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2009/10/02

El porno para mujeres toma las riendas

Fuente: 20minutos.

Porno hardcore (con sexo explícito), vanilla (más light y convencional), heterosexual, queer (homosexual), S/M (con tintes sadomaso)… Los doce cortos dirigidos por distintas artistas y recopilados por la documentalista sueca Mia Ergberg bajo el título Dirty Diaries (Diarios sucios), recorren todas estas disciplinas. Además, prometen orgasmos, flashers (desnudos en lugares públicos por un breve espacio de tiempo), penetraciones y poesía. En definitiva, "arte y sexo", reza su ficha técnica.

Su puesta de largo el pasado 4 de septiembre en Estocolmo llegó precedida por el letrero de "entradas agotadas", y por no poca polémica: el hecho de que el Ministerio de Cultura hubiera subvencionado el filme provocó numerosas protestas entre los sectores más conservadores. Para Ergberg, tanto revuelo no tiene ningún sentido, más aún cuando "continuamente se financian largometrajes sexistas o violentos con fondos públicos".

El plan de ayudas del Instituto Cinematográfico Sueco se dirigía a proyectos con un alto valor artístico que miraran a su alrededor con ojos nuevos.Y Dirty Diaries, que Ergberg (en la imagen) cataloga como "porno feminista", al parecer, lo es: para empezar, no reproduce los estereotipos habituales del cine para adultos, sino que muestra la sexualidad desde el punto de vista de las mujeres. En él no encontraremos ni silicona ni músculos hormonados, y el conjunto encierra una clara preocupación estética ("aunque el filme podría ser soez y cutre y no por eso dejaría de ser porno feminista", advierte su mentora, que incide en que sus trabajos no tienen ánimo de lucro).

De la misma nacionalidad pero afincada en la ciudad Condal desde hace más de diez años ("ya casi soy más barcelonesa que las Ramblas", bromea), la directora Erika Lust (en la imagen de abajo), de 32 años, ha enamorado a una parte de la audiencia femenina con sus pizzeros a domicilio –adivinad qué viene después de la entrega de la mercancía-, con la iluminación onírica de su corto Las esposas-, sus bandas sonoras indies y una estética de videoclip.

Madre joven, feminista y con estudios universitarios, explica que sus tramas se parecen a las historias de su mundo. Las mujeres son las protagonistas: "Toman decisiones y buscan su placer; no están en la pantalla como mera herramienta para que el hombre pueda alcanzar su orgasmo. Además, físicamente, son más naturales".

Tampoco sus actores masculinos encarnan a traficantes multimillonarios ni a poderosos jefazos porque a ella esos patrones no le "ponen". Prefiere a los chicos modernos a quienes se puede observar con tranquilidad -aquí sí-, a cara descubierta.

Sólo para sus ojos

Pero, ¿realmente a ellas les gusta el porno? Frente a la creencia popular de que las mujeres no se excitan visualmente tanto como ellos lo hacen, experimentos recientes parecen demostrar lo contrario y los informes de Nielsen Netratings indican que uno de cada tres consumidores de cine X es mujer.

Karen J, fundadora de For the girls, una web que desde 2003 vende por Internet contenidos porno específicos para mujeres, habla de una "eclosión" de este tipo de productos de tres años para acá. En ese tiempo no sólo han surgido nuevas directoras que reinventan el cine de alto voltaje sexual -como Petra Joy o Lust-, y se han puesto en marcha festivales en ciudades como Berlín y Toronto que premian anualmente los mejores filmes del género: además, cada vez son más las mujeres que se interesan por ellos.

"En el último año he visto a muchas compañías de porno tradicional perder fortunas por culpa de la crisis o bien, dicen, por la piratería digital. Sin embargo, nuestro mercado es nuevo y no para de crecer", explica Karen.

No tan nuevo, sin embargo, resulta para Candida Royalle, la cineasta a la que todas señalan como la pionera del género. A principios de los años 80, su película Three Daughters ya hablaba a las féminas con un nuevo registro que combinaban sexo explícito, tramas bien construidas y una cierta dosis de ternura.

Cena con velas

"¿Cómo debe terminar una película porno para mujeres? ¿En boda? ¿En una cena con velas?", bromea un usuario en un foro de Internet. Sin saberlo, ha abierto la caja de los truenos. En realidad, no hay un único patrón. ¿Está justificado, entonces, etiquetar bajo una misma denominación la producción de cine X hecho por mujeres?

Tal y como sostiene la sexóloga Pilar Cristóbal, aquí las reglas no existen: el secreto reside en los gustos de las cineastas y de sus consumidoras.

Basta darse una vuelta por los foros digitales para escuchar los deseos de las usuarias: algunas reclaman sólidos hilos argumentales y escenas de sexo alternadas con una pizca de romanticismo; otras, puro hardcore, y otras aseguran sentirse satisfechas con el porno tradicional en el que, incluso –puntúa Cristóbal- pueden llegar a identificarse con el personaje masculino. ¡La fantasía es libre!

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