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2009/02/07

Científicos del Vall d'Hebron descubren cómo hacer que las células cancerígenas no sean inmortales

Fuente: elPeriodico.

El Institut de Recerca de l'Hospital Universitari de la Vall d'Hebron, en colaboración con el CNIO de Madrid, ha descubierto un gen que, al desactivarlo, puede hacer que las células tumorales se vuelvan mortales. El resultado de este estudio, publicado en la revista Molecular Cellular Biology, puede suponer un nuevo enfoque en el tratamiento contra el cáncer.

La característica que hace que las células tumorales sean tan nocivas es su inmortalidad, ya que no envejecen ni se autoeliminan, contrariamente al comportamiento de las células sanas que sí lo hacen. Esta inmortalidad de las células cancerígenas hace que los tumores crezcan sin control y sean tan malignos.

La investigación parte de la hipótesis de la similitud entre las células madre y las de un tumor maligno. Ambas tienen en común la inmortalidad, que se utiliza de una forma muy diferente en cada caso. En las células madre sirve como reserva para poder crear cualquier tipo de tejido sano, mientras que en las tumorales sirve para crecer sin control y destruir tejido sano.

Células madre y primarias

El grupo de Vall d'Hebron ha comparado, por una parte, genes de células madre y, por otra, células primarias. Las células primarias son aquellas capaces de detener sus divisiones cuando ya lo han hecho entre 40 y 60 veces; cuando dejan de dividirse, envejecen y mueren.

Las células madre embrionarias son inmortales, no detienen su división y no presentan ni mutaciones ni alteraciones. Tras compararlas, se identificaron una serie de genes peculiares, entre los que figura el gen CIRP. La expresión de este gen CIRP es uno de los determinantes de la inmortalidad celular.

Los investigadores infectaron in vitro las células mortales con estos genes identificados en el estudio, entre ellos el gen CIRP, y se ha podido observar que, curiosamente, algunas células se habían inmortalizado.

Resultados del estudio

Posteriormente, una vez validado este mecanismo, se estudiaron células procedentes de 225 tumores humanos y vieron que, en un elevado porcentaje, estos genes están sobreexpresados.

Este dato se detectó especialmente en células procedentes de cáncer de colon y mama, donde el 35% de ellas sobreexpresan el CIRP. Finalmente, se desactivaron los genes en estos casos y se vio que las células tumorales perdían su inmortalidad y pasaban a envejecer como las otras.

Estos resultados, según los investigadores, refuerzan el ataque contra el crecimiento incontrolado de los tumores. De todas formas, es necesario que otros investigadores repliquen y validen los resultados para que estas investigaciones se puedan validar fuera del laboratorio. Por ello, los expertos recalcan la necesidad de encontrar financiación.

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