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2010/07/30

El 'Titanic' resucitará en formato digital

Publico

Se dijo que era insumergible, que ni Dios podría hundirlo. No obstante, a unos cuatro kilómetros de profundidad bajo el Atlántico descansan desde hace casi 100 años los restos del Titanic, uno de los barcos más famosos de la historia, que ni siquiera logró completar su primera travesía. El amasijo de hierros y madera ocupa una tumba submarina de unos siete kilómetros cuadrados, que será recreada por los científicos del Instituto Oceanográfico de Woods Hole (WHOI, del inglés) de EEUU a partir del 18 de agosto.
Gracias a tecnologías sónar, óptica de alta resolución y cámaras de fotografías y vídeo en 3D, el equipo erigirá una versión virtual del casco partido en dos y creará un mapa de los escombros. El objetivo es "preservar la memoria del Titanic y de los que navegaron en él", explica el presidente de RMS Titanic, Chris Davino. La empresa, que participará en la expedición, es la única que tiene permiso para recuperar objetos del naufragio.
Durante las casi tres semanas que durará la travesía, los científicos también podrán comprobar cómo se ha degradado la embarcación desde que se descubrió en su tumba acuática, hace 25 años. "El viaje nos dará nuevas perspectivas sobre la descomposición del barco y su efecto sobre el océano y el lecho marino, gracias a la tecnología actual", asegura la directora del WHOI, Susan Avery.
Para la reconstrucción, el equipo contará con tres vehículos submarinos, uno dirigido por control remoto que tendrá sensores y cámaras 3D, y dos robots autónomos que ayudarán a trazar el mapa de la zona del naufragio con equipos de sónar y sensores ópticos.

Ciencia a bordo

La mayor preocupación de los científicos radica en el deterioro de este tesoro submarino. La presión y la salinidad del agua afectan día a día a la estructura del barco. No obstante, una de las amenazas más serias está en la microfauna marina. "Sabemos que las bacterias se están comiendo el casco del barco", explica a Público el responsable de la expedición, el director de Proyectos Especiales del WHOI, David Gallo.
"El óxido que cubre la estructura del barco se debe a estas bacterias", afirma Gallo. El equipo tomará muestras de los microorganismos de la zona para analizar su nivel de biodegradación sobre la embarcación. "Esto nos ayudará a estimar durante cuánto tiempo sobrevivirá el casco", concluye Gallo.

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