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2010/04/06

God of War III, el esperado estreno de Kratos en PS3

Fuente: Libertad Digital.

Un espectacular apartado técnico y una jugabilidad más pulida fueron las principales armas del espartano para hacerse con un hueco en muchas casas, y ésa ha sido la idea que ha intentado seguir con esta tercera entrega (cuarta si contamos la entrega de PSP). Veamos qué nos ofrece la nueva creación de los estudios Santa Monica de Sony.
El fin de la venganza Todo comienza con una larga presentación realizada con un apartado artístico de lo más curioso, como si todo estuviese realizado con arena, introduciéndonos brevemente la situación actual de Kratos y el Olimpo. En el siguiente párrafo voy a dar unas leves pinceladas del principio del juego, por lo que si no queréis saber absolutamente nada, os aconsejo que lo saltéis. El resto del texto estará totalmente libre de spoilers.
La primera escena del juego nos sitúa a lomos de Gaia, uno de los titanes que se encuentran en ese momento ascendiendo por las laderas del Monte Olimpo para asesinar a Zeus. Tras una intensa batalla nos vemos arrojados al inframnundo desde donde tendremos que retomar nuestra venganza.
Usando una correcta mezcla de realidad y mitología se ha dotado de un notable realismo histórico al título, respetando al máximo posible las tradiciones helénicas. Son simples detalles, pero que nos dan una idea de los altísimos valores de producción que tiene la última entrega de las aventuras de Kratos, algo que ya detallaremos más adelante en el apartado técnico.
En general la trama argumental se desenvuelve correctamente, en ocasiones con más acierto y en otras con menos, pero es correcta y no decepciona. Sólo os podemos decir que en este sentido God of War III es un broche de oro a la trilogía, algo que, desgraciadamente, no se puede decir del apartado jugable.

