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2010/09/24

Un viaje con el astrofísico del pueblo

Publico

El universo al que pertenecemos es un universo de escalas inmensas, que se observa a sí mismo con ojos humanos desde una minúscula cala en las orillas del océano cósmico. Y es en esta cala donde Carl Sagan, el astrofísico del pueblo, inicia su viaje personal por el universo que somos; el viaje personal de todos nosotros, el de todo lo que existe.
Con En la orilla del océano cósmico, Sagan nos arrastra a un recorrido desde las distancias más grandes hasta las que mejor entiende la mayor parte de la gente: galaxias, nebulosas, sistemas solares, planetas, la Tierra, el mar donde surgimos, la roca donde medramos. Así, comenzamos a descubrir nuestro lugar en el cosmos y nuestra verdadera dimensión.
Pero Sagan no se detiene aquí, sino que se adentra en otros dos largos viajes. Uno, desde los orígenes de la Humanidad y sobre las cenizas de la Biblioteca de Alejandría, es el que nos ha permitido llegar hasta aquí, saber lo que sabemos, empezar a entender: la aventura fascinante del conocimiento, de la curiosidad, de la capacidad de maravillarse, del aprendizaje.
Y con el segundo, nos lleva a otro larguísimo viaje más: nuestro recorrido por el tiempo. Reduciendo la historia universal a un año en uno de los muchos clásicos de la divulgación que caracterizan a Cosmos podemos comprender los abismos temporales que permitieron la evolución del universo, de la Tierra, de la vida, nuestra propia evolución hasta ser lo que somos, y seremos.
Cosmos se realizó hace ya 30 años y la ciencia ha avanzado mucho desde entonces. Sin embargo, En la orilla del océano cósmico no ha envejecido más que estéticamente; y eso, en estos casos, hasta puede ser una virtud. Sólo cabría añadir que ahora no consideramos a Plutón como planeta, que el cinturón galáctico de Carina-Cisne donde habitamos se define hoy como Orión-Cisne y que hemos encontrado algunas galaxias más en el Grupo Local. Todo lo demás que Sagan nos cuenta en este capítulo sigue siendo válido, actual, incluso adelantado a su tiempo y al nuestro. Hasta cuando nos habla de los riesgos que acechan a nuestro mundo refiriéndose a las amenazas de la Guerra Fría que le tocó vivir ya vislumbra los peligros para la posteridad. Los peligros de hoy.

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