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2009/12/25

Zelda, a toda máquina

Fuente: El Mundo.

Nintendo ha decidido tirar de sus personajes con más tirón para hacer frente al parón en las ventas de sus consolas tras varios años de 'comerse' el mercado. Lo hizo con Mario para Wii en el reciente New Super Mario Bros. y ahora con 'The Legend of Zelda' para su portátil DS.

Tan sólo dos años después de que apareciera el primer título de la saga de aventura para la consola, 'Phantom Hourglass', llega su continuación: 'Spirit Tracks'. Es algo infrecuente en la historia de las consolas de Nintendo, ya que pocas veces el héroe con cara de elfo y vestimenta verde ha tenido dos títulos para una misma plataforma.

'Spirit Tracks' no es una revolución. De hecho, es muy, muy parecido a su antecesor, que su vez retomaba el espíritu y el diseño de los personajes de 'The Wind Waker', el juego de GameCube que dio un toque de dibujos animados a la serie.

Ya desde el inicio vemos cómo el entorno gráfico es muy similar al de Phantom Hourglass. También el sistema de control, que vuelve a ceñirse al lápiz y la pantalla táctil. Basta con pulsar un lugar de la pantalla para que Link se dirija hacia allí y tocar los enemigos para que el héroe les ataque. Incluso algunos personajes repiten.

Novedades

La principal novedad es que se acabó navegar por los mares. Ahora toca viajar por el mítico reino de Hyrule en tren. El argumento gira en torno al nuevo elemento de locomoción. Las vías del reino están desapareciendo y todo apunta a que los problemas provienen de la conocida como Torre de los Dioses. Hacia allí se dirige el protagonista, acompañado de la princesa Zelda, y comienza la aventura que, de nuevo -poca originalidad aquí-, consiste en vencer a las fuerzas del Mal.

La torre es una especie de distribuidor del juego -sirve para abrir las nuevas zonas en el mapa-, algo que ya sucedía en la anterior entrega con el Templo del Océano. Pero Nintendo ha rectificado y ha 'aliviado' gran parte de los aspectos tediosos que tenía 'Phantom Hourglass' en este aspecto: no hay tiempo determinado para hacer cada fase y tampoco hay que volver a las zonas ya superadas.

En esta torre también se encuentra otro de los aspectos novedosos del juego, la posibilidad de controlar a Zelda. Convertida en un espíritu, la princesa puede poseer los cuerpos de los guardianes, lo que nos permite controlarla y convertirse en vital para superar los puzles.

Otro de los aspectos que se potencian en el título será el uso del micrófono. El dispositivo servirá para tocar con una flauta melodías que se van aprendiendo durante la aventura y que servirán para realizar diferentes acciones, como revelar secretos o recuperar vida. Durante el primer tramo del juego, el micrófono también formará parte de un arma para atacar diversos enemigos.

Uno de los grandes de la consola

El resto del título repite el modelo de sus antecesores -como el uso de las clásicas armas del bumerán o el arco-. Por tanto, la gran cuestión es: ¿Está el juego a la altura de una de las sagas más reconocidas de la historia de los videojuegos? La respuesta es claramente afirmativa.

La presentación y los gráficos son de lo mejor de toda la consola y superan a 'Phantom Hourglass'. La duración del juego supera la veintena de horas y, aunque algunos momentos se hacen pesados -sobre todo para los habituales de la saga-, éstos están bien espaciados.

Lo más destacado sigue siendo las clásicas mazmorras, en las que hay que resolver los diferentes puzzles que se presentan. Pese a que es una fórmula muy repetida, sigue funcionando incluso para los más habituales a la serie.

Además, los enemigos finales tienen un diseño impactante y la emoción va creciendo a medida que se avanza en la aventura para acabar en un final épico de los que suele hacer gala las aventuras de Link.

En definitiva, el nuevo Zelda para DS no decepciona y abre el apetito para la nueva entrega en Wii el próximo año.

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