Kratos se vuelve lineal

Lo primero que hay que destacar es que se han conservado todas las bases jugables de las dos primeras entregas que, gusten más o menos, marcaron un antes y un después en este género. Para aquellos que no las conozcan, destacar el sistema de cofres que nos dan vida, magia, mejora de objetos y orbes rojas para mejorar las armas principales.
Como no podía ser de otra manera se ha mantenido el sistema de QTE (Quick Time Events), aunque con una ligera modificación. En esta ocasión serán más visuales que nunca, saliendo la cruz de la parte inferior de la pantalla, el cuadrado a la izquierda, el triángulo de arriba y el círculo de la derecha. De esta manera incluso aquellos que sean menos duchos con el mando podrán superarlas sin problema.
Desde el principio tendremos una amplia variedad de ataques a nuestra disposición, como siempre uno normal, uno fuerte pero algo más lento y el agarre. Por supuesto también podremos aumentar el nivel de las armas mediante los orbes rojos, y durante la aventura nos irán dando algunas nuevas, aunque no demasiado notorias.
Al igual que en sus predecesores, durante el juego iremos desbloqueando nuevos combos gracias a la subida de nivel de las armas, pero realmente no hay nada que no podamos hacer usando ataques sencillos. En general, también se ha simplificado el encadenamiento de muertes, siendo posible llegar a cifras de ochenta muertes consecutivas con tan solo un botón. Evidentemente en los niveles más altos de dificultad esto se complica, pero en nivel normal o fácil no es extraño acabar el juego sin morir ni una sola vez.
Los poderes sí merecen una mención aparte, siendo algunos realmente interesantes, aunque en nuestra opinión no se explotan de la forma correcta. No queremos desvelaros ninguno para no estropearos ningún detalle, pero pongamos por ejemplo que al llegar a un lugar obtenemos un determinado objeto.
Pues bien, ese objeto se usará constantemente y de forma repetitiva durante los siguientes veinte minutos de partida, y luego, casi nos podremos olvidar de él.
Si bien las bases jugables en general, como hemos comentado, son muy buenas en general, el problema es que se mantienen constantes durante todo su desarrollo. Un nuevo arma no supondrá ninguna novedad esencial, siendo todas prácticamente iguales, por lo que a la larga la sensación acaba siendo de repetición constante.
Otra parte fundamental del apartado jugable es el diseño de los escenarios, que los podríamos describir utilizando una sola palabra, sencillos. En todo momento sabremos qué tenemos que hacer y hacia dónde tendremos que avanzar. Es decir, una jugabilidad muy directa y constante, logrando un alto ritmo que se mantiene en todo momento.
Si bien en general todos estos entornos gozan de un tamaño enorme y espectacular, los puzles incluidos en ellos son extremadamente sencillos. Habiendo acabado la aventura, tan sólo en un lugar me he atascado más de un minuto, pero el resto de pruebas son muy evidentes y se resolverán a base de golpes y unos cuantos saltos.
No hay forma de explicar cómo es posible que los puzles se hayan vuelto tan sencillos. Si bien es verdad que en la saga nunca han sido imposibles o extremamente complicados, siempre habían tenido su intríngulis, dándole ese toque de variedad a las altas dosis de acción que lo hacía destacar sobre su competencia. Ahora todo se ha vuelto demasiado evidente. Una vez superemos el juego nos quedará la sensación de estar ante un juego más, ante un hack & slash puro, divertido, pero no ante la excelencia a la que siempre nos acostumbró la saga God of War.
Por otra parte, no sabemos si por falta de tiempo o de imaginación, la sensación de repetición, de estar siempre haciendo lo mismo, es constante. No es que se repitan una y otra vez los mismos escenarios, sino que para alargar la duración total, algo que ya comentaremos un poco más adelante, se han alargado de forma artificial algunas fases, como alguna que otra regeneración de enemigos sin venir a cuento en determinados lugares.
En este aspecto también hay que destacar algunos añadidos absurdos, como una especie de modo vuelo (no detallamos más para no destripar ninguna sorpresa) que se repite hasta cuatro veces durante el juego, con el mismo escenario y los mismos objetos, cuando con una sola vez era más que suficiente. Otro ejemplo de elemento absurdo es estar subiendo una cadena durante treinta segundos de reloj, teniendo en pantalla nada más que la citada cadena y limitando toda la acción a pulsar un botón.
A pesar de todos estos elementos que han incorporado para intentar alargar la duración, lo cierto es que globalmente no pasa de las siete u ocho horas. ¿Rejugable? Nunca deja de ser divertido machacar una y otra vez hordas de enemigos, pero dada la sencillez para llevar todas las armas al máximo nivel y los pocos secretos ocultos, el grado de rejugabilidad no es demasiado alto.La potencia sin control no sirve de nada
Empezando ya a hablar del apartado técnico, aquí sí que tenemos que sacarnos el sombrero con el título de Sony. Para empezar la ambientación es sublime, ayudada por un impresionante apartado artístico al que no se le puede poner ni un sólo pero. Cada enemigo y cada escenario cuenta con miles de pequeños detalles que lo hace único, mientras que el grado de personalidad por supuesto lo pone Kratos, destilando mala leche y sed de venganza en cada escena.
Los escenarios son enormes, grandiosos, quizás de los más grandes que hemos visto en videojuego de estas características. Y no sólo son grandes, sino que están plagados de detalles aquí y allá que nos asombrarán constantemente.
La cámara también es una buena compañera, ya que con sus constantes cambios de plano es capaz de mostrarnos la espectacularidad de un titán y, al mismo tiempo, permitirnos repartir estopa con Kratos. En alguna que otra plataforma puede llegar a jugarnos alguna mala pasada, pero no dejan de ser casos aislados. Por su parte, las cinemáticas han sido realizadas por completo con el motor del juego, se generan en tiempo real, y el cambio de vídeo a juego es imperceptible.
Las ejecuciones es algo que no he querido comentar con anterioridad, porque creo que son pieza clave para el envoltorio del título. Cuando un enemigo está en las últimas o cuando el juego de forma automática nos muestra un botón sobre su cabeza para iniciar una escena de QTE, se procede a la ejecución de la criatura. Sin lugar a dudas son de las más impresionantes que hemos podido ver hasta la fecha, plagadas de detalles de lo más impactante. Lo mismo le sacamos un ojo a un gigante, nervio óptico incluido, que rajamos a un centauro por la mitad y vemos cómo quedan todas sus tripas por fuera. Desgraciadamente, exceptuando las realizadas a los jefes finales, las ejecuciones se repiten una y otra vez, lo que de nuevo desemboca en cierta falta de variedad.
Kratos merece una mención aparte, y es que es probablemente uno de los personajes más detallados que hemos visto nunca. La expresión facial ha sido creada con sumo cuidado, reflejando perfectamente el estado de ánimo de Kratos (es decir, enfadado o más enfadado) así como sus reacciones frente a determinados personajes, marcando cada músculo de la cara y del pecho.
Si bien el conjunto es sobresaliente, sí que se nota cierta falta de tiempo de desarrollo, y es que de la misma forma que vemos un escenario extraordinario, plagado de infinidad de detalles y excelentes texturas, nos encontramos luego con otros que no llegan a ese nivel. Ni mucho menos es malo, faltaría más, pero ese contraste entre lo notable y lo excelente se deja notar. Algo que podemos aplicar también a las animaciones, y es que si bien la mayoría son excelentes, hay otras que dejan algo que desear, y se nota.
Pero lo peor del juego, sin lugar a dudas, son los bugs que abundan por doquier. Para empezar, los más leves los vemos en ocasiones en las que los botones no responden como deberían, como en los saltos dobles a la hora de desplegar las alas o a la hora de abrir determinados cofres y guardar partida. Por alguna extraña razón será necesario dar algunas vueltas para que el botón reaccione, de la misma forma que las muertes en el aire debido al fallo con los dobles saltos serán innumerables. Por fortuna, los puntos de control son constantes y no supondrá demasiado inconveniente.
Más graves son los bugs aleatorios. Lo mismo un enemigo se queda congelado que lo mismo tras un salto nos quedamos clavados en mitad de una pared. De la misma forma algunas zonas del juego como paredes se medio atraviesan, o en multitud de planos cortos vemos como las extremidades de nuestro personaje se introducen en el suelo. No hay forma humana de comprender como un título de tal envergadura puede acarrear un número de bugs tan elevado. Si bien es verdad que la mayor parte se solventan cargando el anterior punto de control de nuevo, hacía tiempo que un título no se nos quedaba bloqueado en tantas ocasiones.

