la luz después del gran número de suicidios de adolescentes, se defiende que la homosexualidad es un tema de salud mental, lo que originó un gran aluvión de críticas de gays en Twitter. El periódico optó por defender la publicación de ese contenido ante los «tuiteros» más críticos. «En ocasiones damos participación (a los lectores) en un conversación privada, pero si entramos en el debate con ellos a través de estos medios sociales, sería como permitir que después de que un lector escribe una carta al director reciba la respuesta de un periodista. Y esto no lo hacemos», recoge la nota del «Post».
Esta prohibición, que viene a sumarse a las directrices que se han marcado desde la dirección del periódico en torno a cómo se tienen que comportar sus periodistas en las redes sociales, ha sido bastante criticada en el sector. En este sentido, Roy Greenslade, autor del citado blog de «The Guardian», considera que en la era digital, en el que los lectores han adoptado un rol participativo, prohibir a los profesionales de la información debatir con la audiencia es una «negación de la libertad».
Desde Tbd.com, sitio informativo sobre la actualidad de Washington, se trata de justificar la decisión como un intento por evitar que los periodistas se enzarcen en la plataforma «con aquellos detractores del papel, que hay y muchos». Aunque más allá de esta cuestión plantea como problema de fondo los argumentos especulativos que se sostienen en el artículo de la polémica.
En contra de esa estrategia
La cruzada que parece haber emprendido el «Post» contra la actividad de sus empleados en las redes sociales no es compartida, sin embargo, por otros periódicos que, lejos de esta postura, han apostado por lo contrario, por incentivar y fomentar la participación de sus periodistas en estos espacios con el fin de interactuar con los lectores. Es el caso, por ejemplo, de «The Guardian», que ha lanzado unas directrices muy claras y contundentes, en las que anima a su personal a «participar en las conversaciones que se generan en torno a nuestro contenido y asumir la responsabilidad que se deriva de esas conversaciones», recoge uno de los ocho principios que se recogen en una especie de libro de estilo sobre la presencia de su marca y periodistas en las redes sociales. También la BBC ha introducido varias directrices en las que insta a sus profesionales a interactuar y conversar en las redes sociales en una nueva guía en la que igualmente ha cambiado su política de enlaces (más hipervínculos externos y, especialmente, a contenidos de análisis).

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