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2009/02/16

Juntando piezas: Kindle y Android

Fuente: Blog de Enrique Dans.

Un equipo de MOTO Development Group consigue hacer funcionar Android en un dispositivo con E Ink, y dispara las especulaciones sobre qué puede ocurrir si “unimos en tecnológico matrimonio” un dispositivo como el nuevo Kindle de Amazon con Android, el sistema operativo para móviles de Google: un dispositivo de bajísimo consumo (la E Ink es bi-estable, es decir, únicamente consume energía cuando la pantalla se refresca), con una duración de batería que alcanza dos semanas en su uso normal como lector de libros (menos, lógicamente, si refrescamos de manera más habitual), con capacidad de conexión (Kindle posee una tarjeta telefónica), pantalla de alto contraste, y un diseño ligero y atractivo.

El planteamiento da la razón a los que llevamos tiempo diciendo que Kindle no es un dispositivo en absoluto comparable a otros lectores de libros electrónicos como el Papire o el Reader, sino que va muchísimo más allá, al plantearse con otro tipo de parámetros que lo convierten más en un servicio que en un producto. Tras la evidencia en los netbooks de que Android no era un sistema operativo para móviles, sino una versión ligera de Linux pensada para su uso en los llamados MID (Mobile Internet Devices), la especulación puede llegar hasta donde queramos: de repente, la idea de una pantalla en blanco y negro con amplia gama de grises, no retroiluminada, que se lee sin fatiga ocular igual que un papel, pero que además se conecta a Internet y dura, dura y dura cual conejito de Duracell empieza a resulta verdaderamente muy atractiva: el diseño de Kindle pasa a tener mucho más sentido, y hablamos tanto del diseño del aparato en sí, como del diseño de, por ejemplo, su plan de precios. En el planteamiento actual, el Kindle cuesta $399, y requiere una suscripción de $1 ó $2 mensuales para contenidos de tipo periódicos o blogs, y de $10 para la mayoría de los libros, con el coste de conexión incluido en el precio de los contenidos, un esquema diferente al actual que plantea escenarios potencialmente muy interesantes.

La disponibilidad de un prototipo comercial tardará todavía entre doce y dieciocho meses, pero a mí me caben pocas dudas: esto tiene patas y se mueve.

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