Música/Sonido
A nivel sonoro God of War III es excelente, de nuevo con un doblaje excepcional como los que Sony suele realizar en todos sus productos, mientras que la banda sonora vuelve a ser orquestada y con tintes épicos, muy al estilo de sus predecesores.
Edición Española
En cuanto a su edición española, como ya hemos comentado antes, el título viene completamente en castellano. Eso sí, extras como los vídeos de desarrollo vienen completamente en inglés, un pequeño detalle que podría haber culminado en una excelente edición.
Conclusión
Concluyendo todo lo dicho, God of War III nos ofrece una experiencia visual extraordinaria, con una jugabilidad divertida y entretenida, pero quizás demasiado lineal y continuísta, con unos puzles que se han simplificado en exceso, y que han dejado a la última aventura de Kratos convertida en un machacabotones más, en uno muy bueno eso sí.
Sin duda nos encontramos ante un muy buen título, pero que le falta un algo para llegar a esos toques de genialidad sobresaliente que sí lograron alcanzar sus anteriores entregas. Títulos lanzados este año como Darksiders o Bayonetta han sabido explotar mejor sus bases jugables (en parte gracias a God of War) y llevarlas a ese punto de excelencia que le falta a esta tercera entrega de la saga, a medio camino entre ambos sin llegar a profundizar en nada, ni en la parte de puzles ni en los combates.
No cabe duda de que todos los aficionados de la saga quedarán más que satisfechos, de la misma forma que todo aquel que busque un hack & slash encontrará aquí un buen producto, pero que no ha sabido evolucionar, quedándose en más de lo mismo y no mejor precisamente.

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