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2009/09/03

Androides y humanos hipertecnológicos protagonizan Ars Electronica

Fuente: El Pais.

Una modelo se pasea luciendo en la piel de sus brazos y piernas un dibujo geométrico que recuerda las pinturas corporales de las mujeres norteafricanas o del teatro kabuki; pero la tintura es un potente conductor de electricidad, por lo que la mujer se convierte en una especie de interruptor, capaz de comunicar directamente con aparatos electrónicos.
Esta pintura, junto a unos pequeños electrodos que completan el circuito, permite encender una bombilla tan sólo sujetándola con las manos, transmitir datos de una persona a un ordenador o crear composiciones audiovisuales. Según sus creadores, "su potencial es ilimitado y en el futuro se empleará en el campo de la creación artística, la comunicación y la medicina".
El proyecto, desarrollado por un grupo de posgraduados del Royal College of Art de Londres, se presenta en Human Nature, la principal exposición del festival Ars Electronica, que se celebra del 3 al 8 de septiembre, en la ciudad austriaca de Linz.

Triple fiesta

La exhibición promete estar a la altura de la triple celebración: el 30º aniversario del festival, la primera edición en el nuevo edificio (que pone a disposición de la creatividad de los artistas los 40.000 LED de su fachada) y la capitalidad cultural de Linz.
La creatividad y habilidad japonesas protagonizan un programa que analiza la relación entre el ser humano, la naturaleza y la tecnología, en el Antropoceno, una nueva era que se caracteriza no sólo por el masivo e irreversible impacto del hombre en el planeta, sino en los fundamentos de la propia vida humana, tal como demuestran la biotecnología y la ingeniería genética.
La exposición permanente del nuevo Ars Electronica Center (AEC) está totalmente enfocada a analizar, mostrar y explicar cómo los hallazgos científicos cambian nuestra forma de ver el mundo.
Así como lo hizo Dios, también la estrella invitada del festival, el japonés Hiroshi Ishiguro, profesor en la Universidad de Osaka, ha creado a su imagen y semejanza HI-1, el primer geminoide (del latín geminus, gemelo), es decir, un robot creado como clon de un ser humano. La novedad es que gracias a una red de sensores y una innovadora tecnología, el engendro no sólo se parece a su modelo, sino que también se comporta como éste, lo cual contribuye a incrementar la empatía con el androide de Ishiguro.
HI-1 se exhibe en el flamante RoboLab del centro, que con los otros tres laboratorios -Biolab, Fablab y Brainlab- se encarga de ilustrar con experimentos y debates las posibilidades de modelar la naturaleza a través del uso de diferentes recursos científicos y tecnológicos. El público podrá aprender a clonar su planta preferida, modificar objetos cotidianos con técnicas tridimensionales y manejar un robot con su cerebro.

Esculturas magnéticas

AEC acoge Device Art, con obras de una nueva corriente artística que mezcla elementos de la cultura tradicional japonesa con las nuevas tecnologías aplicadas a la vida cotidiana. Entre sus abanderados se cuentan Hiroo Iwata, Machiko Kusahara y Sachiko Kodama, cuyas esculturas magnéticas interactivas se expusieron recientemente en el Reina Sofía de Madrid.
El despliegue japonés se completa con un encuentro sobre videojuegos y cultura manga y la exhibición del Campus 09, comisariada por Hiroshi Ishii, director del Things That Think del MIT, que reúne trabajos salidos del célebre Media Lab, creado en 1980 por Nicholas Negroponte, que vinculan los fenómenos digitales con la realidad de nuestras percepciones físicas y sensoriales.
La exposición de las obras ganadoras de los Ars Electronica Prix, junto con una selección de las mejores entre las 3.017 presentadas a concurso, se prolongará hasta el 10 de octubre, pero por primera vez en muchos años no incluye ningún trabajo español.

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