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2010/08/04

Venezuela: firmas se quejan de control cambiario

BBC Mundo

Empresas transnacionales instaladas en Venezuela están comenzando a mostrar públicamente su preocupación por los efectos del endurecimiento al control estatal de cambio aplicado desde junio pasado.
Mientras que la prensa local recoge informaciones extraoficiales, en ocasiones contradictorias, sobre la posibilidad de que el régimen sea flexibilizado, compañías como la española Telefónica han manifestado la difícil situación en la que se encuentran por la imposibilidad de repatriar dividendos.
"Confiamos en que el gobierno reconozca el esfuerzo que está haciendo Telefónica", declaró esta semana Juan Antonio Abellán, presidente de la filial venezolana, al expresar la esperanza de que se autorice a la compañía a enviar a España cerca de US$ 1.800.000 que tiene represados en el país sudamericano.
En las mismas circunstancias se encontrarían las compañías que operan en el negocio más importante para la economía nacional: el sector petrolero, por lo que la presión podría ir en aumento.
"La situación es muy seria en todo sentido", le dijo a BBC Mundo Carlos Tejera, gerente de la Cámara Venezolana-Americana de Comercio de Industria, Venamcham – institución que integra a empresas y personas que operan en las dos naciones -- para explicar que se extiende a decenas de compañías.

Pacientes

En Venezuela rige un sistema de control cambiario desde 2003, pero hasta hace poco funcionaba en paralelo un mercado de "permuta" de bonos en el extranjero, que permitía acceder a divisas a precios de mercado libre a quienes no podían obtenerlas a través de los sistemas de cuotas oficiales.
Industriales y comerciantes hacían uso de ese mecanismo, y utilizaban la tasa libre como referencia para fijar precios. A principios de año, el precio del "dólar permuta" comenzó a dispararse aceleradamente, con el consecuente impacto en la inflación.

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El gobierno lo atribuyó a maniobras de especulación y fuga de capitales, por lo que cerró el mercado y estableció un nuevo sistema de cuotas, operado por el Banco Central de Venezuela.
Las cuotas establecen un máximo de compra de US$ 350.000 mensuales para importaciones de empresas y no contemplan la posibilidad de repatriar dividendos.
Según explicó Tejera, el problema para las transnacionales es doble: por un lado requiren dólares para importar insumos, y para ello el tope mensual se queda corto. Por otro, deben cancelar deudas y otorgar dividendos a sus casas matrices.
Como consecuencia de lo primero, las empresas están utilizando inventarios que eventualmente se agotarán. Y en cuanto a lo segundo, el resultado es que "cada vez son menos importantes las actividades en Venezuela para nuestra casa matriz, lo que conspira a que podamos operar y hacer lo que sabemos hacer mejor, que es producir".
"Por suerte las empresas han sido pacientes en general. Venezuela es un gran país y un gran mercado. No pueden invertir, pero mantienen sus compañías, y las matrices han sido flexibles en cuanto a no recibir dividendos y acumular una deuda considerable. Pero esto tiene un término, en especial si la inflación se está comiendo las ganancias", añadió.

Modificaciones

Unas declaraciones ofrecidas esta semana por el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, fueron recibidas positivamente por el sector industrial y comercial.
En ellas, Merentes informó que "todo sistema puede perfeccionarse; nos hemos reunido y seguramente vamos a hacer modificaciones (al sistema, conocido como Sitme) que atiendan a las quejas, para atender a la economía real".

Sin embargo, algunos observadores, como el economista Ángel García Banchs, no son optimistas respecto a la forma que tomaría la supuesta "flexibilización" del control cambiario.
García Banchs recuerda que el principal generador de dólares del país es la petrolera estatal, PDVSA, que da cuenta de 95 de cada 100 dólares que ingresan al país. Y añade que la caída de los precios del crudo se tradujo en una reducción significativa de las divisas disponibles.
"El gobierno tuvo que acabar con el mercado paralelo porque tenía que terminar con la fuga de divisas, que era multimillonaria. Simplemente el gobierno se quedó sin dólares y decidió que no va a acomodar más esa salida de capitales", le dijo a BBC Mundo.
El economista añadió que, como resultado de esa fuga, las reservas internacionales cayeron fuertemente, por lo que el Banco Central está forzado a recuperarse. "No puede haber entrega de divisas al sector privado para pagar dividendos", sentenció.
Así que ¿qué ocurrirá con Telefónica y las otras transnacionales? "Es una difícil pregunta. Yo me imagino que los gerentes de esas compañías no pueden dormir", indicó.
La "pelota" podría así volver al terreno de la política. "Le toca que (el canciller español Miguel Ángel) Moratinos venga acá, eche un viajecito, y esperar una emisión de bonos. Pero no la va a haber", insistió.

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